Dos

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Así fue como se conocieron y ante los ojos del mundo se podría decir cómo fue que un ángel y un demonio decidieron retar a Dios y cruzar la línea.

Jin ni siquiera tuvo que preguntar la dirección de la casa de Rose por que aunque hasta ese momento no le había dirigido la palabra, él en si era bastante observador, pero con las cosas que realmente le interesaban podía llegar a serlo muchísimo más, así que obviamente se había dado cuenta cuando una familia se había mudado al edificio de alado, y sí, todo el mundo había cotilleado sobre los nuevos residentes por que no solo venían del extranjero sino que también compraron el segundo edificio más costoso de esa ciudad, en un principio no estuvo seguro de que exactamente llenó su atención, tal vez su procedencia, tal vez su falta de pasado, era un rostro nuevo, una cara nueva, quizá su apariencia, o aquella mirada, que aveces parecía romperse, había algo cautivador en ella, algo diferente, y que esta estuviera tan cerca de él hacía todo más fácil como si el universo le estuviera haciendo un obsequio y de cualquier manera él acabaría entrando en su vida.

La madre de Jin como la mayoría de personas se había interesado en la nueva familia vecina y había decidido invitarlos a cenar y esa fue la excusa perfecta para volverla a ver sin que este pareciera muy desesperado.

Aquel viernes por la tarde vio como una mujer bastante arreglada con un vestido azul rey con mangas que llegaban hasta el antebrazo, tacones del mismo color y un anillo con un gran diamante reluciendo en su dedo anular, salía por el ascensor que daba directamente a la sala principal del edificio acompañada por su esposo que llevaba un traje negro, el cual tenía a su lado a su hija, esta traía un vestido beige más abajo de sus rodillas y tacones del mismo color, algo que Seok Jin hubiera previsto, aquella mañana al despertarse y encontrarse en medio del silencio, un pensamiento llegó a su cabeza, le gustaba imaginar cosas de vez en cuando ya que era consiente de que acabaría acertando, y una sonrisa se instauró en sus labios al ver que de esa manera la había imaginado, ambas mujeres tal vez por coincidencia o tradición llevaban el cabello recogido la madre en un perfecto moño y la hija en una coleta, la cual se deslizaba suavemente por su espalda, ella había heredado el color de cabello de su padre, un rubio dorado, que complementaba la imaginación que Jin tenía al pensar en un ángel.

La madre de Jin le había dicho que usara traje, aunque ella sabía que realmente eso era irrelevante ya que Jin siempre sabía lo que tenía que hacer, siempre había sido un buen hijo, tenía unos impecables modales, excelentes calificaciones y nunca había dado nada malo de qué hablar, era su orgullo y su heredero, pero en realidad él era más inteligente ya que las cosas que hacía se las mantenía solo para él y claro sus verdaderos amigos, que obviamente nunca revelaría un secreto.

La cena transcurrió exitosamente, según las palabras que su madre le diría más tarde, y como cualquier adulto o persona en generar los padres de Rose amaron a Jin por ser tan educado y saber tanto sobre temas políticos, y como cualquier padre entre parejas presumieron a sus hijos, Rose obviamente también era la hija modelo, pero a diferencia de Jin ella enserio era un ángel. O eso pensó Jin.

-Es el mismo instituto al que asiste nuestro hijo- dijo la madre de Jin al escuchar el nombre del colegio en el que los padres de Rose había decidido ponerla - Es el mejor, Jin a estudiado ahí casi toda su vida y el rector es un buen amigo, no es así cariño- presumió la madre de Jin mientras el padre del mismo asentaba con la cabeza.

-¿Enserio?- El padre de Rose que al parecer era un hombre más animado y que por lo visto no estaba rodeado por ese aire de presunción y parecía más amigable, que los demás adultos en aquella mesa y él cual parecería no notar como su esposa y sus otros acompañantes luchaban por saber cual era el mejor, hablo -Vez Rose, ahí está ya tienes un conocido, así podrás seguir haciendo amigos- Concluyo palmeando la espalda de su hija, dando a entender que no solo su decencia era diferente si no también su forma de pensar. Aquella acción hizo que Jin sonriera y no por que así su ego hubiera crecido más, ni tampoco a manera de burla hacia ella, si no más bien, por que lo sintió un tanto adorable. Y más cuando noto cómo Rose pareció atragantarse con la bebida que tomaba.

LOVERS |+18| KSJ (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora