--Hola, soy Lilian, pueden decirme Lily-- Dijo la chica morena.
Lily podría ser lo que llamamos bonita, muy bonita. Era una morena de piel canela, ojos negros y grandes como la noche, pero no una noche cualquiera, sino una estrellada y hemosa, y el cabello color azabache liso y suelto.
Algunos quedaron asombrados de la belleza de Lily. Muchos chicos la quedaron mirando embobados.
Las chicas se le acercaban y Emily solo miraba.
Nicolás por otro lado pensaba que realmente era bella pero no tanto como la blanca chica de melena castaña y ojos dulces color miel.
Emily miraba a Nicolás como tratando desifrar lo que estaba pensando sentada apoyando los codos en sus piernas.
--¿De dónde eres?
--¿Cómo alguien como tú llegó a un lugar así?
Preguntas así Em imaginaba que los demás pensaban en decirle a Lily.
Ella solo se mantenía en silencio, y Nicolás también. Aunque la chica nueva no hablaba mucho expresaba muchas cosas en sus ojos. Por eso, mas tarde, Emily fue a su encuentro como siempre lo hacía con la gente nueva. A veces ella pensaba que lo hacía solo de entrometida o lo hacía de curiosa sin afán de ayudar a integrarse a los demás. Pero esas ideas se desvanecían al ver las sonrisas felices de la gente a las cuales ella se acercaba.
-Hola.
-Hola- Dijo Lily.
-Veo que llegaste hoy, espero que puedas adaptarte a este lugar, puede ser un poco tedioso al principio o puede que te asuste pero verás que todo es por tu bien y que corta estadía puede no ser tan malo como creías al principio, por cierto, me llamo Emily- Dijo Em con una gran somrisa dibujada en sus labios creándole hoyuelos en los lados se la barbilla.
-Lilian- Se limitó a decir ella.
Em no sabía que responder, le había cortado la conversación de lleno.
-Que lindo nombre.
Lilian sonrió.
-Gracias.
-Todos estamos aquí por algo, sino, no estaríamos aquí- Mencionó Emily haciando círculos con sus muñecas en señal de que era obvio lo que decía.
-Supongo que nadie quisiera estar acá.
Emily pensó que tal vez, solo tal vez ella era rara. Los demas odiaban estar allí pero ella se sentía tan cómoda y a gusto en esas cuatro paredes que a veces pensaba si era normal que le gustara estar allí, en Corta estadía.
Em solo se limitó a sonreir.
-¿Tu por qué estás acá? Si se puede saber, claro.
-Alcoholismo.
-Ah.
-Nadie nunca imagina que es por eso, mucha gente me mira mal cuando lo menciono.
-No te juzgo, tranquila- Sonrió dulcemente Emily.
En eso, Nicolás pensaba en que haría. Anteriormente había pasado una situación con su amiga muy intensa para él.
¡Se habían tomado las manos!
Pero no solo eso. Sus dedos se entrelazaron de una forma mágica, inimaginable e indescriptible. El solo tocar la piel de Emily le produjo electricidad desde la palma de la mano pasando por su cerebro hasta el corazón, donde se almacenan los mas bellos sentimientos.
Nicolás se sonrojó de tan solo recordarlo.
Miró a Em de reojo.
Emily miró a Nicolás también y ambos sonrieron tímidos y nerviosos.
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Mi cura perfecta
RomanceDespues de 3 intentos suicidas los doctores de Emily deciden internarla en un hospital psquiatrico sola y sin idea de lo que se encontraría en ese lugar. ¿Son los psiquiatricos unos lugares horrendos y tenebrosos? ¿Cómo encontrar el amor en un lugar...