CAPITULO 9

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Lily estaba en el despacho del director con los merodeadores, estaba roja como un tomate, y se debía a dos cosas. La rabia que le produjo el desastre que habían montado esos cuatro y la vergüenza de que la hubieran pillado.

- Gracias Minerva, si no le importa quisiera hablar con ellos a solas - dijo el profesor Dumbledore.

- Sin problema - contestó la profesora McGonagall, y dicho esto salió del despacho del director.

- Minerva se ha empeñado con imponeros un castigo así que no me queda otra, ella manda casi tanto como yo - les sonrió de manera amigable - Empezando por vosotros cuatro, la verdad, no se que castigo poneros ya que creo que habéis realizado la mayoría que se me ocurren.

- Pues no se hable más profesor, ya hemos estado demasiadas veces castigados, no hace falta una más - le contestó Sirius con una sonrisa burlona y convincente. Lily rodó los ojos.

- Ni hablar Sr. Black. Ustedes cuatro tendrán que arreglar el campo de Quidditch durante todo lo que queda de trimestre después de cada partido o entrenamiento. - se quedaron boquiabiertos - Ah, y sin magia.

- Está a broma. - dijo James

- Me da a mí que no - contestó Remus por la bajo.

- Y usted Sra. Evans - continuó el profesor.

- Vera profesor - le interrumpió James - en realidad Evans no estaba haciendo nada, solo nos estaba regañando por el desastre que habíamos causado. - Lily lo miraba atónita, la verdad es que no esperaba para nada eso.

- ¿Es eso verdad Sra. Evans?

- Si, profesor.

- Entonces usted no tendrá castigo Sra. Evans

- Gracias profesor.

- Bueno, creo que ya está todo mas que dicho. Lo único que espero, aunque se que es un caso perdido, es que no os metáis en más líos. Por cierto, ¿quieren un caramelo de limón?

Los cinco salieron del despacho del director y se fueron directamente a la torre de Gryffindor donde, Alice y Laura estaban esperando a Lily.

-Bua tía, ¿te ha caído una buena? - le dijo Laura.

- Eso, ¿que ha pasado? - siguió Alice.

Lily estaba mirando hacia las escaleras de las habitaciones de los chicos. Cuando gritó.

- ¡Potter! ¡Espera! - fue corriendo hacia las escaleras y allí estaba él, esperándola. - Gracias, de verdad. - Le dio un beso en la mejilla. - Adiós - y se despidió con una sonrisa en la cara.

James se había quedado atónito, con cara de tonto, la verdad, no sabía que decir. Entró en la habitación y seguía con cara de tonto. Pensando en todo. Lily le había dado las gracias, además de haberle dado un beso en la mejilla. Él sabía que eso significaba algo. ¿Acaso Lily estaba cambiando sus pensamientos hacia él? No lo entendía, no lo sabía. Y eso le ponía nervioso, quería saber más que nada que era lo que Lily pensaba sobre él. Se tumbó en la cama y se quedó allí casi todo la tarde. Hasta que sus amigos le dijeron que se bajaban al árbol del lago a pasar la tarde.

- Lily me ha dado un beso.

-¿¡ Que!? - gritó Sirius. - ¿Te ha dado una insolación? ¿Estás enfermo? ¿ Estás seguro de lo que dices? ¿Lily Evans? ¿La pelirroja con ojos verdes color esmeralda? ¿La que cada vez que te ve te dice de todo?

- Que si, Sirius, que es esa - le dijo Remus.

- ¿ Y como pasó? - preguntó Peter.

- Pues, acababamos de llegar a la sala de común por la charla de Dumbly, y yo estaba subiendo las escaleras. Ella me llamó, y me dijo gracias y me dió un beso en la mejilla.

ELLA (Jily) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora