Capítulo 2: Inseguridad

1K 66 39
                                    

Luego de pasar aquella tarde en la casa de Geraldine, fue a su casa. No le agradaba estar ahi, con una familia que parecía avergonzarse de lo rota que estaba. Independiente, Andrei tenía una sonrisa en su cara. Aun se encontraba feliz por el buen inicio de semestre que había tenido, en él existía la fe de que todo saldría bien, y el haber hablado con gente hoy lo llenaba de orgullo.

Él era un chico amable, cariñoso, pero un poco introvertido. De esos que cuando están en confianza son alguien completamente diferente al chico tímido que conociste en un principio. El problema estaba en que le costaba entrar en confianza. Y eso mismo era lo que quería cambiar este año, quería que todo fuera diferente y aprovechar el nuevo ambiente, donde nadie lo conocía y podía mostrarse como una persona distinta a la que había sido años anteriores. Por ese motivo era también significativo para Andrei el hecho de haber hablado con alguien, de otro curso, el primer día de clases. Era un gran avance.

Sin mayor novedad, comió, de duchó y se fue acostar. Mientras comían, su madre le preguntó a que se debía su felicidad. "Nada" fue la corta respuesta que le otorgó. Porque en realidad, hasta el había empezado a dudar de que si su sonrisa era porque había hablado con alguien, o porque había sido ese alguien.

De manera única hacía ya mucho tiempo, su insomnio no lo visitó esa noche. Parecía de verdad estar agotado, y querer ya que fuera martes. "Buenas noches" fue el último mensaje que escribió en su celular antes de cerrar los ojos. ¿Destinatario? Su mejor amiga. No esperó la respuesta, ya que seguramente, conociendo a Geral, ésta ya estaba en el quinto sueño.

Al despertar en la mañana, tenía un "buenos días" como respuesta de la chica. Hizo su rutina normal, despertarse, tomar desayuno, decir adiós y partir hacia el metro. El mismo camino que recorría en soledad hacía ya unos años.

Martes con un sol que aún no salía y todo era común y corriente. Bajar por las escaleras que parecen no dar abasto con la cantidad de gente que sube y baja. Pasar la tarjeta por los torniquetes con rapidez para que pueda permitirse un paso fluido. Y luego, volver a descender por otras escaleras hasta el andén, donde se espera al siguiente tren. Hora punta, cuando aquel subterráneo no es nada más que un lugar asqueroso.

Pero Andrei estaba acostumbrado, después de todo tampoco era tan malo. El tener audífonos puestos lo hacían ver todo desde una burbuja, que solo era interrumpida cuando de vez en cuando alguien tropezaba con él, o cuando le hablaban y tenía que quitarse uno de los auriculares para poder escuchar.

Se dirigió al frente del andén, cerca de aquella línea amarilla que nadie cruzaba por seguridad, para así poder subirse rápido al carro. En una de esas, cambió su mirada fija en sus pies a una más atenta de su alrededor. Miro en 180° a quienes se encontraban en aquel lugar. Pasó sus ojos rápidamente por varias caras desconocidas, hasta que su mente reconoció a alguien.

Un chico en la esquina izquierda, también con audífonos en ambas orejas y mirando hacia abajo. No muy alto y pelo negro. La memoria no le fallaba al castaño, sabía quién era. "¿Por qué no?" se dijo asimismo, ante la interrogante de si acercarse o no.

Logró, con dificultad, abrirse paso entre la gente para llegar hasta estar delante de aquel muchacho con un tatuaje en el cuello. Tenía la mirada fija en su celular, que reposaba en sus manos, por lo que no se había dado cuenta de la presencia de Andrei. Éste último movió su mano por delante de la cara del tatuado, a modo de llamar su atención.

Lo logró, el chico levantó su vista, y extrañado se quitó su audífono izquierdo para poder hablarle.

- Hola, ¿Nos conocemos?- preguntó con voz confusa el petiso.

- Hola, si. ¿Felipe, verdad? Soy Andrei, el amigo de Geraldine.- intento explicar Andrei. Quizás no fue una buena idea el acercarse.- Nos conocimos en una fiesta el año pasado.

Sal y limón | AU HERNANDREI ❀ [CANCELADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora