IV

69 4 0
                                    

Me desperté porque alguien me estaba zarandeando, era Zach.

-Mia, despierta, te están llamando. -dijo sonriendo. Siempre tenía una sonrisa de oreja a oreja, no lo entiendo.

-Gracias. -le sonreí y cogí el móvil. Era mi madre.

-Qué. -dije borde.

-¿Cómo que qué? -gritó tanto que aparté el móvil de mi oreja.

-Qué pasa, va. -rodé los ojos.

-¿Pero como que que pasa? ¿Te desmayas de nuevo y no me lo dices? -bufé y me giré, vi como Zach me miraba y Jack aún dormía.

-¿Dónde estás? Porque aquí no te veo. -dije enfadándome.

-Asuntos de trabajo, ya lo sabes. -ell seguía gritándome.

-Oh si, perdón. Nunca recuerdo que el trabajo es más importante que tu propia hija. -dije irónicamente.

-No me vale un perdón ahora. Estoy muy enfadada contigo Mia. -gritó por enésima vez.

-Era ironía, por si no lo sabías. -cogí aire- ¿Desde cuando te importa lo que me pase? Me tratas como si hubiera sido culpa mía que papá se fuera cuando nací. Desde que sabes lo de mi -no quise decir la palabra- problema no has estado ni un momento conmigo. No hemos ni hablado del tema. -me di cuenta de que estaba gritando un poco y lágrimas caían de mis mejillas. ¿Sabes qué? No te vuelvas a preocupar por mi, porque en cuanto salga del hospital me voy a vivir al apartamento de Noah, adiós. -colgué.

Me senté dándole la espalda a Zach, comencé a llorar como nunca lo había hecho. Me tapé la cara con las manos. En unos segundos sentí un brazo pasándome por la cintura, era él. Apoyé mi cabeza en su hombro.

Estuvimos así unos minutos, Zach no paraba de acariciarme el brazo. Le agradecía mucho que no preguntara nada del tema.

-Me voy a duchar. -le dije cogiendo mi maleta y llendo al baño de la habitación.

Me desnude y entré en la ducha. Tardé un rato ya que me quería relajar. Cuando salí me vestí con lo primero que cogí de la maleta, me maquillé un poco y me peiné.

Al salir no vi a Zach. Solo vi que Jack ya estaba despierto, estaba sentado en la camilla con el móvil entre las manos. Se había roto una pierna así que tampoco podía hacer mucho más.

-Hola. -dijo sonriendo. No le contesté- ¿Dónde vas con tanta prisa? -salí de la habitación.

Al salir me topé con Zach, me preguntó que a dónde iba. Pasé de él y seguí mi camino.

Después de caminar cinco minutos por los pasillos de aquel hospital llegué a donde quería.

La azotea, se suponía que no podía estar aquí, ni yo ni nadie, pero nunca me han descubierto ni lo van a hacer.

Como sabréis, llevo viniendo a este hospital durante dos años, y no es la primera vez que estoy ingresada, así que me sé todos los sitios y escondites de este lugar.

Caminé sobre las piedras y me senté en el borde, como solía hacer siempre. Hacia mucho frío, y yo iba con una camiseta de lana y unos pantalones cortos.

Después de enviarles mensajes de Noah diciéndole si podía ir a su apartamento, estuve unos minutos pensando.

Mi móvil sonó, era Zach. Recuerdo haberle dado mi número de teléfono ayer por la noche.

-Dime. -Creo que ha sonado un poco borde.

-Ya han traído la comida, dicen que tienes que hacer reposo, te han ido a buscar.

Ruin - Jack Avery Donde viven las historias. Descúbrelo ahora