Capítulo I. "Esos detalles de la vida".

30 6 0
                                    

Parte 3.

Me encontré con las chicas en la salida, se ofrecieron llevarme a casa y de camino ir por algo de comer en la cafetería en el centro, pero les dije que tenía planes, ambas intercambiaron miradas de complicidad, y rodeo los ojos por ello. Se marcharon exigiéndome los detalles y deseándome buena suerte.

Mientras me duchaba rápida, sentí que me observada. Eso puso en alerta tonos mis sentidos. Me volteaba cada tres segundos para rectificar de que estaba completamente sola. Cuando escuché un golpe seco, y respingué. Paranoica, miro hacia los lados, pero no había nadie a mí al rededor. Llego al casillero en donde guardaba mis pertenencias, en el vestuario de mujeres, todas se habían ido, así que solo yo quedaba yo en el vestuario. "A lo mejor no es nada", pensé engañándome a mi mente. Mientras me terminaba de arreglar, volví a escuchar un sonido seco que provenía de las duchas, respigué al momento ahogando un grito. Decidida a averiguarlo, me coloco mis zapatillas y me acerco, pero al llegue, una ducha estaba abierta, el agua se derramaba al suelo corriendo por el desagüe.

- ¿hola? - pregunte con voz nerviosa, pensando que aún había alguien en las duchas, pero nadie respondió.

Mi corazón se aceleraba a cada momento que pasaba aquí sola. Como una niña asustada, me acerque a la ducha, y tratando de no mojarme, la cierro. De camino a recoger mis cosas...

- ¡AH! - suelte un grito ensordecedor - ¡demonios Leo!, ¿qué haces aquí? ¡me asustaste! - me paso la mano por la cabeza tratando de aliviar mi ritmo cardiaco que se descontrolo -, este es el vestuario de mu...

Sus labios me interrumpen dejándome sin aliento. Al recobrarlo, lo empujo.

-Feliz cumpleaños cari...

- cállate sí - lo interrumpo -, que descaro. Te paseas por ahí con ella en frente de mí como si nada y luego vienes aquí, me das un beso como si nada - me limpio los labios con el dorso de la mano - aj, que asco me das.

-vamos Tay, no te moles...

Mi palma impacta con su mejilla, interrumpiéndolo de nuevo.

- ¡oh vete al carajo Leo! - la ira culminaba mi paciencia - si te ven que estas aquí nos meteremos en problema, y Pamela no le gustara saber que estabas en el vestuario de mujeres conmigo - le recalco con el ceño fruncido rebozándome de histérica y enojo.

-mi amor, ella no es nada para mí - dice, acariciándome mi mejilla que ternura, el cielo en su mirada me observaron con un brillo en ellos que curiosamente no me hizo temblar.

-pero aun así estas con ella - le quité la mano de golpe poniéndome a la defensiva.

Bajó la vista arrepentido con ambos ojos cerrados, mientras que yo seguía observándolo con una fría mirada.

-lo siento ok, me equivoque, soy un idiota - abre los ojos y levanta la mirada, me ve con esos ojos azul cielo, poniendo cara de cachorrito regañado -, pero te necesito en mi vida

Por un momento me distrajo su mirada y me besa otra vez. Le respondo el beso introduciéndome a su juego. Pero yo, ya no sentía nada por él, me había lastimado y no podía dar marcha atrás. Así que, me separo de él recogiendo mi bolso, dándole la espalda a él y a sus engaños.

- espera Tay - me sujeta la mano - te prometo cambiar - me suelto de su agarre, mirándolo por encima del hombro, con la imagen grabada en memoria de aquella noche que lo destruyo todo.

-haz lo que quieras Leonardo, yo estoy cansada de esto - y me doy.

~~~

Abro las puertas que dan al estacionamiento y ahí lo veo, con su casco en manos esperando, recostado de la motocicleta con la mirada al suelo. Al subir, una sonrisa se asoma en sus labios carnosos. Mi corazón se detuvo al instante, sintiendo las mariposas revolotear en mi barriga, mis manos me sudaban y las piernas me temblaron. "¡Dios! ¿qué me está pasando?", exclame temerosa de estas emociones que recién florecían dentro de mí. Sin darme cuenta, la comisura de mis labios se eleva, formando una sonrisa tímida, mientras que mis mejillas ardían de la misma emoción. Sus ojos me miraron con cierta mezcla de asombro y juego.

Corazón de Beawuth I - La Gema De La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora