Lila siempre había creído que tenía una familia normal. Cuando era pequeña vivía con su familia en Cd. Delicias, Chihuahua. Creció siendo la menor en una familia de cuatro personas, contando sus dos padres, Nadia y Miguel, y su hermano mayor, Nico.Su padre se denominaba a sí mismo un espíritu libre. Su madre decía que era otra forma de decir que era un bueno para nada, y no la juzguen, nunca dijo eso enfrente de sus hijos, pero de vez en cuando se lo comentaba a su hermano y ellos lo escuchaban mientras se escabullían por algo al refrigerador. Y ninguno de los dos la culpaba, en lo absoluto.
Su padre era un comerciante a medio tiempo, o a media semana. De vez en cuando salía de la ciudad y viajaba a El Paso, Texas, donde compraba un montón de cosas como juguetes, ropa, electrodomésticos, cuadros, artículos varios, y luego regresaba con toda la mercancía y la vendía en un mercado de segunda mano que se ponía cerca de casa los fines de semana. No parecía irle mal, y a Lila y a Nicolás les encantaba ser los primeros en ver los juguetes y escoger los mejores antes de que vendiera el resto, pero se podría decir que, comparado con el trabajo de su esposa Nadia, él se la llevaba bastante light.
De vez en cuando salía con sus hermanos y llegaba algo tomado a casa. Otros días se perdía y regresaba con kilos y kilos de pescado, porque se iba a pescar al río Conchos o a la Presa de Las Vírgenes sin invitar a nadie. Otras veces, se encerraba en un remolque que tenía en el patio trasero y se ponía a pintar al óleo, a organizar todas las baratijas con las que se quedaba, o simplemente a mirar antiguas películas en VHS en su televisión análoga. A Lila le agradaba su papá, porque, bueno, era una niña, una niña que sentía una admiración por el hombre que le había dado la vida y porque no tenía mucha idea de lo que se suponía que tenía que esperar de él, así siempre creyó que lo hacía bien y que los quería mucho, pero era obvio que su mamá no estaba del todo contenta.Nadia, por otro lado, era empleada en una empresa medianamente grande, haciendo quién sabe qué cosa, pero Lila y Nicolás siempre le tuvieron un gran respeto y cierta admiración. A sus 45 años parecía que vivía en el trabajo. Era rara la vez que no se quedara horas extra y casi nunca tenía vacaciones. Y para terminarla de amolar, llegaba a casa a cuidar de sus dos hijos, hacía la cena, lavaba ropa, planchaba y les preparaba todo lo que necesitaran para llevar a la escuela al día siguiente, sin contar el trabajo que le costaba llevar la fiesta en paz con su marido. Nunca tuvo grandes estudios, o al menos no hablaba de ellos, pero era una persona muy inteligente, al igual que Miguel, solo que ella siempre usó eso para sobresalir en todo lo que hiciera.
Tal vez Nadia no tuvo las mejores oportunidades, puesto que tenía un montón de hermanos y sus padres no podían dejar a algunos sin estudiar, pero ella siempre se encargó de ser excelente en cualquier labor que se le presentara.
Se casó con el primer hombre del que se enamoró después de 5 años de noviazgo, a los 22 años, después tuvieron al pequeño Nicolás y desde ese momento no había dejado de trabajar. Siempre tuvo mala suerte con las empresas que la contrataban, porque siempre cerraban por equis motivo, pero lograba tan magnífico desempeño en todas ellas, que sus contratadores la mandaban a otra empresa similar y aunque tuviera que comenzar de cero, volvía a subir gracias a su dedicación y esfuerzo.
Eso era lo que sus hijos más admiraban de ella, que sin importar cuántas veces se le cerraran las puertas y se le cayera el muro entero encima, lograba salir de los escombros y llegar más lejos de lo que nadie pudiera imaginar.Por último, su hermano Nicolás había sido siempre su modelo a seguir, a pesar de ser solo dos años mayor que ella. Era un chico responsable y respetuoso. Ambos heredaron esa inteligencia de sus padres, pero él tenía un poco más ese lado académico de su padre y siempre se la mantenía yendo a concursos para chicos listos. Llegaba a casa con trofeos y siempre estaba en el cuadro de honor. Era bueno en los deportes, tenía talento para dibujar y siempre fue bastante popular entre las niñas de su edad (y de la edad de Lila, e incluso mayores). Lila se preguntaba constantemente cómo lo lograba, porque ella era lista, pero no llegaba al primer lugar del cuadro de honor nunca; siempre la escogían al último en los equipos de educación física por sus problemas de asma; era buena con las manualidades pero sus dibujos parecían hechos por un mono con parkinson, sin mencionar su excepcional talento de alejar a los chicos de todas las edades con comentarios fuera de lugar y un horrible sentido del humor.
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Cuando escuches mi silencio
Ficção AdolescenteCon solo 19 años de edad, Lila se ve forzada a cambiar completamente su estilo de vida desde que el matrimonio de sus padres se vino abajo, pero las cosas no parecen ir tan mal para ella y su hermano Nicolás; son fuertes y siempre se han cuidado el...