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Sandara me pidió una noche, pero simplemente no podía entregarme a una profesora loca y urgida.
- No puedo hacer eso.-
Negué, me aleje de ella y justo cuando estaba a punto de salir habló.
- Estarás reprobada Zhou, no te conviene rechazar mi oferta.-
- No me importa. Repruebeme si eso quiere, no quiero estar con usted.-
Salí de ese lugar, me dirigí rápidamente a presentar su estúpido examen.
Al terminar salí del aula, me encontré con ChaeYoung quien se miraba ansiosa.
-Hola Chae.-
Le sonreí, ella me sonrió también.
Hablábamos de como le fue con Mina en su cita. Me dijo que Mina le parece una chica increíble, linda y muy madura. Pero que no quería ir muy rápido con ella.
También me comentó que cada vez que Mina la miraba sentía mariposas en su estómago.
Y si estás dos no se terminaban casando yo me aseguraría de ponerles una pistola en la cabeza y hacer que se casen a la fuerza, porque ambas son chicas increíbles y yo creo fielmente que se merecen.
Volvimos al aula y vimos a nuestras demás amigas, vimos a Dahyun hablando animadamente con Eunha y Sana a su lado, también pude ver a Yeri con Sooyoung quien hablaba con ella muy cerca.
-¿Y tú como vas con JiHyo?- preguntó Chae.
Di un suspiro pesado.
- Bien. Seguimos sin tener algo oficial, pero estamos bien.-
Sonreí tímidamente.
-Eso es bueno, Yoda.-
Me dedicó una linda sonrisa.
La maestra entró al aula, ya no pude hablar más con Chae.
Las clases dieron fin, rápidamente tomé mis cosas para salir y así poder encontrarme con la mujer que me robaba suspiros.

[...]

JIHyo pasó por mi, como de costumbre, decidimos tener una "cita" en una heladería, este lugar es uno de mis favoritos en Seúl, ya que cuando la mamá de Nayeon vivía, solía traernos aquí, su mamá, ojalá hubiese podido verla como mi madre, aún así pasábamos buenos momentos en familia, sólo ella, Nayeon y yo, ya que mi padre siempre estaba ausente.
-Tzuyu la mayoría de gente que está en este lugar son menores de edad... Y algunos adolescentes. ¿No prefieres ir a otro lugar?.-
Se removió algo incómoda, ya que vio a algunos empleados y le preguntaron si era mi niñera. A lo que ella negó.
-Claro... sólo pido un helado y nos vamos JiHyo.-
Fui con ella a pedir un helado de vainilla y para ella una malteada de fresa.
Obviamente JiHyo pagó la cuenta, sin más  salimos de mi lugar favorito.
Salir con JiHyo a lugares que un adolescente normal iría resultaba un rotundo fracaso.
Siempre JiHyo terminaba huyendo de esos lugares.
Aún así estar con ella, me resulta increíblemente maravilloso.
Cada día que pasa me doy cuenta, de cuán tierna y protectora puede ser JiHyo conmigo.

Nos encontrábamos en un parque, sentadas en una banca.
Veía como JiHyo se perdía pensando y yo como la idiota que soy, me le quedaba mirando.
-Esa heladería me recuerda a la mamá de Nayeon.-
Solté sin más, conseguí que Jihyo me mirara confundida.
-¿Por qué cariño?.-
Dijo de manera dulce.
-Cuando Nayeon y yo nos portabamos bien, como premio nos llevaba allí, yo le pedía un helado de menta mientras que ella sólo  comía una paleta de fresa. Nayeon pedía helados variados.-
Sonreí al recordar esos momentos.

-Nunca tuve una mamá, mi mamá murió cuando yo nací.
Crecí con mi papá hasta los cinco años, que es dueño de algunos hospitales privados en Taiwán.
Cuando cumplí   los cinco años conocí a la mamá de Nayeon. Ya que mi padre se había casado con ella. Nayeon, quien apenas tenía doce años, era muy linda y amable conmigo.-
Suspire al recordar lo anterior, la mayor se quedó algo sorprendida ante mi pequeña historia.
-¿Dónde está tu padre ahora?.- Preguntó JiHyo.
Mordi mi lengua al recordar porque terminamos aquí. Reí con un toque de ironía, JiHyo me miró aún más confundida que antes.
-En Taiwán. Cuando Nayeon le confesó que salía con Mina, mi papá se puso furioso y la echó  de la casa, la mandó aquí, le terminó de pagar los estudios, mientras que yo  decidí venir a vivir con mi hermana. Mi papá no se opuso, ya que no tendría que hacerse cargo de mi, como siempre he sido una carga para él, el cree que le traigo mala suerte. Y creo que mudarme con Nayeon tampoco fue buena idea, ya que algunas veces cuando esta ebria, dice que soy un estorbo. - Mis lágrimas amenazaban con salir, sentía mis ojos nublarse  y el tonto nudo en mi garganta.
JiHyo  no  dijo  más, sólo se abalanzó sobre mí y me dio un fuerte abrazo.
-Nunca serás una carga para mi, te amo Yoda, te amo demasiado.-
Dejó  varios besos en mi cara y con sus manos secó mis lágrimas.
-y-yo también te amo JiHyo.-
Dije balbuceando.
Ella me miró a los ojos, sentí la necesidad de hacerle la ya tan esperada petición.
-Soy un asco con los romances, pero ¿quieres ser mi novia?.-
JiHyo abrió la boca en forma de una "o", asintió varias veces.
Se tiró sobre mi y me besó, ¡me había besado en público!, ahora podía decir que JiHyo era mía y yo suya.
-t-te llevaré a casa cariño. Nayeon debe estar preocupada.-
Asentí, fuimos hasta su auto con  las manos entrelazadas.
Si este era un sueño, realmente no quería abrir los ojos nunca.

Desgraciadamente la realidad te hace abrirlos y de golpe.

-Llegó una llamada de papá.-
Esas fueron las últimas palabras de Nayeon antes de que mi pequeño mundo de felicidad se desmorone.

-Pregunta qué, qué ha pasado contigo.-
Y la amenaza de Sandara fue cierta. Si tan sólo hubiera accedido a lo que ella quería.
Mi destino no sería Taiwán.

Sugar Mommy~ (Jitzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora