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«El Conde de Grave» ese nombre retumbaba en mi mente mientras bajó el rostro y dejo escapar una solitaria lágrima, todo era tan doloroso. Dejar la casa donde habia crecido, lo que era conocido para mi.

Cuándo el último baúl fue cerrado senti que mi corazón era estrujado. El personal de servicio levantó los baules para sacarlos de mi habitación, la boda seria al dia siguiente. Corrí hacia las escaleras y me aferre a la madera mientras veia cómo mi vida salía por la puerta.

Papá estaba de pie junto a la puerta, en su rostro había una gran sonrisa de satisfacción, al fin se iba a deshacer de mi.

—Noelle —mi nana querida, me ha sujetado del codo —vamos a tu habitación, no ganas nada llorando mi niña.

—Voy a un lugar extraño, con gente que no conozco... yo no soy como ellos —ella acaricia mi mejilla con ternura, eran las únicas caricias que conocia desde que habia nacido.

—Tu eres fuerte Noelle, no te dejes vencer desde un inicio.

—Ven conmigo, si te quedas papá te echará sin importarle tu edad, yo aún te necesito. No creo le importe a mi esp... al Conde que vayas conmigo.

—Noelle —cierra sus ojos, muerdo mi labio inferior, amaba a está mujer y cobardemente me aferraba a ella cómo una tabla de salvación, suspira y abre sus ojos —esta bien, iré contigo —suelto un grito de alegria y luego tapo mi boca con mi mano, papá no soportaba las risas escandalosas, mi nana sujeta mi mano y me lleva a mi habitación.

—Gracias nana —ella me sonríe con cariño —soy cobarde, pero no me siento lista para enfrentarme a este cambio en mi vida.

—Es difícil pero te acostumbraras, he escuchado que el Conde es un hombre sumamente apuesto, las madres con hijas casaderas han luchado por que elija a una de ellas —sonríe con ternura —y tú eres la elegida mi querida Noelle.

—Algo debió pasar para que alguien de su cuna decida casarse con alguien que no es de su círculo.

—No te menosprecies mi niña —se levanta y toma mi cepillo, se coloca detrás de mi y empieza a pasarlo por mi cabello —eres preciosa.

—Sabes que no lo soy —mi nana lo sabia pero ella me miraba con los ojos del corazón —no soy rubia ni ojos azules como mamá. Soy más bien como papá, cabello negro, ojos oscuros, soy alguien corriente.

—No mi niña, eres muy bonita, tienes lo que le falta a muchos seres humanos: un lindo corazón, limpio y puro. Tu futuro esposo se dará cuenta de ello y te amara con locura.

Matt

—¿Es una broma? —Baxter me mira expectante esperando que suelte una carcajada y le diga que estoy jugando pero al no pasar, frunce su ceño y pasa su mano por sus labios —Es cierto —asiento y él se pone de pie, se dirige a la licorera y sirve dos copas, se acerca a mi escritorio y me la entrega —Dime la cantidad, ese viejo maldito no se saldrá con la suya.

Suspiró y le mencionó la cantidad a Baxter, sus ojos se abren más dando la impresión que se saldrán de sus órbitas.

—¿Qué? —desvia la mirada, estabamos perdidos. El Marquez de Ross aún no habia hechado mano a su fortuna, su padre por temor a hechar a perder su herencia habia optado en entregarle una mensualidad para sus gastos, ambos eramos solteros y nos gustaba vivirla al máximo —¿Cómo rayos apostaste tanto? —habia estado en el campo, asi que él hasta este dia se enteraba de lo que habia estado pasando.

—No lo sé, estoy seguro que ese viejo algo le puso a mi bebida —él suspira y da un sorbo a su vaso.

—¿Es fea? —Baxter me observa preocupado, me encojo de hombros.

Amor Forzado©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora