XVII

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Me desperté, eran las diez y media. Mi cuerpo desnudo estaba pegado a las sábanas. Me giré y vi que Jack seguía durmiendo.

Me levanté y fuí hacia el baño, llené la bañera y me metí dentro de ella. Momentos de la noche anterior pasaban por mi cabeza, instintivamente sonreí, había sido increíble.

Después de una media hora salí y me vestí con la ropa que había cogido el día anterior. Me sequé el pelo, me maquillé un poco y salí. Jack miraba su móvil hasta que escuchó la puerta.

-Buenos días. -dijo dejando el móvil en la mesita.

-Buenos días. -sonreí tumbándome a su lado.

-Todavía estoy cansado. -puso las manos sobre su cabeza.

-¡Jack! -le miré riendo.

-Te... -hizo una pausa- Te gustó? -me miró serio.

-¿Qué? -puse una mueca.

-Qué si te gustó. -pensó- Lo de anoche, ya sabes.

-¿Porqué me preguntas eso? -solté una carcajada.

-Era la primera vez de los dos y... -paró- No sé.

-Sí Jack, me gustó. -le di un corto beso- Venga, dúchate, desayunamos y nos vamos.

-Vale. -se fué hacia el baño.

Escuché el sonido de la ducha y puse la televisión. Al momento mi móvil sonó, era Zach.

-Eh, Mia. -dijo a través del teléfono.

-¿Qué pasa? -le conteste.

-¿Tu conoces a una tal... -pensó su nombre- Jessica? Creo que era.

-Sí, ¿porqué? -fruncí el ceño.

-Ha venido a casa hace un rato, ha dicho que le llames.

-Vale, ahora le llamo. -me extrañé.

-No, espera. -dijo- Dice que la llames cuando estés aquí.

-Vale. Adiós. -colgué.

Jack salió del baño en toalla.

-¿Pasa algo? -se secó el pelo con una toalla.

-No, nada. -sonreí- Siéntate anda. Y dame eso. -le quite la toalla de las manos ganándome un "eh" de su parte. Fuí al baño a por el secador.

-¿Qué haces?  -me puse de rodillas encima de la cama detrás suyo y empecé a secarle el pelo.

Me encantaba el pelo de Jack, era como una obsesión. Reí sola pensándolo.

-¿Ves? Mejor. -le sonreí dejando el secador en la mesita de noche. Comencé a besar su cuello mientras su piel se erizaba.

-Mia para. -río mientras yo seguía- Eso no vale.

-¿Seguro? -pasé mi mano por su torso mojado.

-Si, bueno, no. No sé. -se puso nervioso.

-Pues venga, vámonos. -salté de la cama.

-¡Eh, no!. -solté una carcajada.

Metí nuestras cosas en la mochila y dejamos la habitación.

-Iré a dejar la llave, ¿puedes ir sacando el coche? Espérame aquí en frente. -le di un corto beso y se fué.

Fuí a recepción y mierda, estaba David.

-¿Estás veinticuatro horas aquí o que? -solté borde dejando la llave sobre la mesa y me giré para irme.

-Nos vemos pronto, Mia Zumann. -me giré.

Ruin - Jack Avery Donde viven las historias. Descúbrelo ahora