La luna se reflejaba grande y brillante en los charcos de la calle, en los ventanales y en algunos trozos rotos de cristal en el piso. Los viejos edificios con más de cincuenta metros de altura cada uno proporcionaban un panorama algo nostálgico, la ciudad era apenas un reflejo de lo que alguna vez había sido. El sonido hueco de pasos acelerados podía percibirse a varios metros debido al silencio que reinaba en el lugar.
Una chica de cabellos castaños corría mientras se aferraba con sus brazos a un objeto. Dio vuelta en un callejón sin salida viéndose obligada a intentar regresar sobre sus pasos, sin embargo ya era muy tarde, sus perseguidores la habían acorralado y no tenía forma de usar sus poderes. Maldijo entre dientes al comprender lo complicado de su situación.
— Mira nada más.
Un joven de cabellos azabache rompió el silencio creado por la situación y dio un paso al frente mientras alzaba una mano indicando que nadie más se moviera.
— Fuiste muy ingenua si creíste que sería tan fácil — el mencionado dirigió su vista al objeto entre las manos de la castaña — Devuélvelo — se mantuvo en espera de cualquier tipo de reacción, al no obtener nada comenzó a dar pasos lentos hacía ella.
— Espera — habló por fin la única femenina del lugar — Hagamos un trato.
El pelinegro hizo una mueca de disgusto — No estás en posición de negociar nada — siguió con su andar.
— Tengo algo que decir — estaba empezando a temer de lo que podría suceder.
— Habla — el chico se detiene a escuchar, después de todo ya no tenía forma de escapar.
Los labios de la castaña se curvaron en una sonrisa ligera cuando el contrario se detuvo — Fuiste muy ingenuo si creíste que esto sería todo.
Un gruñido salió por parte de él — Estas muerta — a pasos veloces se dirigió a ella con claras intenciones de exterminio.
No le tomó más de medio minuto llegar y lanzar un golpe con sus grandes garras que pudo ser mortal si la figura frente a él no se hubiera desvanecido como humo cuando la tocó. De inmediato se dio cuenta de su grave error y maldijo internamente a aquellos jóvenes responsables de todo eso. Uno de los soldados en espera de instrucciones se acercó al líder.
— Señor ¿Qué ha pasado? ¿Qué debemos hacer?
Varios de sus hombres le miraban estupefactos por lo que acababa de suceder.
— No podemos hacer nada, seguramente ya está muy lejos — suspiró pesadamente — Llama al jefe.
— Pero, no comprendo ¿Qué fue lo que sucedió?
— Acaban de ver una ilusión. Y, esa — señaló el sitio donde la chica de cabellos castaños había estado parada hace unos segundos — Fue una Maalum.

ESTÁS LEYENDO
El único de su especie
Science FictionUna búsqueda implacable, una amistad irrompible, una traición imperdonable. *Ninguna de las imágenes aquí publicadas me pertenecen*