Ayudando por oreos

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Tras lengua el día de clases pasó rápido y con normalidad,nada que destacar excepto por la caída que pegó un cani gordo y sudoroso en educación física y poco más.

Sonó el timbre que daba final a la última hora del día y como un desordenado rebaño salimos todos de clases hacia la salida.Yo buscaba a Julio por si lo encontraba pero como no lo vi por la enorme recepción supuse que se saltó última hora y se fue a su casa.

Así que salí al mismo tiempo que le mandaba un whatsapp a Julio de que iba de camino.La línea de autobús que me llevaba cerca de la casa de Julio no era la misma que me llevaba a casa y tuve que cruzar el parque que había siguiendo la larga avenida situada enfrente del instituto.No  se por qué pero siempre que atravieso esa calle mi cuerpo se envuelve colmado con ganas de comprar cosas estúpidas e inútiles.¿Quién cojones compra una goma de borrar de medio kilo?¿Quién es el desgraciado que compra cubiertos curvos para que al dejarlos apoyados en el plato no se caigan?Yo soy esa persona,mi casa esta repleta de artefactos inútiles que algún loco ingeniero inventó.

Pero el caso es que esta vez pude controlarme,pasé la larga calle llena de tiendas,atravesé el parque que estaba vació debido a que a esa hora la mayoría de personas estaban almorzando y llegué a tiempo a la parada justo para montarme en un bus, un poco más grande en el que me suelo montar porque la ruta es más larga.

Tras media hora de mirar por la ventanilla llego a la parada donde me debía bajar y llegué a casa de Julio.Llamé y me abrió su padre y subí por unas estrechas escaleras hasta llegar a su habitación.Era una habitación como la de cualquier adolescente con la cama deshecha y la ropa encima, un ordenador con una silla giratoria y las paredes repletas de posters.Y encima de todo ese barullo él,Julio.

Él es un chico rubio de ojos claros, mide aproximadamente 1.70m, algo más bajo que yo.Tenía un cuerpo amateur de deportista aunque con una complexión bastante parecida a la mía.Era guapo pero por desgracia siempre había tenido mala suerte con las chicas.

-Hola pasa Simón adelante, pilla una silla.

-Te he dicho mil veces que me llamo Simon, a la próxima te parto las piernas-bromeaba mientras cogía una silla y me sentaba frente a él.

-El caso,me da algo de vergüenza pero necesito tu ayuda.Verás me he enamorado de Olivia hace  ya semanas que ando pillado por ella, es tan guapa y amable...

No sabía si creérmelo pero tal y como me miraba y fantaseaba diciendo su nombre supuse que era verdad, pero no captaba del todo para que necesitaba que fuera a su casa.

-Bueno vale ¿Qué quieres un pin?

-No seas cabrón Simon, se que sois amigos desde hace muchos años necesito tu ayuda para enamorarla.Es super amable conmigo creo que también le gusto-Decía mientras intentaba ocultar la sonrisa que se le dibujaba en la cara.

-No se tío ya sabes es amable con todos quizá no hayas captado bien las señales.

-Noooo tio venga confía enserio jamás había sentido nada como esto por otra persona.

-Descarado van ya 2 veces este año-le restregaba entre carcajadas-pero veré que puedo hacer y solo intentaré que coincidáis no voy a ponerte como una joya.

-Gracias tron eres el puto amo, ven baja que te doy unas oreos.

Y así fue como acepeté la misión de Julio para que estuviese con Olivia. Todo por unas malditas oreos.

la anatomia del corazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora