Capítulo 2

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Anteriormente...

David

Detesto estar aquí. Cada vez que me llaman a la oficina del director es para responder a los actos de mis hermanos y siempre he de recibir un estúpido sermón del viejo.
No sé qué habrán hecho esta vez, pero ya es tiempo de que ellos mismos sean los que reciban el regaño.

Espero sentado en una de las sillas frente al escritorio, la secretaria recurrentemente voltea a mirarme y después continúa en lo suyo.

Alguien toca la puerta, volteo y veo entrar a un chico; ni idea de quién sea, así que lo ignoro.
Poco después entra el director, le volteo los ojos y él se da cuenta, pero no me dice nada.

-. Disculpen la demora muchachos -dice el viejo-. Joven Díaz, joven Vázquez -se dirige al chico y a mí-. Los he citado hoy aquí para ponerlos al tanto de las actividades de las cuales se encargarán como pilares del consejo estudiantil.

-. ¿Qué? -pregunto en seco-. ¡¿Y yo en qué día de mierda me postulé?!

-. ¡Joven Vázquez! -hace una pausa-. Mantenga la calma por favor, sin mencionar que le hemos dicho que su insolencia hacia sus mayores... -refunfuño y el director respira profundo-. Bien, al grano. Los profesores y yo decidimos que este año sería mejor si los integrantes fueran escogidos en base a su desempeño académico. Y ambos fueron elegidos para ser presidentes del consejo estudiantil, ya que ambos llevaron un excelente promedio a la par.

El otro chico se sorprendió ante esto, me ofende, pero no quiero complicar las cosas; este chico simplemente ha permanecido de pie y no ha dicho palabra alguna.

-. Pues no estoy a favor -digo y me levanto de mi asiento-. Así que estoy fuera.

-. ¡Vázquez! ¡Siéntese y escuche! -el director me alza la voz y me detengo-. Su promedio será uno de los mejores, pero su conducta podría hacer que le quitemos su beca -regreso a mi asiento con seriedad-. Gracias. ¿Y usted qué opina, joven Díaz?

-. E-esta bien...

-. Me alegra que estemos de acuerdo -sonríe descaradamente-. Bien, no les quito más el tiempo -saca un par de hojas de un cajón del escritorio-. Estas son las actividades que se tienen que organizar para este semestre, y la lista de los demás integrantes del consejo estudiantil -recibo las hojas, pero realmente no tengo interés en ellas-. Pónganse de acuerdo mañana después de clases -saca unas llaves de otro cajón y el otro chico es quién las recibe-. Son duplicados de las llaves de la biblioteca, pueden usarla para trabajar ahí. Pueden irse.

¡¿Qué?! A mí me da una malditas hojas que ni me interesan. ¡¿Y a él le da la posesión total de la estancia más grande de la escuela?! No es justo.

Nos levantamos y salimos de la dirección.

Estoy molesto.

No necesito más responsabilidades, ya tengo suficiente presión; ni siquiera quería participar en este asqueroso consejo de la escuela.

-. Oye... -sin darme cuenta, el chico había permanecido parado junto a mí, e interrumpió mis pensamientos-. ¿Estás bien?

-. Ah. Sí -lo miro fríamente-.

-. Ehm... -parece nervioso-. Mañana no puedo quedarme tiempo de más después de terminar las clases... -hace una pausa y mira a otro lado-. ¿Crees que podríamos vernos una hora antes de que empiecen las clases?

-. ¿Pará qué? -de repente se pone un poco colorado-.

-. Para organizar las actividades...

-. Ah -recuerdo que yo tengo las hojas-. Ten, yo no las necesito.

-. Gracias -recibe las hojas-. ¿Entonces?...

-. Está bien. -empiezo a caminar-. Sé puntual, detesto esperar.

Louis

Observo como se aleja sin decir nada, toma un pasillo y lo pierdo de vista.

AAAAHG. ¡¿Y a este qué le pasa?! Ni si quiera fue bueno para despedirse, maldito grosero, mal educado.

-. Genial. Es el tipo de persona con la que no me quería encontrar -susurro para mí mismo-.

Me voy a casa.

Opuestos (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora