Capítulo 3

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Louis

Realmente no me gusta levantarme temprano, pero no tengo otra opción.
Miro el despertador "4:30 am", que horror.

Me resigno a levantarme y empezar a hacer el quehacer, hago el desayuno y lavo los trastes que quedaron de la cena de anoche.

Termino y me meto a bañar, el agua es tan relajante, tiene la temperatura perfecta, realmente podría quedarme bajo la regadera para siempre.

- ¿Louis? -pregunta mi abuela desde afuera del baño-. ¿Estás ahí adentro corazón?

- Sí abue -contesto-. El desayuno ya está listo, lo dejé dentro del horno.

- Oh, que lindo eres hijito. Esperaré a que termines para desayunar juntos.

- Está bien abuelita, no tardo en salir.

Salgo del baño, me arreglo y voy a la cocina, mi abuela está sirviendo el desayuno.

- No tenías que hacer el desayuno querido, seguramente te levantaste muy temprano ¿verdad? -dice mi abuela-.

- Quería hacerlo, igual tenía que despertar más temprano, debo ir a la escuela un poco antes.

- ¿Y eso porqué amor?

- Me eligieron como presidente del consejo estudiantil, y debo organizar algunas cosas con otro compañero.

- Muchas felicidades hijo - me sonríe contenta-. Pero ¿porqué no hacer esas actividades después de clases?

- No quería dejarte sola por la tarde.

- ¡Ay hijo! -dice de repente-. Tu abuela ya es grande, puede cuidarse sola y ya vivió su juventud -hace una pausa-. Disfruta la tuya, diviértete.

- Pero... -me quedé sin palabras-.

- Nada de "peros" Louis -suspira-. Mira hijo, no debes preocuparte tanto, debería ser yo quién se preocupe. Si tienes cosas que hacer por la tarde, está bien, ¿sí?

- Okay... -la miro-. Pero igual, prefiero pasar la tarde contigo que con otras personas.

- Ay, que aburrido eres hijo -dice seria-.

Su comentario me dió risa y al verme reír mi abuela también rió.

Me despedí de mi abuelita y fui a la escuela.

~

Estoy parado frente a la puerta de la biblioteca cerrada, sin absolutamente nadie al rededor.

- Agh... ¿Realmente vale la pena estar tan temprano aquí? -susurro-. ¿Porqué pide tan arrogantemente que llegue puntual si él ni siquiera se va a presentar a la hora?...

- Oh, aquí estás -escuché decir a alguien detrás mío-. Llegaste puntual.

- Sí -digo molesto-. ¿Empezamos ya?

- Tú dímelo -dice el chico-, eres quién tiene las las llaves de la biblioteca y los papeles con lo que tenemos que hacer.

No me agrada.
Abro la puerta y él se pasa primero, avienta su mochila a un lado de una de las mesas de trabajo y se sienta.
Pone su trasero en una silla, y sus enormes pies encima de la otra a su lado.

- Deberías bajar los pies de la silla -le digo enfadado-.

- Nadie me está viendo, ¿qué importa?

- Yo te estoy viendo.

- ¿Y te molesta?

Me quedo callado. Es realmente irritante, simplemente es de mala educación subir los pies sobre la silla, en especial si puede haber alguien más que se pueda sentar, ¿porqué no puede entender eso?
Me siento en la silla en frente de él y pongo mi mochila en el suelo.
Noto que él me observa.

- ¿Qué sucede? -le pregunto-.

- Ya veo. Te querías sentar junto a mí.

- ¿Disculpa? -pregunto confundido-.

- Es que, veo que haz estado molesto desde hace un rato, y me preguntaba porqué el hecho de que pusiera mis pies sobre una simple silla, de todas las que hay en este lugar, te molestó tanto. Y creo que fue porque querías sentarte junto a mí.

- ¿Ah? -pregunto aún más confundido-.

- Veo que eres lento -hace pausa-, dije que tú querías sentarte a mi lado, y por eso estás molesto.

Me enfado aún más.

- ¿Porqué querría sentarme junto a ti? -pregunto molesto-.

- No lo sé, tú dímelo.

- Escucha, no te hagas ideas absurdas, venimos aquí a organizar los asuntos del consejo, no creas que para mí es más divertido este asunto y que la idea me gusta más que a tí, así que deja de actuar tan arrogante, cierra la boca y haz tu parte.

Se me queda viendo asombrado, realmente sorprendido por lo que acabo de decir. Aunque realmente yo estoy más sorprendido por haber dicho lo que pensé, tan directamente.

- Ten -le paso las hojas-. La primera actividad de la que nos tenemos que encargar es sobre el evento de bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso, debemos reunir al menos a la mitad de todos ellos e invitarlos a que se inscriban a algún club, en especial a aquellos clubes que tienen muy poca gente, por ejemplo ajedrez, emprendimiento, protección al medio ambiente; y también debemos averiguar costos de...

- Hey, espera -me interrumpe-, vas muy rápido.

Suspiro.

- Tú vas a cotizar cuánto sale comprar bocadillos, bebidas y adornos discretos.

- ¿Y tú qué harás?

- La publicidad para atraer a los de primer ingreso.

- ¿Porqué vas a hacer lo fácil?

- Bien, tú haz la publicidad entonces -digo molesto-.

No quería dejarle la tarea de la publicidad, porque algo me dice que este tipo no sabe cómo atraer a la gente a por las buenas.

- Ten en cuenta que el presupuesto que tenemos para esto es de $8000, así que, mide bien los gastos -comento-.

- Eso debería decírtelo yo.

No molestes.

- Cualquier cosa relacionada con los gastos, tenemos que hacérselo saber al tesorero, él será quién administre el dinero.

- ¿Y quién es? -me pregunta-.

- Jair Thomson del grupo A.

- ¿A él sí le preguntaron si quería ser parte del consejo estudiantil?

- Ni siquiera lo sabe aún -le respondo-.

- ¿En serio?

- Sí.

- ¿A caso le preguntaron a alguien si quería participar en esta mierda, antes de comprometerla?

- Posiblemente no -hago una pausa-. ¿Y puedes dejar de ser tan grosero?

- ¿Cuál es tu problema?

- ¿Cuál es el tuyo?

Suena el timbre. Faltan 15 minutos para que empiecen las clases.

- Bien, haz tu parte, yo hago la mía, y así ya no tenemos que molestarnos con estas cosas -tomo mis cosas y camino a la puerta-. Deja las puertas abiertas, en un rato más viene la bibliotecaria -me retiro, sin ganas de despedirme, puesto que ya iba enfadado-.

Es un idiota.

Opuestos (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora