Pasó el tiempo y ya era hora del almuerzo así que guardé mis cosas y salí casi al último. Solo quedábamos el chico de las escaleras, sus amigos y yo. Así que salí rápidamente, fuí a una banca para pasar el receso, en eso se acerco una chica algo bajita, traía una falda algo corta pero no exagerada con una blusa de tirantes rosa con unas letras de Adidas en color negro en el centro y zapatos que combinaban con su blusa, muy guapa la chica con su pelo lacio largo color negro, de piel morena y unos ojos color caramelo muy bonitos. Si no fuera gay me habría enamorado de ella sin duda, pero bueno, se sentó a mi lado sonriendo como niña pequeña.
-Hola.- Dijo ella sonriendo aun más.
-Hola.- Dije algo tímido ya que no estaba acostumbrado a hablar con mis compañeros, pero se ve amigable.
-Soy Karla y tú?- Hablaba alegremente con un bonito acento extranjero, mientras estiraba su mano y tomaba una de las mías que estaba en mi regazo poniéndome muy nervioso cosa que no entendía, ya que nunca me había comportado así con alguna chica.
-S...Soy Rayden. Mucho gusto.- Dije tartamudeando.
Ésta chica se toma mucha confianza sin saber quien soy. Pensé mientras intentaba relajarme.
-El gusto es mío, te ví en el salón y me pareciste amigable así que decidí hablarte.- Aclaró guiñándome un ojo.
Seguimos hablando durante un buen rato pero faltando unos minutos para terminar el receso me disculpé diciéndole que iría al baño, ya que tenía ganas de ir pero no quería dejar de platicar con ella, me agradó demasiado. Tal vez seamos buenos amigos.
Caminé buscando el baño y de paso observaba la escuela para familiarizarme con ella, por fin llegué al bendito baño después de casi perderme en dos ocasiones.
Me puse frente al lavamanos observando mi rostro, estaba algo sonrojado por el sol, abrí la llave y mojé mi rostro esperando a que bajara el calor de mi rostro.
Me seque y cuándo estaba por salir sonó mi teléfono, lo tome y consteste sin revisar quien llamaba, mala idea.
-¿Diga?- Dije al no escuchar nada del otro lado de la linea.
-Pero que grata sorpresa escuchar tu excitante voz, hermanito.- Escuche un tono seductor, que erizó cada parte de mi cuerpo desagradablemente provocándome nauseas.- Sólo quería darte la noticia que iré de nuevo a buscar lo que me pertenece, osea tú hermanito.- Continuó César, mi hermano mayor y colgó dejándome en shock mientras todo mi ser temblaba de miedo.
Di un grito para nada masculino cuándo escuché que alguien salía de un cubículo, que era nada más y nada menos que el chico de las escaleras.
Fuí al lavabo y mojé mi rostro de nuevo haciendo como si nada y salí rápidamente de ahí, necesitaba pensar antes de entrar en una crisis de pánico. Mi hermano me da demasiado miedo, no quiero que me vuelva a lastimar, pensé soltando un tembloroso suspiro.
Cuándo me tranquilice volví a clases, ya había acabado el receso y yo no tenia hambre, cuándo llegué ya estaba la maestra así que pedí permiso y entré sentándome donde mismo.
El día transcurrió normal hasta la hora de salida, tome mis cosas, me despedí de Karla y salí rápidamente, pero como la vida me odia y no se ni porque, choque con alguien al girar en un pasillo sólo haciendo que cayera sobre mi trasero golpeándome muy fuerte que grite del dolor.
-¡Fijate pendejo!- Gritó la otra persona a lo que levanté la vista y estaba un chico realmente alto mirándome con odio, tomo el cuello de mi playera y me pegó contra la pared arrinconandome entre su cuerpo y ésta.
Comencé a sentir temor de que fuera a golpearme, lo ví elevar su puño e instintivamente cerré los ojos cuándo sentí su puño chocar contra mi mandíbula, inmediatamente sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca, me soltó y comenzó a golpear mi abdomen, las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos pero las detuve, caí al piso por el dolor y falta de aire a lo que el aprovechó para patear mi cuerpo, yo solamente cubrí mi cabeza con ambas manos hasta que no sentí nada pero me negaba a abrir mis ojos por miedo.
POV KAY
Las clases ya habían terminado, quería regresar pronto a casa, tenia mucho sueño. Vi como el chico nuevo salia rápidamente no le tome importancia, recogí mis cosas. Los chicos ya me esperaban afuera, cuándo salimos vimos a Héctor, el típico chico abusivo golpeando a alguien haciendo que Ángel y Diego se enojaran al instante, ya que ellos odian que la gente maltrate a quienes no se saben defender.
Éstos alejaron a Héctor del chico que reconocí como Rayden, el chico nuevo. No se movia, mantenía sus ojos fuertemente cerrados y temblaba demasiado. Me agaché poniéndome a su altura y lo moví pero enseguida soltó un gemido de dolor así que le hablé.
-Oye, ¿estás bien?- Pregunté para asegurarme que no le había roto algo a lo que este solo asintió con la cabeza mas no se movió.
-¿Puedes pararte?- Pregunte una vez más, me alejé cuándo ví que se movía.
En silencio observé como su rostro se contraía de dolor y por sus mejillas comenzaron a bajar lágrimas bañando sus mejillas completamente, me acerqué y le ayude a pararse completamente, una vez estable note una parte de su mandíbula roja y por sus labios bajaba sangre, de repente el chico se desmayó así que lo agarré por los hombros para que no se cayera.
-Lo llevare a la enfermería chicos.- Le dije a mis amigos y cargué al chico al estilo princesa y comencé a dirigirme a la enfermería, mientras avanzaba mire al chico en mis brazos y lo pude apreciar mejor, tiene unas pestañas larguísimas, tupidas y hermosas, aunque esas feas gafas no le quedan, unos labios muy llamativos y una piel que parece de porcelana, es realmente hermoso. ¡Mierda! ¡En que estas pensando Key!
Seguí avanzando tratando de no mirarlo más, cuándo llegué rápidamente lo dejé en una camilla y una enfermera se me acercó preguntando el porqué de su estado a lo que respondí que así lo había encontrado en un pasillo.
Me pidió sus datos pero solo respondí su nombre, edad y grupo, que lo demás lo desconocía ya que era su primer día en la escuela, ella me dijo que le pidiera al director el numero de sus padres para avisar sobre lo sucedido. A lo que me dirigí a la dichosa oficina, ya al tener el numero regresé a la enfermería, ella marcó y habló con el padre, a los 10 minutos llegó un señor alto con el mismo parecido a Rayden supuse que era su padre, a su lado estaba una señora de tal vez unos 35 años o más ya que tenia mucho maquillaje, lo que noté es que ella no se parecía nada a Rayden, estaba muy relajada casi parecía aburrida.
Eliza, la enfermera, se acerco al señor y comenzó a explicar lo que pasó, éste de vez en cuándo miraba a su hijo y rodaba los ojos, estaba a punto de retirarme cuándo escuché un quejido así que voltee y miré como él chico comenzaba a despertar, la señora fue mas rápida y fué hacia el chico, creí que estaría preocupada pero me asombré al ver su cara de molestia y mas sus hirientes palabras.
-¡Mira nada más! ¡Eres un inútil! Ni siquiera eres capas de defenderte, ¡no se porque sigues vivo! Nadie te quiere ya lo sabes, ¡Solo traes problemas!- Gritaba la vieja ésa colérica mientras el señor lo miraba con asco e ira contenida, Eliza y yo solo mirábamos en silencio, impactados por las palabras de la señora pero no soporte mas y la enfrente.
-Usted no tiene derecho a hablarle así al chico, en vez de herirlo emocionalmente debería de estar al pendiente de él, ¿no cree? No fue su culpa que esa persona lo agrediera, así son todos con los nuevos, tuvo suerte de que llegáramos y lo ayudaramos.- Dije enojado, con el ceño fruncido dándole una fría mirada a la vieja esa que dolo me miraba molesta mas no dijo nada.
-¡Rayden!- Grito el señor, a lo que el chico lo miro con terror.- Nos vamos.- El chico solo abrió los ojos grandes y se bajo rápidamente saliendo de la enfermería, ellos se fueron y yo tomé mi camino hacía donde estaban los chicos, hicieron preguntas pero por respeto al chico no dije nada, sólo que estaba bien, vinieron sus padres y se fueron, aunque por dentro sentía un extraño malestar que no me dejaba tranquilo desde que el chico se fue.
Hola!!! Aquí el tercer capitulo... Espero y lo disfruten.
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Mirada Gris
Teen FictionRayden Ortiz un chico que se mudó de Alemania por el trabajo de su padre tiene que asistir en el último año de preparatoria para poder hacer la vida que siempre quiso y librarse de todo aquello que lo lastima. Con un pasado que lo atormenta, mismo p...