CAPÍTULO 5

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A la mañana siguiente...

Me desperté por la voz de Joy pidiendo que le hiciera de desayunar, al parecer no había nadie, a lo que lo mande a darse un baño y me esperara en el comedor en lo que yo me alistaba.

Me levanté con dificultad dirigiéndome al baño, al pasar por el espejo vi mi rostro con muchos golpes que sentí lástima de mí mismo por no poder defenderme como quisiera.

Tenía la ceja derecha rota, el ojo izquierdo morado casi pegando al negro y mi labio inferior reventado, ni hablar de los raspones que tenía en las mejillas y la mandíbula amoratada, los brazos y abdomen mucho peor. Al quitar las vendas estos tenían diferentes tonos, unos verdes otros morados o casi negros.

Mire mi muñeca y las heridas sangraban, quite mi pantalón de pijama junto a la ropa interior y me metí a la ducha quitando así todo rastro de sangre y aliviando mi cuerpo. Me vende de nuevo el abdomen, brazos y muñeca y me vestí con una sudadera negra, un pantalón del mismo color y unas adidas grises con las letras en negro, puse maquillaje en los golpes de mi rostro y los que no podían tapas las vendas, una vez listo bajé a la cocina para preparar el desayuno y tomar algún calmante para el jodido dolor que tenía en todo el cuerpo.

Justo al terminar de preparar todo bajó mi hermanito, se veía adorable con una de mis sudaderas - ya que le quedaba algo grande - y su gorro, a eso le agregamos que tenía las mejillas sonrojadas ya que estaba haciendo algo de frío, lo que hizo que una sonrisa apareciera en mi rostro que rápidamente cambió a una mueca ya que la herida de mi labio se abrió al sonreír, provocando que saliera un poco de sangre. Gire rápidamente hacia el estante para sacar dos platos y servir el desayuno, evitando así que mi hermano notara la sangre que bajaba por mis labios.

- Buenos días, hermano.- Dijo Joy con su inocente sonrisa.

- Buen dia, pequeño.- Respondí revolviendo su cabello una vez le quite su gorro y se lo volvía a poner al ver sus mejillas infladas haciendo un tierno puchero por despeinarlo, más de lo que ya estaba, a lo que sonreí sin importarme el dolor de mi labio o mandíbula, ya que pocas veces podemos estar a solas y pasar tiempo solo nosotros dos sin que mis padres se la pasen chingando la madre como siempre o tirando mierda a mi persona, así que aprovecho al máximo momentos como estos porque mi padre le tiene prohibido hablar o estar mucho tiempo junto a mi.

- ¿Hoy me llevaras a la escuela?- Pregunto emocionado mientras me regalaba una bonita sonrisa, gesto que imite pero con más precaución mientras asentía levemente.

Salimos de casa rumbo a la escuela de Joy con su manita aferrada a mi mano, platicábamos sobre el dia anterior y lo que hizo, me dijo que ya había hecho amigos y se sentía a gusto cosa que me emocionó mucho. No me gustaría que sufriera de bullying o le hicieran daño.

Llegamos  y se despidió de mí con un abrazo y un beso en la mejilla mientras me deseaba suerte a lo que yo lo abrace más fuerte y le sonreía, lo observé hasta que desapareció de mi vista entre los demás niños así que me dirigí al CBTIS, aún tenía 10 minutos antes que comenzaran las clases y como estaba a 5 minutos de ahí me fui a paso lento ya que aun me dolía todo el cuerpo.

En el transcurso iba maldiciendo a mis padres y pensando en lo ocurrido, aunque me haya puesto maquillaje la ceja y el labio aún sangraban y los tenía hinchados.

- ¡Maldita sea! ¡serás hijo de perra, cabrón!- Solté en voz alta, agradecí que no había gente por este rumbo y sin más seguí caminando.

Tendría que soportar las miradas de los estudiantes metiches pero tampoco lo puedo evitar, con eso en mente solté un pesado suspiro y note que ya estaba en la entrada. Tragué duro y entré con la mirada gacha directo a mi salon, me aguante las ganas de salir corriendo al ver como todos se me quedaban mirando sorprendidos por mi apariencia, al parecer si se notan los golpes, por lo que baje aún más la cabeza rogando que llegara la maestra.

El salón se llenó de pronto y ví con un gran alivio que la maestra había llegado, saludó y cuando iba a comenzar la clase llegó el chico y sus amigos que me salvaron ayer.

- Llegan tarde jóvenes.- dijo la maestra en tono serio a lo que los tres chicos se disculparon y se sentaron, no sin antes darme una mirada sorprendida.

POV KAI...

Me desperté sobresaltado por un golpe en la cara, mirando a todas direcciones me encontré con el causante de mi - hermoso despertar - el jodido bastardo de Diego boca arriba con una mano en la cara de Angel y la otra en la mía. Bufé y dirigí mi vista al reloj en la mesita de noche y eran las 7:20. Me voltee y casi me rompo el cuello al volver a mirar el reloj ¡Era tarde! ¡Mierda! me paré de golpe y casi me voy de cara al tropezar con un zapato que, sabrá Dios, de quien era y me metí a la ducha, no sin antes lanzarles lo primero que encontré, que era el zapato con el que había tropezado, a los inútiles de mis amigos para despertarlos de lo mas lindo que pude.

En menos de 5 minutos me bañe y cambie, sali del baño y deje que ellos se bañaran y arreglaran, no sin antes darme una mirada asesina a lo que solo rei.

Faltando 5 minutos para las clases corrimos como desquiciados hacia la escuela y llegamos cuando ya había llegado la maestra, nos disculpamos y entramos, nos sorprendimos demasiado al ver a Rayden, pero lo que más me sorprendió fue ver su rostro con más moretones y heridas en labio, ceja y mejillas ya que ayer solo tenia un golpe en la mandíbula.

Nos sentamos y yo no podía dejar de ver al chico, sentí de nuevo ese malestar pero lo ignore y me concentré en la clase. Llegó la hora del almuerzo y todos salieron rápidamente, guardaba mis cosas cuando escuche a Diego.

- Hey chico, ¿estás bien?- Preguntó con preocupación, el chico se tensó y solo asintió. 

Lo vi dudar hasta que se dio vuelta quedando frente a nosotros, hablo en un susurro:

- Gracias.- Dijo haciendo una mueca de dolor.

- De nada, no contestes si no quieres pero ¿qué te pasó?- Preguntó Angel más que sorprendido por su rostro golpeado.

Note como se atraganto con su propia saliva e intentó irse pero inconscientemente lo tome de la muñeca y grande fue mi sorpresa cuando gritó de repente, al girarme noté con horror al tomar su mano y al subir la manga del suéter esta estaba vendada y con manchas de sangre.

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Hola disculpen la tardanza, en realidad no sabía si seguir con la historia. No se si sea de su agrado o no, espero y si, aunque sean poquitas visitas está bien por mi, espero y les guste ya que es la primera vez que me animo a escribir algo así. 

saludos

*Anny:)

Mirada GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora