D R O W N

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Alenk Donnovan

5 días después de la casa de Margareth

- Quiero creer que esto es una pesadilla, donde todos tienen planeado suicidarse y jugarse la vida por una persona que tal vez ya está hasta la madre de ti. No es mi caso, porque tengo la certeza que Margareth me amaba, creí en cada palabra de afecto que ella denotaba hacia mí, y pues que más prueba que ella dejara que la besara hasta zacearme de su dulce néctar.

Llegue a pensar que esto tal vez no haya sido un suicido cualquiera, tal vez alguien la obligo, tal vez alguien lo hizo y puso pruebas que tal vez ella lo haya hecho, o no tengo la maldita idea, perder mi tiempo en este antro no me está ayudando, veo a Cam al otro lado de la barra manoseando a una chica, pobre, no sabe que ese chico tiene mujer y un bebe en camino, pero bueno, es un asco ver esta clase de cosas, pero no podemos controlar al mundo y más al ser humano que es un maldito idiota por creerse superior a la vida y de sus trampas.

Veo el shots de tequila que tengo entre mis dedos, hace dos horas estoy en esta posición y no me atrevo a tomarlo, la mesera hace media hora me puso la mitad de un limón y el frasquito de sal, ha de pensar que soy un primerizo en esto, y pues claro, soy un hombre que está en un proceso de ser un doctor y pues beber este tipo de cosas hará que me cague en mis exámenes; aún sigo pensando como pude llegar hasta aquí con Cam, cuando en ningún momento me he llevado bien con ese tipo, solo es un compañero de trabajo que aborrezco por hacer este tipo de cosas.

Me levanto de donde estoy sentado y decido irme, es demasiado pasar un minuto más en este lugar. Mientras avanzo a la salida trato de no golpear a las personas que se ponen al frente mío, esquivo y busco algún espacio libre, hay demasiadas personas, pero al fin logro salir, la calle está muy desolada, quien se imaginaria que hay un club nocturno en esta zona, trato de caminar lo más relajado, mientras intento pensar donde queda mi casa en este lado de la ciudad, pensándolo bien creo que estoy cerca de la casa de Chris, hace mucho tiempo no le veo y creo que ahorita es un buen momento.

Camino a paso tranquilo mientras saco mis auriculares de mi bolsillo y los coloco en mi celular, empiezo a buscar una canción buena para motivar mi paso, y lo primero que busco es el dúo que tanto le fascinaba a Margareth, Twenty one pilots, tienen buenas canciones no lo puedo negar y jamás negaría que es una dúo genial con el simple hecho que Margareth era fan de ellos.

Con Car radio escuchando en mi celular y las luces que hay encendidas en varios restaurantes hace que motive mas mi paso, trato de seguir a Tyler con la voz, muevo mi cabeza de un lado a otro y hago una batería invisible con mi manos, me deslizo, salto y trato de alcanzar la nota alta de la canción, sigo con mi camino medio movido, no me doy cuenta cuando ya estoy al frente de la casa de Chris, justo en el momento que la canción termino.

Guardo mis auriculares en mi bolsillo justo con mi celular, camino hacia a la puerta y toco, toco y no paro de tocar la puerta, mi punto es hacer enojar a Chris, ya que vengo a las 2 de la madrugada a su casa con todos los ánimos del mundo, no tengo ni idea de donde saque tanta positividad, pero quiero sentirme así hoy, no es algo normal de mí, pero quiero hablar de Margareth, y todas las veces que la vi sonriendo y yo sonreí, de los infinitos lunares que tenía en su rostro, de las bellas lagunas que tenía por ojos y los bellos labios que hacían que con un beso le diera la vuelta al mundo en menos de un segundo, de lo cálido que era sentirla cerca, su calor y el bello aroma que manaba de ella, no puedo evitar decir que esa mujer que hoy no está aún me tiene delirando por su bello y fugaz cuerpo.

Escucho unos pasos acercándose a la puerta, miro la perilla moverse y miro a un Chris Daniels con la cara hecha un desastre, con el ceño fruncido y un cabello despeinado, me mira con los ojos medio abiertos y me deja entrar, sin más entro a su casa que huele a queso añejado. Bueno él no vive con sus padres, es mi mejor amigo que está en un arresto a domiciliario, quien diría que apuñalar a tu maestro de Química avanzada haría que terminaras aquí, solo y con un desastre que a ti te da pereza limpiar.

-¿Qué haces aquí y a esta hora?- su rostro medio cansado y su mirada con intriga me hace hablar.

-No sé, estaba en un club con un compañero de trabajo y salí de allí porque no soportaba un minuto más en ese lugar y decide venir a verte. ¿Acaso está mal venir a ver a mi mejor amigo de la infancia?- lo digo con ironía lo último, no sé si Chris sabe que Margareth murió, y si no es así, me sería más fácil poder estar tranquilo con el sin recibir un lo siento. Veo a Chris con cierto aspecto de duda o algo con mis palabras, su mano hecha puño en su barbilla lo delata.

-Ok, sé que Margareth murió, y si te lo preguntas en las noticias salió todo eso, y pues no te diré lo siento ni nada que resulte ridículo de mi parte, porque sería algo estúpido decirlo, solo te diré tres palabras, ¿Qué putas haces en la casa de un chico que apuñala maestros de química solo porque no le quisieron decir donde puercas queda Chernóbil?, carajo.

-Pensé que eran tres palabras, Chris. - Mire a Chris voltear los ojos y ponerlos en blanco, y recostarse en el sofa haciendo un suspiro algo molesto.

-Era sarcasmo Alenk, en parte la conoces bien, solo evades mi pregunta, dime por que carajo, fuiste a un club, no te gustan ese tipo de lugares y mas andar a estas horas de la noche?– No comprendo porque esta tan angustiado, solíamos hacer este tipo de cosas.

-No lo sé, iba dispuesto a dirigirme a mi casa, cuando llego Cam a decirme si íbamos a un club que esta a reventar de putas, tal vez eso me hacía sentir mejor, beber unos tragos y eso. Pero cuando llegue a ese lugar y me mantuve dos horas sentado viendo un maldito trago de tequila hizo que todo me bajara y me arrepintiera, salí de allí y me dije, ¡Oh! estoy cerca donde Chris, iré donde mi amigo que ya tiempos no veo. – Chris analiza mis palabras, imaginen al chico que estudiaba para ser un abogado, viéndome y analizando mí caso.

Chris Daniels

No logro imaginar el dolor que debe sentir mi mejor amigo, que llego al punto de ir a un club, cosa que nunca había hecho en su vida, camino hasta aquí en media noche, y me habla con toda la paz del mundo, trata de verse tranquilo, creo que cierta parte de él quiere hablar de Margareth.

-Alenk, la mujer de tu vida murió, no tengo la más mínima idea como se sentirá eso, pero poder sacar todo ese dolor no es esta la solución.- La mayor parte que dije este dialogo no me miro a los ojos.

-Margareth no ha muerto, ella sigue vive.

-Sé que vive en tu corazón y eso Alenk, hablo de morir que ya no está en este mundo.- Parece un niño con estas cosas.

-No, no está muerta, ella me hablo, ella me habla, la escucho decir mi nombre, la escucho llamarme con ternura, con su bella y dulce voz.- No se cómo reaccionar a esto, pero creo que es algo ficticio.

-Ella no puede hablar contigo, Alenk, ya no está aquí entre noso...- No me deja terminar cuando se levanta de golpe y me ve enojado.

-¡Deja de decir estupideces, Chris, ella no ha muerto, si fuese así no escuchara su voz, no oliera su aroma, no podría sentir esto, maldita sea, ¿no entiendes? Ella no está muerta! - Mi cabeza voló, mis pensamientos se hicieron de lo más pobre ante esto.

-No entiendo nada de esto, pero lo único que quiero que sepas que después de escuchar y oler algo que ya no está, es raro, o no tengo la más mínima idea, Margareth murió un 25 de octubre, y ya un mes de lo ocurrido. Piensa bien todo esto, y si realmente te sientes mal, no me molesta que estés aquí, no quiero verte un día de estos en las noticias como lo hice con Margareth, ok.- Da media vuelta y se detiene en un retrato de él y yo de niños, da la vuelta otra vez y me ve.

-Te parecerá loco o algo estúpido, pero cuando miras una estrella fugaz en su punto más alto del cielo, es una persona que ya no está en este planeta y está tratando de comunicarse contigo y decirte que te extraña, en este caso soy el mar recibiendo sus restos, no quiero aceptar que esto de verdad este sucediendo de verdad, pensar que tan solo en días estuvo en mis brazos y la sentía tan cálida y hoy ya no, me siento tan frio y agotado, trato de mentalizar que su voz aun me sigue. Al menos aun creo en su teoría.- Veo a Alenk llorar, y joder, duele ver como mi mejor amigo llora por la chica que estuvo para el en toda su vida. 

Ey jaja perdon por no subir capitulos, tratare de hacerlo seguido, no prometo porque no cumplo esas madres. 

lean la novela de amigo, morros. 

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