Rayden Ortiz un chico que se mudó de Alemania por el trabajo de su padre tiene que asistir en el último año de preparatoria para poder hacer la vida que siempre quiso y librarse de todo aquello que lo lastima.
Con un pasado que lo atormenta, mismo p...
Me desperté por el sonido de la alarma. Me levante mientras bostezaba, me dirigí a la ducha y sin mirarme en el espejo comencé a quitarme las vedas de mi cuerpo, una vez listo salí sin ponerme las vendas y me puse lo primero que encontré, unos jeans rotos de los muslos, una playera negra y mis vans.
Baje dirigiéndome a la cocina pero una voz me detuvo abrupta-mente. ¡Jodida sorpresa que me lleve! Al voltear, frente a mi estaban las tres personas más importantes para mí, aparte de mi hermanito. Sander, Sandro y Erik me miraban con una sonrisa y los brazos abiertos que sin pensármelo dos veces corrí a refugiarme en ellos. Sabía que no había nadie en casa ya que ellos no estarías aquí si mis padres estaban, me abrazaban con fuerza y me mordí los labios para no gritar ya que me estaban lastimando, pero no me importo.
- Chicos- Solloce en el pecho de Erik. Sander apretó más su agarre y más seguro no me pude sentir.
Alexander y Alessandro son gemelos y Erik es el menor de los 3, los hermanos Dolan los conocí en Alemania cuando aún vivía haya.
Los gemelos son: Alessandro es el mayor con los ojos verdes hermosos, el cabello es castaño oscuro, mide 1.75, tiene un lunar en la mejilla derecha, su barbilla es fina y unas cejas finas, ya que se la quita, y tiene más lesiones que Alexander. Por otro lado Alexander es el menor por 20 minutos pero es un poco más alto que Sandro tiene el cabello negro ya que se lo pinto, sus ojos son de un hermoso azul de todos los tonalidades, mide 1.80, tiene la barbilla más ancha, tiene las cejas gruesas y un lunar en la barbilla, ambos son de piel morena-clara y son de 20 años.
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Se parecen mucho a su padre, mientras que Erik salió a su madre, es más cariñoso y comprensivo. Erik es de cabello café claro, piel pálida como yo, sus ojos son heterocromos, el derecho es azul y el izquierdo de un café claro muy hermoso y cálido, mide 1.68, con 19 años y tiene brackets. Es el amigo que todos quisieran tener, al contrario de sus hermanos mayores que son más brutos e impulsivos pero los tres son un amor conmigo. Siempre están para mí y me cuidan como un hermano más.
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Rompimos el abrazo y me miraron fijamente. Si, habían visto mis heridas. Maldije en voz baja y baje la mirada, espere 3 segundos y ¡PUM! Explotaron...
- ¿¡Qué te paso!?- Gritaron al unísono.
Y claro Sander el más impulsivo de los tres apretó mi torso haciendo que soltara un grito de sorpresa y dolor. Justo ahí supe que valí puritita madre, me soltó y sus ojos mostraban furia y preocupación.
- ¿Qué te paso?- Pregunto suavemente pero en sus ojos veía claramente como exigía una explicación.
- Me golpearon- respondí sin más, los gemelos se tensaron y Erik me miro con preocupación.
Jadee sorprendido cuando Sandro me levanto la playera y palidecieron al verme, mierda.
- Por favor, ahora no- Suplique mientras Sander me miraba con dureza, me acerque lentamente a él, mientras sentía las lágrimas bajar por mis mejillas y rápidamente me refugie en sus brazos cuando los extendió, me aferre a él, mientras sollozaba.
- Tranquilo- Me dijo relajando su cuerpo mientras besaba mi cabeza.
***
Nos alejamos cuando estuve más calmado y me acompañaron en el desayuno.
Al terminar me acompañaron a la escuela, pero al llegar creí que se irían cuando entrara pero en cambio Erik, ¡si Erik! El más cuerdo de los tres se puso a alegar para que los dejaran entrar conmigo.
- ¡Está bien! Pueden pasar, pero nada de hacer escándalo o los saco a los cuatro, ¿entendieron? -
- Si- respondimos todos a la vez.
Sentía las miradas de mis compañeros en mi espalda al pasar por los asientos, pero no quise levantar la mirada, volteé a ver a mis amigos y los encontré en una esquina hablando entre ellos, malditos. Por fin llegue a mi asiento y sin levantar la mirada me senté y saque mis cosas.
Las clases transcurrieron normales hasta que toco el descanso así que rápidamente me levante para ir a la cafetería y comer, realmente estaba hambriento.
- ¡Ray, espéranos! – Volteé a ver quién me había gritado y vi a Sander mirarme con un puchero en sus labios, solté una risita y me detuve para que llegaran a mi lado –corriendo, claro está- ya que había avanzado un buen tramo mientras pensaba en lo hambriento que estaba.
- Deprisa chicos, tengo hambre. - dije mientras caminaba rápidamente de nuevo.
- Ya vamos peque. - alcance escuchar a Erik, pero no le puse atención ya que había llegado a la cafetería.
Compramos nuestros almuerzos y nos sentamos a comer, así transcurrió el descanso y las ultimas clases, sin darme cuenta ya había terminado las clases.
