Hijo Del Pecado [•JiminHarem•]

QUETZALCÓATL

Y aquí tenemos a la diosa más sorprendida del mundo, no es una exageración, porque de hecho, su quijada realmente se descoloco de su lugar de tanto que estaba abriendo la boca. Claro que le provocó dolor pero era tanta su sorpresa que simplemente olvido todo, su mente y su cerebro estaban solo centrados en unas cosa, en mostrar toda su sorpresa. Realmente estaba desconcertada, como aquel dios que había demostrado aquel poder, era un dios proveniente de ese lugar, incluso considero el hecho de que fuera una broma, así que busco cualquier indicio de burla de los rostros de los contrarios, pero lo único que encontró fue seriedad en su totalidad. Ella realmente esperaba una broma de mal gusto, pero al cerciorarse de que no era así, se limitó a seguir con la mejor expresión de sorpresa que su rostro ofrecía, e incluso parecía que sus ojos se saldrían de orbita. Y así estuvo un buen rato, en el cual Atenea se preguntó qué era lo que sorprendió a Rodo, pues según ella no había nada importante o imposible de creer en la información que le había dado su esposo a la chica; y su esposo, estaba luchando con sus adentros para no reír de la expresión de la diosa Rodo, que en serio estaba poniendo la expresión más rara que había visto en toda su vida, y eso era realmente extenso ya que llevaba millones de años sobre la tierra.

Entonces teníamos a tres dioses sentados en un comedor hecho de madera fina, en un cuarto de techo alto y tapizado de la más alta calidad, un reloj hecho a mano colgado de la pared, con su típico "tick-tack" marcando los segundos que pasaban, era como si el mismo Cronos hubiese decidido hacer una broma congelando el tiempo solo alrededor de ellos. Y era tal su falta de movimiento que indicara que están vivos, que si por alguna razón medusa pasara cerca no se daría cuenta que ellos todavía no están petrificados y simplemente los pasaría por alto.

Rodo seguía totalmente desconcertada porque conocía al dos por su nombre, y es que algunas veces su padre contaba historias fantásticas sobre él y sus grandes hazañas, pero nunca imagino conocerlo alguna vez. En ese momento nacieron unas grandes ganas de reclamarle a su padre, pues si él le hubiese dicho que la pareja de Atenea era aquel que escuchaba en sus historias, le hubiera ayudado a procesar toda la información que ya hacía en la mente de Rodo como telaraña enredada y con nudos por todas partes. Esa misma información que le había dado el dios, que por fin salió de ese trance en el cual luchaba contra sí mismo para no reír, esa información que hace unos cuantos minutos que había sido rebelada. Hace unos minutos flotaba esta información en el viento:

-yo soy Quetzalcóatl, dios de la vida y la muerte, de la luz, de la sabiduría, del conocimiento, de la creación y del destrucción, señor de día y los vientos, dios de las ex-civilizaciones mexica, tolteca, teotihuacana, olmeca y conocido como Kukulkán en la cultura maya.

Y esas palabras giraban y giraban en su mente, y por fin entendió lo que pasaba esa enredadera en su mente se deshizo y ahora se veía perfecto como formaba una línea recta, y sin más por fin decidió salir del incomodo silencio del que se había dado cuenta en cuanto acomodo sus pensamientos.

-perdón, ya acomode mi pensamientos y tengo que decir que soy una fan de usted- y al ver ahora la cara de sorpresa de los contrarios quiso explicarse- es decir, mi padre me contaba muchas historias sobre usted y yo sinceramente termine admirándolo, y bueno esa fue la razón de mi transe, eso y el hecho de que nunca pensé encontrarme con usted- dijo lo último en un susurro pues su pena embargo sus mejillas tiñéndolas de un ligero rojo.

- yo...no sé qué decir-dijo tartamudeando por la impresión- yo supongo que gracias-dijo en un susurro finalizando la conversación.

- ah, ¿y si van a aceptar la ayuda de mi padre?- pregunto para cambiar de tema. Atenea y Quetzalcóatl se miraron teniendo una conversación silenciosa en la cual solo se utilizaban las miradas para hacerse entender entre ellos.

-yo creo que...- Quetzalcóatl vio por última vez a Atenea para ahora dirigir su mirada a Rodo- tenemos que desistir su oferta, nosotros realmente se lo agradecemos, agradecemos de verdad su oferta, pero ya teníamos una válvula de escape por si pasaba algo así, aunque claro no lo pensamos posible.

- no, está bien, lo entiendo; de hecho debería agradecer el que me permitieran entrar a su hogar, y me dejaran irrumpir su tranquilidad, y ultra agradecer por el festín que me ofrecieron a pesar de irrumpir sin previo aviso.

- gracias a ti por tomarte el tiempo para decirnos sobre lo que planea Zeus- agradeció de nuevo Atenea.

- bueno... me tengo que ir, mis islas están desprotegidas, y no quisiera que algún loco se meta a destruir todo- dijo con un toque de gracia mientras se paraba y nuevamente agradecía. Quetzalcóatl la acompaño hasta la salida y ella agradeció nuevamente por todo.

-Rodo, dile a tu padre que no va a tener a mi hijo en su poder, pero que si realmente quiere solo ayudarnos, el estará en algún lado de América, allí nacerá, se criara y crecerá, sé que él quiere algo pero no voy a dejar que eso afecte a mi hijo- la seriedad del dios era tal que incluso afecto el subconsciente de Rodo- como sea, por favor ten cuidado en el camino.

Ya en el camino de regreso a casa, Rodo busco una forma de explicarle a su padre que habían rechazado la oferta. Y es que estaba sorprendida, no entendía como Quetzalcóatl había adivinado las segundas intenciones de su padre, bueno por algo es el dios de la sabiduría y conocimiento, por consiguiente tenía que ser inteligente ¿no? Y aquí lo raro de ese día no fue toda esa experiencia que se llevó a casa, sino #1 el hecho de no entender porque Zeus quería muerta a una pareja que se veía tan unida y siendo ambos dioses tan lindos como individuos, y #2 que su padre no se puso a hacer un berrinche por el hecho de no haber conseguido lo que él quería, sino al contrario lo tomo con calma y entendió todo sin chistar sobre algo. Y entonces agradeció a sus islas pues cada vez que su padre estaba de mal humor siempre había tormentas y oleaje alto, la cual siempre terminaba por sacarla de mar y dejarla tirada en alguna de las playas de sus islas.

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Es corto, pero aquí acaba la introducción del libro.

Ahora sí que empiece lo bueno...

Quetzalcóatl: dios de la cultura mexica (dios de la vida, de la luz, de la sabiduría, de la fertilidad y del conocimiento, patrón del día y de los vientos, el regidor del Oeste)

(Atenea)

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Bye.