Capítulo 4

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David

Me quedo un rato más en la biblioteca, esperando a que la encargada venga.

- Buenos días -me saluda la bibliotecaria-. ¿Tú abriste la biblioteca?

- No, fue el otro presidente del consejo estudiantil, pero se llevó las llaves y no quise dejar la biblioteca abierta sin nadie que supervisara.

- Oh, bueno, gracias -dice-. Si quieres puedes retirarte, me encargaré desde ahora.

Afirmo con la cabeza, me despido y voy a mi aula.
La clase está a punto de empezar, no tengo ningún interés en esta materia, así que divago en mis pensamientos.

¿Qué le pasa a ese chico?... Es un gruñón, no tiene sentido del humor, sabrá a caso qué es una broma.
Ahora que lo pienso, ¿cómo dijo que se llama?
Creo que no lo mencionó.
Bueno, no importa.

De repente siento los ojos cansados, los cierro un poco, y me quedo dormido.

- Vázquez... -escucho una voz a lo lejos-. Joven Vázquez. ¡Joven Vázquez se le está hablando!

Despierto y me doy cuenta que todos me observan, el maestro está parado frente a mí, se ve muy molesto.

- ¿Es mi clase aburrida para usted? -pregunta; de verdad quería afirmar a eso-. Ya que tiene tanto interés en este tema, hará un ensayo de 30 páginas para este viernes.

- Mierda... -susurro-.

- ¿Qué dijiste?

Oh no, me escuchó.

- Ve a la oficina del director en este momento, no quiero verte hasta que tengas ese ensayo listo.

Me levanto y voy a la oficina.

~

Toco la puerta.

- ¿Me permite pasar? -pregunto a la secretaria, que es la única en la oficina-.

- Adelante David -me contesta amablemente-. ¿Se puede saber qué hiciste esta vez?

- Me dormí en la clase de historia, me sentía cansado y no lo pude evitar.

- ¿Y...?

- Y el profesor se enojó conmigo, me dijo que tenía que hacer un ensayo de 30 páginas para el viernes y sin querer se me salió la palabra "mierda".

- Ah, con que fue eso.

- ¿Qué tiene de malo la palabra "mierda"? Es solo una palabra.

- Los demás pueden considerarlo muy grosero.

- Pues que sensibles.

- Ejem -se escucha desde la puerta, es el director-. ¿Me podrías decir porqué estás aquí y no en tu aula?

- El joven David fue enviado aquí por su profesor de historia -contesta la secretaria-. No hizo nada grave.

- Y si no es grave ¿porqué está aquí?

- Porque mi profesor es sensible a la palabra "mierda", me echó del salón y no me quiere ver hasta que le entregue un trabajo de 30 páginas.

El director pone una cara seria, ay no, aquí viene el sermón.

- David, ¿cuándo vas a entender que no puedes seguir así? Es en serio lo de perder tu beca por tu mala conducta. ¿A caso quieres eso?

- No... -respondo-.

- Entonces empieza a comportarte -hace una pausa-. ¿Cómo van con el consejo estudiantil?

- Bien, creo. El otro chico se molestó conmigo, pero ya nos asignamos lo que cada uno va a hacer para no estorbarnos entre nosotros.

- David, a penas llevan un día con el consejo ¿y ya lograste fastidiar al joven Diaz?

- No fue mi intención, el chico es igual de sensible que el profesor, no tiene sentido del humor.

- David, debes llevarte bien con tus compañeros y hacer que el consejo funcione, eres uno de los presidentes...

- Pero yo no pedí unirme la consejo estudiantil -lo interrumpo-. No entiendo porqué me elegiste para esto.

- ¡Porque era la única manera de impedir que te quitaran la beca David! -me alza la voz-.

Me quedo sorprendido.

- No tienes porque ayudarme con eso...

- No empieces David -se sienta en la silla de su escritorio-. Esto es con lo poco que puedo ayudarte a ti y a tu madre.

- No te preocupes por nosotros, estamos bien.

Salgo de la oficina antes de que diga algo más.

~

Terminó la clase de historia, así que ya puedo volver a mi salón.

- Hey, hey, hey -dice Donovan cuando me ve entrar-.

- ¿Qué quieres?

- Oye. ¿Porqué tan agresivo? -me pregunta-.

- No es de tu incumbencia.

- Bien, no me digas -me mira de manera burlesca-. Pero ya quiero ver a quién le vas a pedir los apuntes y te dirá cuál es el tema que debes investigar para tu ensayo.

- Eres un fastidio.

- Lo sé -sonríe el muy maldito-. Entonces... ¿Qué te dijo el viejo?

- Lo de siempre, que me comporte o perderé la beca, blah, blah, blah, siempre lo mismo.

- Deberías hacerle caso.

- ¿Para qué? -pregunto irritado-. Igual la beca me la quitaran al terminar el año escolar y graduarnos.

- Sí, pero para poder ingresar a la universidad necesitarás la carta de buena conducta, y creo que conseguirla será un gran problema para ti.

- De verdad que eres molesto.

- Es un don.

- Pedazo de mierda.

- ¡Hey! -se hace el ofendido-. Qué grosero.

- ¿Qué les pasa hoy, eh? -pregunto- Todos están muy princesas ahora.

- ¿Puedo ser la princesa Donny?

- Te mataré.

- ¿Porqueeee?

Opuestos (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora