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De la risa al enojo.

Viernes en la noche, a las siete sola en esta habitación, me di cuenta en el transcurso de la semana que no iba a tener una compañera. Esto resultaba muy confortable, de esa manera me sentía más tranquila, teniendo un espacio solo para mí. Tenía las luces apagadas, solo la lámpara de mi mesa de noche irradiaba luz, mientras mi libro era mi única compañía. Disfrutaba de la lectura cuando escuché unos leves toques a la puerta, después de poco segundos entró Zack, con una sudadera y unos jeans, su cabello despeinado y en su mano un Gatorade de mi sabor favorito.

-Hola ¿cómo estás? ¿por qué no sales? -se lanzó a la cama desocupada mientras seguía preguntando -¿estás aburrida? ¿por qué no fuiste a buscarme?

-No preguntes tanto, me siento bien aquí leyendo -fijó su mirada en mí y cerré el libro sin antes colocar el separador -es mejor que tu vengas, tu compañero me mira raro -ambos reímos.

-Le das miedo, tú le das miedo, una niña con sonrisa de conejo.

 *

-¿Qué hora es? -preguntó Zack moviéndose como epiléptico sobre la cama, una risa se me escapó, miré el reloj de mi mesa de noche.

-Ocho y cincuenta y cinco.

-Gracias.

-Debes de irte, ahora -me levanté y jalé su brazo derecho, tratando de que se levante.

-Me quedaré a dormir, mi habitación está muy lejos -empezó a hacer quejidos.

-Zack, conoces las reglas, en cualquier momento llegará la inspectora y nos meteremos en problemas -levantó su mirada, un puchero en su cara, no me logrará convencer -Zack....

-Este bien, me voy, ya no me quieres, ¿es por Rob verdad? -fingió sollozos sentándose en la cama y poniéndose sus zapatos.

-Si te quiero maniático -sonrió hacia mí recordando ese apodo que le puse cuando éramos niños.

-Yo a ti paranoica.

 *

-Te veo mañana -dijo saliendo de mi habitación.

-¡En el desayuno! -cerré la puerta, apoyándome en ella, el reloj marcaba las nueve. Rápidamente abrí mi laptop, estaba prendida y no demoré casi nada en sentarme en mi cama de una manera cómoda, arreglé un poco mi cabello y entré a Skype. Robert ya estaba conectado, ambos fuimos puntuales, a la hora acordada, frente a mí apareció una invitación de video llamada, la acepté y de a poco empezó a cargarse la imagen de cada uno.

 *

Verlo por una pantalla una vez a la semana resulta triste, pero a la vez divertido, a pesar de estar en diferentes países mantenemos nuestra amistad.

-Es tu turno -me empecé a reír, no sabía que palabra elegir, además su acento inglés era muy chistoso porque por ratos sonaba francés.

-Idiota en latín -empezó a escribir en google traductor al igual que yo.

-Se dice "moron" -empezamos a reír de nuevo, no entendíamos que decía.

-Escuchemos como se pronuncia -aplasté el ícono del amplificador, repetía la voz grabada de una mujer y eso aumentaba nuestras risas, se oía muy gracioso parecía que decía morrón.

- Moron, moron -repitió Rob tratando de imitar el acento de la mujer, no parábamos de reír.

-Ahora es tu turno -movió sus cejas pensando que palabra y en qué idioma.

-Pollo frito en árabe -volvimos a repetir las acciones anteriores en cuanto sentí que la puerta se abrió y fue cerrada en casi ese mismo instante. Mis ojos se abrieron demasiado que casi se revientan -¿está  todo bien Leah?

-Solo dame un segundo -en la puerta estaba Isaac, llevaba una camisa a cuadros, esta vez la traía cerrada, unos jeans desgastados, unos converse negros iguales a los míos,  su cabello castaño perfectamente peinado, y lo más molesto de todo es que iba acompañado de una sonrisa arrogante. Me levanté de la cama, hacia él, intentando contener mis iras.

-Antes de que digas algo debo decir...

-Vete, ahora -traté de abrir la puerta pero él no me lo permitió, tomó mis muñecas y me dio una vuelta, haciéndome quedar mi espalda pegada a la pared y se acercó mucho para mi gusto.

-No hasta que me ayudes en lo que prometiste.

-Yo no prometí nada, ¿de qué hablas?

-¿Está todo bien Leah? -volvió a preguntar Robert. Intenté soltarme del agarre de Isaac pero fue en vano.

-Todo está bien -habló el moron que tenía frente a mí.

-No te metas Isaac.

-No me retes Wadlow. Hasta que no aceptes que me vas a ayudar no voy a acatar ninguna de tus órdenes.

-Si no me sueltas no voy a ayudarte -estaba tratando de negociar, quería sacarlo lo más pronto posible de mi habitación, no quería que alguien descubra que está aquí.

-Está bien -se empezó a alejar de mi, soltó sus manos de mis muñecas y se paró a una distancia prudente. Esbozó una sonrisa inocente, este chico es tan bipolar. Caminé hacia mi cama, me senté y agarré la laptop.

-Dime que está pasando, ¿estás bien? -Rob sonaba preocupado.

-Si, si todo está...

-Leah tiene un novio -sentí a Isaac tras de mí, también pude notar su presencia reflejada en la pantalla. Rob se veía muy confundido -que interesante, pero lástima que no se ven bien juntos.

-¿Quién es él? -Robert tenía el ceño fruncido y pude notar que estaba enojado.

-Ya te dije que no te metas Isaac-le propiné un codazo en el estómago al metido que tenía tras de mí, escuché sus quejidos pero lo ignoré -Robert te hablo mañana, no es momento...... -la pantalla de la laptop se cerró de un golpe, toda la sangre me subió a la cabeza, este engreído pidió guerra y de seguro la tendrá.

-Vete en este instante, no quiero volver a tener un problema por tu culpa -no lo regresé a ver para evitar que el enojo aumente y eliminar los riesgos de darle una patada en la cara, escuché una risa escaparse de sus labios -te lo digo de verdad, mañana hablamos.

-No, yo quiero hablar ahora -puso la laptop en mi escritorio y se lanzó a mi cama haciéndome rebotar.

-No me obligues a pegarte para que te vayas, ¡vete ya! -empezó a reír como loco, cogió mi almohada acomodando su cabeza en ella.

-Si dejas de quejarte me iré rápido –suspiré y crucé mis brazos sobre pecho, no iba a ser tan fácil que se vaya.

-Di lo que tengas que decir rápido –me acomodé mejor cruzando mis piernas, mi codo apoyado en una de mis piernas y mi mentón apoyado en mi mano.

-Mañana llega Ashley, de buenas fuentes me enteré que va a ser tu compañera de habitación. Cuando ella se instale la tienes que distraer…

-Si bien no recuerdo te dije que no iba a ayudarte–recordé ese día, le dije que no pretendía ayudarlo porque no conocía a esa chica, no tenía nada en contra de ella, Isaac a pesar de que no acepté ayudarlo me prestó su celular. En la tarde con Zack le pregunté quién era Ashley y el dijo:

“Es una buena amiga de Isaac y de Josh, son divertidos y se pasan haciendo bromas entre ellos. Ashley no ha venido, lo cual es raro –un suspiro se escapó y negó con la cabeza –por lo que me has dicho he caído en cuenta de que si se parece un poco a ti, solo el rostro, el cabello no –tomó mi cara con ambas manos y la sacudió un poco –pero no eres Ashley”.

La tardanza no dependió de mi, la imaginación se fue de una manera horrible.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2014 ⏰

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