Capitulo seis

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-Que haremos con el?

-No puede quedarse...

-Deberíamos matarlo?

-No...no lo se...

-Tal vez deberíamos...

Todos hablan, pero yo no escucho. No puedo. Solo puedo pensar en Zack, que esta dentro de la habitación a mis espaldas, esperando a que decidamos que hacer con el.

-Va a quedarse?- pregunta Sophie, un poco asustada.

-No lo se. Desconfió de los cazadores- dice Aaron-. Pienso que la mejor opción es dejarlo libre.

-Pero si ya nos a visto- interrumpe Gabrielle- ya sabe lo...lo que somos. No se si ya nos vio cazar, pero si se que vio nuestras garras, y podría decirle a los demás cazadores en que bosque estamos.

Nos quedamos en silencio, pensando. De repente, algo se me ocurre. Y por primera vez desde que salimos de la habitación, hablo:

-Podría...podría quedarse aquí. 

Todos se giran hacia mi, con los ceños fruncidos y los rostros expectantes y curiosos.

-A que te refieres?- pregunta Niko.

Yo me lo pienso un momento antes de contestar.

-A que podríamos dejarlo vivir aquí. Que aprenda a vivir a nuestra par. Enseñarle que no somos monstruos a los que hay que cazar. Así tampoco tendríamos que preocuparnos de que les cuente nuestro paradero a demás personas.

Otra vez silencio. 

Nadie dice nada durante un rato, hasta que una voz rompe el silencio.

-Podría...podría ser una buena idea.

-Podríamos intentarlo- continúan.

-Si. Tal vez...

Cuando la decisión esta tomada, volvemos a entrar en el cuarto. Victor nos mira sentado desde la ventana, con las garras afuera, listo para que demos la orden de que despelleje a Zack. El nos mira también desde su lugar, y luego noto que solo me mira a mi.

-Zack Siverian, joven cazador. Hemos tomado una decisión...



Esa noche, cenamos afuera. Los mas jóvenes decoran un pedazo de bosque junto a la casa, en donde encendimos un fogón. Velas y faroles viejos iluminan un poco la noche, y los troncos en donde nos sentamos están cubiertos de mantas de colores que le robamos a un vendedor ambulante hace varios años. Algunas guirnaldas de tela carcomidas por las polillas cuelgan de los arboles con su gastado color mostrandose entre luces.

Aunque ya estaba vestida, decido ponerme otro vestido, uno mas elegante. Luego de revisar varias veces mi pequeño armario, me decido por este:

 Luego de revisar varias veces mi pequeño armario, me decido por este:

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 Me pongo algunas de mis flores favoritas en el pelo y también unas plumas de cuervo que encuentro dentro de una cajita, y, en contra de mi voluntad, dejo que Noa me preste un par de sus horrendos y distinguidos zapatos negros.

Cuando bajo, Zack esta sentado en el sillón de la sala con unas ropas de Victor, que le quedan un poco grandes. Me mira bajar, y me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.

Tomo de debajo de una  cómoda una caja de madera grabada, y saco de su interior unos frascos de vidrio con pinturas echas de bayas y flores silvestres. Me siento en el piso junto a Zack, y empiezo a pintar su rostro, haciendo pequeños dibujos de colores en sus facciones.

-Aun...no me has dicho tu nombre- me dice.

Siento como me sonrojo, pero, cargada de seguridad, digo:

-Soy Shelley.

Siento como sonríe, lo que hace que la pintura fresca se corra un poco, pero no se arruina.

-Bien, Shelley, podrías decirme para que tanta preparación?

Dibujo unos espirales cerca de sus mejillas, y digo:

-Para el ritual.

Antes de volver a hablar, pasan unos minutos.

-Que clase de ritual?

Termino de pintar, y guardo los frascos en la caja, para volver a colocarla debajo de la cómoda. Siento los ojos de Zack clavados en mi espalda, esperando respuesta. Estoy por salir, cuando me giro y lo miro a los ojos. Antes de irme y cerrar la puerta tras de mi, le digo:

-En el que te haremos parte de la manada. 






Hijos del eclispse (TERMINADA)Where stories live. Discover now