En menos de un parpadeo la cara del chico desaparece y no me queda nada más que dejar ir el aire que había acumulado en el pecho.
-¿Qué demonios acabo de ver?- Dije para mi.
Me recosté en la cama con un sentimiento extraño, mi estómago tenía un enorme hueco y la felicidad que me produjo haber visto al muchacho era muy grande, un felicidad pura, una que solo se produce cuando estas con alguien que amas.
Estoy extremadamente confundido, ¿qué fue eso?, ¿estaré enloqueciendo?
Me levanto de un salto y tomo mi computadora, todo esto debe de tener una explicación lógica. Paso horas buscando en el internet y nada, solo encontré el fragmento de un poema que pertenecía a un viejo libro que actualmente ya no era impreso por ninguna compañía.
El poema habla sobre un hombre con una miserable y solitaria existencia, que al borde del suicidio le pide a Dios que le dé una razón para permanecer con vida, alguien que lo ayude a salir del hoyo sin fondo en el que se encuentra, y antes de que este saltara por un barranco observa a una joven en el cielo, iluminada por las estrellas de la noche.
Es una linda historia pero eso no resolvía para nada mis dudas sobre lo que vi, además mi vida no es tan triste como para que piense en suicidarme. Necesito algo verídico que me diga que acababa de ver.
Me quedo dormido a altas horas de la madrugada y olvido cerrar la ventana de mi habitación. El frio aire que entra por esta me alcanza hasta la cama haciendo que me remueva un poco, pero el sueño y la flojera puede más y no me levanto, otra ráfaga entra y es cuando decido abrir los ojos para ir a cerrar la ventana, pero antes de quedar boca arriba por completo una tercera ráfaga de aire llega a mis desnudas piernas, está a diferencia de las otras es cálida y entra con menos fuerza, parece que me acaricia con suavidad desde mis tobillos hasta las rodillas.
Sin poder mover el cuerpo, la piel se me eriza y algo se remueve dentro de mí.
Todo cesa y como puedo me doy la vuelta para ver hacia el balcón, una silueta que apenas se distingue me observa, con la adrenalina a mil corro a esa dirección pero cuando remuevo la cortina me encuentro solo, no hay nadie.
Mi respiración es rápida y por instinto observo la parte baja de mi cuerpo, tengo una erección contenida por el bóxer. Mi mandíbula por poco se va al piso, esto es lo más estúpido que alguna vez haya escuchado, una erección provocada por un ligero viento en las piernas, podre ser virgen pero esto es demasiado ridículo.
Cierro la ventana del balcón con seguro y voy al baño para darme una ducha fría y que todo vuelva a la normalidad.
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Dante y el chico de las estrellas.
RomanceDante es un joven solitario e introvertido, no tiene amigos y es huérfano. Su vida es muy aburrida y rutinaria, pasa el día en casa solo o en el trabajo. Un par de años después de perder a sus padres, la noche de su cumpleaños número 23, las estrell...