Capítulo #2

397 148 163
                                    

Hoy es un nuevo día y me preparo para ello. Me encuentro en mi apartamento esperando a Mía, ya que hoy quedamos para ir a buscar un empleo. Me acerco a los ventanales de mi apartamento para observar la ciudad un poco; la ciudad es enorme y muy bella. Observo a las personas caminar, otras conducen sus autos, otros sacan a pasear a sus mascotas. Por instinto busco a Rocky con la mirada y lo veo jugar con uno de mis zapatos, sonrío y me acerco a él.

—¿Qué haces? Ese no es de tu talla Rocky. -Le menciono mientras intento quitarle mi zapato, pero es inútil, no lo suelta.

Unos golpes en la puerta llaman mi atención y me acerco para ver si es Mía. Acerco mi rostro a la mirilla de la puerta y efectivamente veo a Mía desesperada esperando que abra la puerta. A propósito, decido molestarla.

—¿Quién es? -Pregunto juguetona.

—El repartidor de pizza. -Responde sarcástica y suelto una carcajada.

Abro la puerta, nos saludamos con un abrazo y la dejo pasar a mi apartamento. Mía viste con unos pantalones elegantes de talle alto de color negro, junto con una blusa de manga larga de color azul, rayado con blanco. Sus primeros tres botones desabotonados dejando lucir una cadena muy sutil. Sus tacones son de color negro al igual que su pequeño bolso. Ella se ve realmente increíble.

— ¡Pero bueno! ¿A qué se debe tanta elegancia el día de hoy?

— Me veo espectacular ¿No? -Responde orgullosa de su atuendo a lo que yo asiento confirmando lo que dijo. — Siempre vas muy elegante y quise verme igual. Hoy vamos espectaculares. Este es el día Madison, puedo sentirlo. Alguien nos va a contratar y seremos las mejores en lo que hagamos.

Me sorprendo al escucharla hablar con tanta seguridad que rápidamente me contagia su energía y lo siento al instante. Este es el día, hoy es el día.

— Exactamente y si nos rechazan... -No termino la frase porque Mía se adelanta.

— Les decimos que de igual forma el trabajo era un asco. –Contesta de forma de agresiva y yo suelto una carcajada.

—No creo que esa sea la mejor idea. -Le respondo en medio de risas.

— Te ves increíble hoy Madison, si no consigues un empleo estoy segura de que al menos conseguirás el número de algún chico. -Menciona guiñándome su ojo derecho a lo que yo ruedo mis ojos.

El día de hoy estoy usando un pantalón similar al de Mía, es de color negro con talle alto y muy elegante. Además de una blusa muy delicada de color blanco con un blazer de color azul océano encima y con un collar plateado adornando mi cuello; y claro, mis tacones de color negro no pueden faltar.

—Debemos irnos ya, se nos hace tarde.

Salgo del apartamento y Mía me sigue, me aseguro de cerrar todo muy bien y luego bajamos por el ascensor, donde nos encontramos con Levi leyendo el periódico del día de hoy.

— Hola Levi, ¿Hay algo interesante hoy? -Pregunta Mía

— Señorita Grant, señorita Hamilton. -Nos saluda Levi. Cierra el periódico para responderle a Mía. — Lo mismo de siempre, aunque dicen que esta semana se dará a conocer el heredero de una empresa muy importante en la ciudad.

— Y el heredero ¿Es guapo? -Pregunto de manera juguetona y Mía suelta una pequeña carcajada.

— ¡Te juro que eso iba decir yo! -Me responde Mía a lo que ambas reímos. Muchas veces nos pasa esto.

Levi nos observa con una sonrisa en su rostro y niega con su cabeza.

— Señorita Grant, tuve que mover su auto porque llegaron los dueños del edificio y desafortunadamente querían ese estacionamiento. -Frunzo mi ceño al escucharlo ¿Quién pelea por un estacionamiento? — Espero no se moleste, trataré de que no vuelva a ocurrir.

¿Tú qué harías?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora