- Saben que en estos momentos su estadía acá está en jaque, ¿cierto? - seguía diciendo Nicole. Obviamente era en un tono de reproche pero en lo profundo de su ser compartía el sufrimiento de su amigo, más poco le importaba lo que pasara con Yerko.- Andrei, de verdad gracias por detenerlos y cuidar a Hernán cuando yo no estaba.- le dedicó una sonrisa amable al menor de quienes se encontraban en el lugar.- Pero ya puedes retirarte, ve a clases y te informaré de todo durante el día.- concluyó.
Andrei solo respondió con un "No fue nada" ante las palabras de la chica, para luego despedirse de Hernán y su amiga, dedicándole una última mirada de preocupación. Al momento de abrir la puerta alguien también había girado la manilla del otro lado: Icha. El castaño se terminó por despedir de la enfermera y dejó el lugar, con una dolorosa angustia en su pecho. "Pueden expulsarlos" pensaba mientras caminaba escaleras arriba con dirección al aula. También su mente repetía sin cesar lo presenciado hace unos momentos: Hernán golpeando a Yerko, con sus manos ya no tan morenas si no bañadas en líquido rojo, una cara que dejaba ver su sufrimiento y luego ojos con órbitas perdidas, un Hernán ausente.
A Andrei nunca le había tocado ver algo así, ya que en su ex colegio las peleas nunca pasaban más allá del hostigamiento verbal. En estos momentos quería ir donde Hernán, cuidarlo y por sobre todo, evitar algún castigo mayor. Se sentía inútil por no poder hacer nada y estar volviendo rendido a las clases, pero tampoco es como que tuviera algún peso en aquel establecimiento educacional que lo había recibido hace apenas una semana. Resignado, tocó la puerta de madera que le permitiría reingresar al aula. Su mente le decía que no lo hiciera, pero sus acciones contrarias se le adelantaron y de un momento a otro ya estaba sentado junto a Geral, al final de aquel salón.
- Weon, ¿Qué pasó? Ni te cuento la media cagá que quedo, aparte de Hernán y el otro tipo están hablando de ti también.- Geral le contaba con cierta efusividad, hasta que se fijó en la mirada rota de Andrei.
- Geral, pueden expulsar a Hernán.-
Fue lo único que se limitó a responder antes de acomodarse sobre su mochila que reposaba en la mesa delante de él, disponiéndose a dormir. No quería ni haría nada relacionado a la clase.
- Bueno tía yo me llevo a estos dos cabros, gracias por todo.- fue lo último en decir Nicole antes de abrir la puerta de la enfermería, indicándole a los dos otros estudiantes que era el momento de retirarse.
Hernán se despidió amablemente de la mujer, con un beso en la mejilla como símbolo de educación para luego retirarse. Caso completamente contrario a Yerko, quien apenas la miró antes de salir del lugar. Los tres caminaron en silencio a lo largo del primer piso, sabían a lo que iban y no era fácil. Al menos ya tenían una apariencia "presentable" (entre comillas, porque ambos parecían momias con vendajes en sus manos y frente). Si de algo se percató en el camino Hernán fue que Nicole llevaba en sus manos tres celulares distintos y solo reconocía el de ella, por lo que los otros dos seguramente los había pedido prestados y el motivo no era muy difícil de imaginarlo.
Al llegar a aquella oficina un escalofrío recorrió el cuerpo de Hernán, pese a la calidad de la mañana ese lugar parecía un congelador, y sumado a las circunstancias había sentido como si un fantasma lo hubiese atrasado. Sintió la penetrante mirada del inspector sobre él, nunca habían tenido una buena comunicación incluso estando dentro del consejo estudiantil. Tampoco es como si se vieran seguido dentro de las jornadas escolares, pero vez que lo hacían, aquel señor amargado encontraba algo que reprocharle. Sin importan con quien estuviera acompañado, las quejas por parte de él siempre iban contra Hernán y para éste ultimo la razón era un poco obvia; homofobia dentro de una relación asimétrica.
- Gracias Nicole por traerlos.- fue lo primero en decir, ante lo que la aludida solo asintió con un gesto de cabeza.
La chica sabía que era algo que tenía que hacer, como en cualquier caso de violencia dentro de la comunidad escolar debido a su cargo en ella, pero se sentía culpable por traer a su amigo a algo que para todos los estudiantes era una especia de "corredor de la muerte". ¿Exagerado? Quizás, pero no era menor a lo que se exponían.
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Sal y limón | AU HERNANDREI ❀ [CANCELADA]
FanfictionHernán Arcil es un chico normal de 17 años, con una vida como la de cualquier adolescente, buenos amigos y excelente reputación entre los alumnos de su liceo. Parte del grupo popular, su vida daría un giro al entrar a cuarto medio, su ultimo año en...