Hacía un viento recio y bastante frío en la calle Esmeraldas a las 10 de la noche mientras la mujer de vestido rojo esperaba en la parada del auto bus, frente a ella se detiene un sedán blanco, cruzan palabras por un par de segundos, tratando sin éxito de llegar a un acuerdo monetario, un bus de la línea 171 pita ferozmente desde atrás del sedán a lo que la esposa del velo nocturno propicia una fúrica señal con el dedo del medio.
—No jo &#$ !!! —Grita al conductor mientras se acomoda el cordón de la cartera sobre el hombro
—P#7@ asquerosa, ándate a otro lado a dar el C?/& por $10 —Replica el conductor del bus
— ¡¿Qué, es tu C#3+^?! qué tal este, cuidando fundillo ajeno
—Mira mijita, si esto va a ser así yo me voy, no me gustan los escándalos, te doy $30 por los tres platos, ¿vienes o no? que más adelante Alejandra me cobra lo mismo y hasta se la traga —Interrumpe el dueño del sedán blanco
—¿A sí? pues anda y haz que esa sidosa te meta la lengua en el c(/8 hasta el fondo, con suerte te contagia el sida que tiene y se mueren los dos. Qué tal este, seré pv7£ pero no barata ni c°}✓]∆
El hombre del sedán blanco acelera dejando insultos detrás de él, nada más que despojos de su orgullo herido por alguien a quien considera como cualquier cosa menos que a un ser humano, para él una prostituta no llega siquiera a la altura de un perro callejero, si pudiera ponerlo en palabras simples diría que no es más que una paja glorificada a la que darle más de 30 dólares significa que le está regalando 29 dólares de más.
-¿Otra vez ese panita? te he dicho que puedo protegerte, sacarte citas seguras, hasta ganarías más conmigo
-Y yo te he dicho que te vayas a la m#&$+@ ¿cuántas veces más te lo tengo que decir?
-Mi amor, no se me ponga así yo solo quiero tratarla bien y cuidarla
-¿Cuidarme? ¿así como cuidaste a Rafaela?
-Yo la cuidé muy bien hasta que se puso resabiada, lo que le pasó fue culpa suya, no mía
-Cabrea de aquí -Gruñe la mujer del vestido rojo antes de sacarse una hoja de afeitar de la boca- antes de que te haga h+$&-}∆
El Papu de las niñas; como le gusta ser llamado, da un paso atrás, mete la mano en un bolsillo y saca una cajetilla de cigarrillos, enciende uno y le muestra una sonrisa entrecortada, mal sazonada con una hilera de dientes chuecos y amarillentos.
-Dicen que gallina vieja da buen caldo, pero hay algo mejor que eso, la gallina arisca cuando es amansada, y nadie amansa mejor que yo, recuérdalo -Refunfuña entre cada bocanada de humo que toma de sus clavos de ataúd, mientras se retira.
Tras 40 minutos de espera soportando el inclemente frío de la noche, aparece una SUV color vino, no pregunta nada, solo le ordena que se suba. Esta es mi oportunidad piensa la mujer del vestido rojo, si se van juntos y ella hace lo que él quiera durante el tiempo que él quiera, podrá cobrarle la cantidad que ella quiera, todos saben cómo funciona en la calle Esmeraldas.
Ninguno pronuncia palabra durante el viaje de una hora hasta las afueras de la ciudad, es más que perfecto piensa ella, le puedo cobrar por hora incluído el viaje de ida y vuelta.
Al fin llegaron a una urbanización privada, las casas eran enormes y hermosas, todas de arquitectura única, hechas siguiendo las especificaciones del cliente, el tipo de casas que cuestan dos ojos de la cara y un riñón como pago inicial.
Ya dentro de la habitación ella tomó el control, lo llevó al baño y se desnudaron el uno al otro, la figura de la mujer sin vestido rojo era más que espectacular, su trasero y pechos perfectamente redondos, producto de la cirugía plástica la habían vuelto apetecible a extremos impensables, sus piernas y caderas anchas y sin celulitis eran el toque perfecto para completar el erotismo encarnado en una mujer, no hizo falta mucho más para que el falo del cliente se pusiera duro y venoso cual brazo de albañil.
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Cuando perdí a Bella
Mystery / ThrillerDebo ser el hombre con la peor suerte del mundo. Hola mi nombre es George, tengo 26 años y lo único que quiero es una novia, nunca tuve una, y ahora todas las mujeres del mundo están desapareciendo.