Mi cura perfecta

Capítulo 7

--Creo que te verías mejor si te arreglaras el cabello de ésta forma-- Dijo Lily acariciando el pelo de Nicolás.

Ambos se habían vuelto muy unidos, demasiado tal vez.

Nicolás solo reía tímido mientras mas gente lo rodeaba. Antes quizas jamás hubiese pensado en que sería el centro de atención positivo de algo.

Emily y Marie eran mas unidas cada vez. Siempre andaban juntas con Victoria y eso hacía muy feliz a Em, aunque no tenía la compañía incondicional de Nicolás.

Su amistad seguía intacta (O eso creía Emily) pero ahora cada uno tenía un grupo distinto de amistades. Cada quien se juntaba con otra gente hasta ya ni se sentaban juntos a comer.

Emily se sentía reemplazada. No celosa, no. Pero si sentía que Nicolás solo se volvió su amigo por que no tenía a nadie mas y, al conocer a Lily todo se fue por la borda. Cada vez que ella pasaba por el lado de él, Nicolás la miraba sonriente pero en cambio ella no lo miraba y seguía su camino como si nada.

Nicolás agachaba la mirada al ver a su amiga tan distante. No entendía por qué estaba tan alejada, ¿Abrá hecho algo que le molestara? Estaba abrumado. Encerrado en la angustia y la incertidumbre. Quería a Emily, la quería mucho, ojalá ella lo hubiese sabido, porque de saberlo ella no se sentiría utilizada y reemplazada como ahora lo estaba sintiendo.

--¿Por que estás así, Emily?-- Preguntó Victoria sinceramente preocupada por su nueva amiga.

--Por nada.

Victoria solo se limitó a sonreirle satisfecha de la respuesta de Em. Vicky era muy inocente en ese aspecto y si le decías que estabas bien pues ella te creía.

Em quería confesarle todos los enredos de su cabeza a Nicolás, explicarse a si misma que fue lo que sintió al contacto de sus manos, saber por qué le molestaba tanto la visita de esta nueva chica. Tenía un platón de tallarines en su cabeza de dudas, solo de dudas.

Ella se acostó en su cama mirando el techo como siempre lo hacía cuando no sabía que hacer ni sentir.

--¡Cawabonga!-- Gritó Marie al lanzarse sobre Emily aplastándole la barriga.

--¡Quitate, quitate!-- Reía Em.

--No hasta que me digas que rayos te ocurre.

--¡Jamás!

--Pues deberás soportar al monstruo de las cosquillas.

Marie le hacia cosquillas a su amiga para poder hacerla reir de verdad, no falsamente como estaba haciéndolo últimamente.

--¡Bien, bien! ¡Te diré!

Marie se sentó incada en la cama de Emily y por su parte, Emily hizo exactamente igual.

Em le explicó todo lo que estaba sintiendo y, aunque estaba muriendo de la vergüenza mientras Marie le ponía caras coquetas y risitas locas, sabía que hacía lo correcto.

Hablar de esas dos era como hablar de Batman y Robin, eran un equipo dinámico. Se apoyaban mutuamente y estaban juntas en todo momento del día riendo y hablando.

Por su parte, estaba Nicolás que se sentía confundido.

--¿Estás bien, Nico?-- Dijo Lily sentándose a su lado y poniendo una mano en el hombro de él.

--Si.

--¿Qué?

--Si-- Repitió mas fuerte.

--No me lo parece, ¿Te gustaría que habláramos?-- Decía mientras se acercaba un poco mas. Ambos estaban sentados en el sillón que Nicolás solía sentarse... junto a Emily.

--Me parece que Em está enojado conmigo.

--¿Em?

--Emily.

Lily sabía perfectamente de quien estaba hablando pero se sorprendió al saber que se llamaban con apodos. ¿Por qué hacía todo esto Lilian? ¿Por qué tan empeñada en separar a ambos?

Simple.

Celos.

Lilian envidiaba la voz tan dulce de Emily, sus ojos sinceros y su sonrisa encantadora y llena de bondad.

Desde un inicio entendió la complicidad de los dos tortolitos aunque ambos no notaban la química que emanaban.

Estaba tan convencida de que, si los separaba, iba conseguir derrumbar a Emily, y para ser sinceros, lo estaba logrando.

Nicolás se ruborizó ante el contacto de la piel de Lily y la de él. Estaban muy cerca, demasiado, y ella le miraba como un león a su presa a punto de ser devorada.

Estaba avergonzado, quería arrancar de ahí, huir y jamás volver a verla. Se sentía muy incómodo y había entrado a su espacio personal, donde nadie había entrado, ni siquiera Emily.

No sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, ni felicidad ni absolutamente nada mas que incomodidad.

--Cualquier cosa que quieras decirme o solo hablar conmigo debes decirme, somos amigos después de todo-- Terminó de decir tocándole la pierna.

Nicolás se levanto de su asiento rápidamente totalmente incómodo y se fue a su habitación a acostarse a su cama con la almohada en su rostro.

Pensaba que en qué rayos se estaba metiendo con aquella chica.

Emily no era así.

Emily...

La quería tanto.

Habían pasado a penas dos semanas y ya estaba seguro de que era especial, especial para todos, especial para él.

Quería tocar sus manos nuevamente.

Sus manos...

Se había vuelto una adicción el pensar en sus manos suaves que le habían hecho reaccionar de tal manera. Se había hecho una costumbre ver sus ojos grandes color miel y se había hecho una tradición el mirarla reir a carcajadas.

Se había hecho un deseo tocar sus labios, tenerla con él, junto a él.

Emily, gracias a los consejos de su amiga Marie estaba completamente decidida. Sabía lo que sentía y lo que su relación no era: amistad.

A ella le gustaba Nicolás.

Le encantaba.

Pero no sabía si él correspondería y mas aún estando con Lilian. Pero se armó de valor, total, si no funcionaba solo iba a estar un tiempo más y puede ser que jamás lo volviera a ver en su vida.

Cerrando los ojos se imaginaba como sería estar junto a él en el parque, en la playa disfrutando de un helado.

Todas esas cosas que no podían hacer en ese lugar.

Asi que el día que se iba a declarar, que iba a tomar la iniciativa recibió una noticia que la llenaría de angustia y de felicidad a la vez.

--¡Emily!-- Gritaba Marie saliendo del psiquiatra --¡Me voy de acá!

Em tragó saliva y sus ojos se inundaron de algo llamado egocentrismo.

Espero les gustara el capítulo que hice con tanto amor ♡
Atte: Laddy