son los años 30'.
en esta tercera parte de la historia de Hanna, Shelley, una de las primeras mujeres lobo, y una antepasada de Hanna, cuenta su historia junto a su manada, y como la llegada de Zack al bosque cambia su vida y su mundo.
Me levanto de mi cama, y dejo atrás las pieles que me cubrían. Abro el pequeño armario, y escojo mi ropa, me pongo esto:
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Bajo a la cocina, y, por alguna extraña razón, no encuentro a nadie abajo. Me dispongo a buscarlos.
Salgo, y los encuentro desayunando en el porche. Todos se giran a mirarme, y Victor me ofrece un plato con galletas. Tomo una, y me siento junto a Sophie, quien se recuesta en mi regazo. No puedo creer que la niña ya sea tan grande. Al igual de que yo ya tengo 18, ella ya tiene 12.
Todo pasa tan rápido.
Le acaricio los rizos negros, y ella cierra sus ojitos color cielo, intentando descansar. Miro hacia otros ojos, los de Zack, quien me devuelve la mirada. Otra cosa que paso rápido, mi amor por el, y su amor por mi.
-A donde iremos hoy?- pregunta Niko, haciendo que todos miremos a Gabrielle, quien se hunde de hombros.
-Al lago?- dice, mientras piensa-. Hace mucho que no vamos...
Todos se hunden de hombros. Se nota que nadie quiere ir, ni siquiera yo.
De repente, mientras veo a mi manada, a mi FAMILIA aquí reunida, con todos sus defectos, sus días malos, pero también con los buenos, y con sus amor inconsciente hacia mi, se me ocurre una idea.
-Ya se a donde iremos.
Todos se giran hacia mi, y yo solo veo a Zack, que en cuento se cruza con mi mirada, me da a entender que a tenido la misma loca idea.
