sᴛᴜᴄᴋ ɪɴ ᴍʏ ʜᴇᴀᴅ • ᴍɪɴᴀʏᴇᴏɴ

V

M

Era una chica la de aquel sollozo. No sabía que hacer... ¿por qué rayos había una persona en este lugar?

No sabía muy bien que hacer. Lo más seguro era ocultarme, pero...

Había algo. Logré percibir un olor, un olor tan especial. Sin duda era sangre humana.

Había jurado nunca probar una gota de sangre humana otra vez. Luché contra mi propio instinto e impotencia. Mientras más me resistía, más me acercaba a donde provenía ese aroma. 

Solo un poco más cerca... Solo quiero sentir un poco más ese olor.

Realmente no quería reaccionar de mala manera, pero era adictivo: como una droga.

Me acerqué hasta ella, estaba a tan solo unos pasos de su espalda.

Ay dios, que incómodo. ¿Qué debería decirle? "¿Disculpa? ¿Estás bien?" "¿Te sucede algo?" Aunque sea muy obvio que es así...

No tuve que pensar más porque mi nariz reaccionó antes que yo. De un fuerte estornudo- en realidad fue un estornudo de gato prematuro- aquella chica se volteó, algo sorprendida y con los ojos hinchados y rojos por llorar.

Ahora sí que era incómodo... Ya me vió, tengo que hablarle.

-H-Hola...- la miré bastante, tratando de hacer contacto visual... Pero creo que terminé asustando la.

Aquella tierna chica, aún con lágrimas en sus ojos, se levantó rápidamente mientras me miraba, y trató de correr en dirección a la puerta.

No sé si es una habilidad de los vampiros, pero pude ver a detalle y en cámara lenta como la chica dirigía su mirada al frente y horrorizada, chillaba y aleteaba, logrando caer hacia atrás, para luego continuar haciéndose daño en las rodillas.

Sí, se asustó por el cadáver de rata en el suelo con dos agujeros en el.

Supuse que ya sospechaba de todo, así que simplemente me acerqué y jugué un poco con ella... Se ve inocente y... Y huele muy bien.

-Hey... Ten más cuidado- me acerqué a ella peligrosamente, hasta quedar en 4 frente a ella, mirándola como si de un gato se tratara.

-¿Q-Qué haces?- tartamudeaba a la vez que ridiculizaba con sus intentos fallidos de retroceder.

-Linda, tu rodilla sangra y... Déjame decirte que eso es algo interesante- solo jugaría con ella para que se fuera y me dejara en paz en aquel lugar... Pero no, definitivamente fue otra cosa de ella lo que quería.

-¿Qué quieres? ¿Qué te hice?- estaba asustada... Pero dios, la sangre que salía del corte de su rodilla era malditamente exquisita. Olía muy bien y estaba hambrienta... Decidí jugar a mi favor esta oportunidad.

-Se te ve sola, triste, desanimada y... Nueva- le sonreí pícara- puedo hacer lo que me pidas, a cambio de tu sangre.

-¡¿De qué?!- nunca olvidaré esa cara tan graciosa de temor.

-Te contaré esto a ti y solo a ti, pero debes prometer que guardarás bien el secreto y te tomarás en serio este trato- asintió lentamente, dejándose llevar. Me levanté y le extendí la mano- levántate, debo afirmarte: es posible que te desmayes.

-¿Ah? ¿Sucede algo?- se levantó me miró con intriga, aún con mi mano sujetando la suya, con un toque de inocencia y esos dientes que parecían de un conejo.

-Pues... Soy un vampiro- le sonreí y la miré fijamente, esperando su respuesta.