—Tienes que estar bromeando.— Mire boquiabierta su asqueroso cuerpo bloqueando la entrada al hotel.
¿Acaso se iba a volver cotidiano que me siguiera hasta el trabajo y me acosara? Rita ya había dejado en claro su postura y no haría nada para ayudarme.
Debía de encontrar otro trabajo cuanto antes.
—Necesitamos arreglar lo nuestro.— Alzó las manos como si estuviera a punto de dispararle. Lo cual no era mala idea.
—No hay nada que quiera arreglar.— Intente pasar a su lado pero me bloqueó el camino agarrándome por los hombros para que no volviese a hacerlo.
—Asbif, tienes que madurar. Este comportamiento es muy infantil. ¿Que dirían tus padres si te viesen?— Se inclinó hacia mi como si estuviera a punto de contarme un secreto. —Estarían decepcionados.
Suficiente. No iba a dejar que me dijese que la única razón por la que me despertaba cada día ya no era válida. El no conocía a mis padres, nunca se dio el tiempo de hacerlo.
—Es la ultima vez que te lo repito, Erwan. Si no te alejas de mi voy a hacer que pagues cada segundo que me haces perder en tu presciencia.
Lo empuje lejos de las puertas de cristal y pude notar como del otro lado algunos empleados estaban pendientes de nosotros.
Malditos entrometidos.
—Nena, solo dame una oportunidad. Te extraño.— Me acaricio la mejilla y golpee su mano lejos de mi rostro. No quería que me volviera a tocar con ninguna parte de su infiel cuerpo.
—¡Ya lárgate de mi vista!— Volví a empujarlo en dirección contraria bajándolo de la banqueta. —No sabes cuánto me arrepiento de siquiera haberte conocido.— Mis manos se convirtieron en puños golpeándolo en el pecho.
Sentía tanta rabia hirviendo bajo mi piel. Lo detestaba tanto. Me daba repugnancia siquiera saber que compartí cama con el o que alguna vez pude haber desarrollado sentimientos de afecto hacia su persona. Era el ser más despreciable e irritante que jamás había conocido.
Quería que se mantuviera bien lejos de mi. Lo quería a tres metros bajo el suelo, donde ya no pudiese molestarme más.
Sentía ganas de...
Sentí que todo pasó en cámara lenta a continuación.
Observe por el rabillo del ojo como un auto negro avanzaba a toda velocidad hacia nosotros. Sin pensarlo dos veces, agarré la chaqueta de Erwan y lo empuje hacia mi justo un segundo antes de que el auto pasara zumbando a centímetros de ambos.
Perdí el equilibrio y el peso de su cuerpo me mando hacia el suelo, el gorro de lana y la gran chaqueta que traía puesta habían amortiguado lo peor de la caída pero aún así, el impacto me hizo ver puntos negros frente a mis ojos.
La adrenalina había fluido por mi cuerpo en un segundo y seguía en mi sistema.
¿Que acababa de pasar?
Me encontré mirando hacia el cielo aún estrellado cuando Erwan se levantó de golpe como si hubiera caído sobre mierda.
—¡Estás demente!— emitió un agudo grito que hizo que me punzaran las sienes. —¡Estuviste a punto de hacer que me mataran!

ESTÁS LEYENDO
Wild
ActionAsbif Hart ha hecho mas enemigos en segundos de lo que una persona normal en toda su vida y cuando es salvada por las mismas personas que quieren matarla, sin que ellos lo sepan, se da cuenta de que su vida esta a nada de terminar. Sin embargo, ell...