Capitulo 21 - Busco tus ojos

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POCHE POV'S

MARIA JOSE!- grito Kim desesperada sin la mínima idea que era Daniela, y yo apenas me había enterado; me sentí tan mal al haberla tratado pésimo anteriormente, pero nunca me tomé el tiempo de detallarla, todo estaba obscuro y yo tenía la tarea de que nadie entrará, Daniela conoció una faceta muy fría de mi, aunque ella no se quedaba atrás ni un segundo

Mire los dulces ojos de Dani; cafés y  hermosos, mi nerviosismo por sacarla de ahí era desesperado, ahora no me importaba en que situación nos encontramos, mi meta era sacarla de ese lugar

DISPARALE YA!- algo se quebró en mi, divisé difícilmente a Kim protegiéndose y disparando, sabía lo que tenía que hacer, la desesperación me consumió y sabía que si yo no lo hacía Kim vendría hacia acá, mis ojos se llenaron de lágrimas

-Lo siento amor mío- me costó hablar y desconecte mi mirada con la suya

Quite mi arma de su regazo, le di la espalda a Kim y solté golpe fuerte a su estomago junto con un disparo a la pared justo al lado de Daniela, y un golpe en la nuca.; cayó al suelo inmóvil y corrí en dirección a Kim disparando a un lado para defensa, los hombres de Kim seguían disparando hasta que no quedó nadie

Mierda- exclamó Kim en un suspiro de alivio al ver que había caído el último

-Revisen a sus compañeros y revisen si no hay alguien más - ordenó entre jadeos a los tres hombres que quedaban -Yo voy a ver la mercancía- respiró hondo -Ayúdales en lo que puedas María José

Yo solo asentí y al ver que Kim entro cojeando a la bodega. Corrí hacia Daniela que seguía tirada inmóvil en el piso a un lado de la pared, me tire de rodillas frente a ella y la revise, estaba casi inconsciente apretando aún su estómago, la intente cargar con la mayor delicadeza posible pero termine arrastrándola hacia afuera del edificio, camine alrededor de 10 metros lejos de aquel lugar, había un carro abandonado y me escondí detrás él.

Atrás había pastizal, no podía llevarla ahí por miedo a que saliera un animal y le pícara o mordiera, la recosté delicadamente, le quité el casco y el pasamontañas; quedó la marca de la vista del pasamontañas, se podía ver el polvo y mugre en la cuenca de sus ojos, además de un poco de ceniza, al igual que sus manos estaban completamente sucias, en cambio sus mejillas tan delicadas y nada manchadas, su belleza era indescriptible.

Me quite mi casco y el pasamontañas que traía al igual por un momento pensé en quedarme con las hombreras que parecían o eran de jugador de fútbol americano pero termine por quitármelas, en realidad protegían y amortiguaba más de lo que creía, aunque era realmente incómodo y caluroso a pesar del frío que hacia esa noche en Seattle

-Lo siento cariño- bese sus labios pero el beso no fue correspondido debido al estado en el que se encontraba

Me apresure a quitarle su chaleco para que pudiera respirar mejor. Recuerdo que cuando escuchó la caída de la granada se aventó contra mi llevándonos lejos de la Granada, y aún así la fuerza de la explosión nos aventó, a pesar de que la tenía sometida me salvó. No sé si sabía que era yo, pero fue algo sorprendente y si no fuera por ella hubiera quedado igual que los hombres que estaban al lado nuestro. Después de la explosión me fue difícil volver pues seguía muy mareada que no me permitía ponerme de pie, al lograrlo y poder caminar regrese lentamente a la bodega y después me eché a correr, ví salir a Kim con la metralleta, Kim siendo Kim y utilizando el último recurso que teníamos en armas, después ví a Daniela corriendo hacia la salida, que en ese momento la derribe, pues no sabía que era ella.

ENCUENTRAME (Caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora