El Señor del Bosque

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Había pasado toda la mañana leyendo...

Le encantaba pasear por el bosque, recolectar hierbas para sus infusiones o solo quedarse leyendo...

Hacía recetas para todo. Desde pociones de amor hasta mezclas para la salud...

Ya para el mediodía, el calor del verano comenzaba a agobiarla, a pesar de la fresca brisa que soplaba...

Decidió descansar un poco, se acostó bajo la sombra del árbol donde estaba y cerró sus ojos...

Se dejó seducir por el sonido del viento y el aroma de las plantas, relajándose hasta alcanzar un estado casi onírico mientras el pasto acariciaba su piel...

Comenzó a sentir una calidez que tocaba su rostro. Esa agradable sensación empezó a descender hasta su pecho, donde se detuvo. Sintió una frescura besando su cuello y esa calidez subiendo hasta su entrepierna y llenándola de un placer que no había sentido en años. Empezó a gemir suavemente, perdiendo la noción del tiempo...

Entreabrió los ojos un segundo. Un hombre muy apuesto se encontraba sobre ella. Todo se sentía muy real, pero el placer que sentía era demasiado y el hombre ante ella era tan atractivo que era imposible que formara parte del mundo mortal...

Volvió a cerrar sus ojos. El aroma de su flor favorita la despertó. Al incorporarse notó los jazmines que habían aparecido mágicamente a su alrededor y unas lianas que se enroscaban en su pierna. ¿Qué habrá sido? ¿Acaso fue un sueño? Decidió no darle importancia. Decidió ir en busca de algunas plantas así que acomodó su ropa y partió...

Encontró algunas hiedras que le servirían. Se arrodilló para tomarlas pero un suspiro hizo que se sobresaltara y mirara sobre su hombro...

-¿Quién está ahí?- Pudo distinguir una figura que se ocultaba entre los árboles- Ven, acércate no me tengas miedo...

La misteriosa figura fue saliendo de su escondite, hasta mostrarse como un hombre desnudo. Llevaba los colores del bosque en su pelo y sus ojos, sus músculos bronceados y definido eran humedecidos por el calor de ese día y pronto su gran miembro capturó su mirada, haciéndola incapaz de ver otra cosa y causando que se excitara. De repente se sonrojó y miró hacia otro lado...

Trató de acercarse pero él se alejó, temeroso...

-Tranquilo, no te haré daño. ¿Cómo te llamas?- le dijo sonriendo. Él no contestó, sólo se acercó a ella y comenzó a tocar su cabello y a observarla. De pronto la tomó en sus brazos, quedando a centímetros de su rostro...

Lo miró fijamente, cautivada por sus rasgos masculinos, sus ojos penetrantes y sus labios delgados. No pudo contenerse y luego de rodearlo con sus brazos lo besó...

Se sobresaltó y la apartó. Se tocó los labios, sorprendido. Volvió a colocarse frente a ella y tomándola con firmeza del rostro la besó intensamente...

Volvió a mirarlo...

-Esos jazmines... Tú los hiciste aparecer, ¿verdad?- Él sonrió traviesamente y asintió con la cabeza. Siempre había escuchado historias sobre sobre una criatura que protegía los bosques, pero nunca creyó que su apariencia sería tan humana. Le acarició el pelo, haciéndolo suspirar y cerrar sus ojos...

Comenzó a tironear de su de su vestido, pidiéndole que lo siguiera. La tomó de la mano y la llevó hasta una hermosa laguna...

Tomó un poco de agua y mojó el rostro, mientras él se recostaba en la orilla sonriéndole...

PASIONES OSCURAS. Cuentos De Terror, Fantasía y Romance (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora