4. Las fiestas no siempre son lo que esperas

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¡¡Siento enormemente la espera!! Pero esta semana será algo complicado para mi por eso he tardado en actualizar... Intentare maña o pasado poner el fan fic de El poder del sexo. ¡¡Espero no retrasarme mas!!

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Tenía que irme, notaba como me estaba ahogando, el aire me faltaba o por lo menos no quería llegar a mis pulmones, se resistía a darme el oxigeno que necesitaba en ese momento. Mi corazón parecía que había estado expuesto a un ejercicio físico demasiado grande, como si lo hubiera esforzado a ayudarme a realizar el mayor triatlón de la historia, cosa para la que no estaba preparado. El poco aire que entraba en mis pulmones me estaba empezando a  quemar como si de veneno corrosivo se tratase. Mis ojos habían decidido entrar en solidaridad con el resto de mi cuerpo, habían decidido expresar sus mociones pro si solos amenazando con llorar, llenándose de unas lagrimas que ardían e irritaban mis ojos. Tenía que irme de allí, no sabía el porque, no sabía el como... solo sabía que tenía que salir corriendo del lago, que tenía que alejarme de la fiesta del pueblo aunque yo mismo, por presión de Elías había decidido aceptar la responsabilidad de una parte de la misma.

Mi mano se aferró con fuerza al brazo de mi amigo, el cual aún estaba a mi lado mirando al cielo, cada vez lo apretaba más, hasta que logré que me mirase. Veía como hablaba, como intentaba decirme algo, aunque no era consciente del qué o qué era lo que en verdad estaba pasando. Al no reaccionar Elías me agarró de los hombros sacudiéndome un par de veces hasta que noté como mi respiración comenzaba a ser medio normal. Mis ojos regresaron a enfocar de verdad la realidad que tenía delante, o al menos a enviar los datos a mi cerebro.

-Allan... ¡Allan! ¡Reacciona! ¿Se puede saber que te pasa? Estas pálido y estás llorando... parece como si fueras a tener un ataque de ansiedad -

La mano que tenía libre, puesto que aún seguía sujetando el brazo de mi amigo, fue hasta mi rostro, tocando pro debajo de mis ojos, en mis mejillas... mi amigo tenía razón, al final las lagrimas habían logrado escapar de mis ojos y rodar por mis mejillas. Pero yo no era capaz de contestarle, la voz no salía por mi boca aunque articulaba estaba esta, solo eran sonidos sordos, aire que se escapaba... de seguir así volvería a faltarme el mismo para respirar. Elías se levantó y me levantó con él acercándome al lago y echándome en el rostro el agua fresca de la noche, intentando que comenzara a reaccionar o a volver en mi al menos.

-Tengo que irme... Elías, tengo que irme... tengo que irme-

Era todo lo que podía decir, todo lo que podía hacer ahora mismo. Mi mente solo tenía ese pensamiento, un pensamiento que me invadía por completo y me oprimía el pecho... el problema era que no sabía el verdadero motivo pro el cual me pasaba esto y aún así no paraba de repetirlo para mi mismo <<Necesito el anillo>> Era un pensamiento ilógico e irracional, pero sabía que esa era la solución para acabar con lo que me estaba pasando ahora mismo, así como con la angustia de la última semana.

-Vamos Allan... relájate ¿Quieres? Aunque no fuera idea tuya lo de la feria, el apuntarte, estabas bastante contento por como estaban yendo las cosas... y te gustaba participar... ¡Pero si hasta hace menos de dos minutos te estabas riendo y feliz por como habían pasado las cosas! - 

Mi amigo intentaba entender el por qué de mi cambio brusco y repentino, aunque ni yo mismo podía saberlo por lo cual mucho menos decirlo. Acabé abrazándome fuerte a Elías, necesitaba tranquilizarme antes de poder tomar una decisión antes si quiea de poder decir algo que sonase medio coherente... además de que era consciente de que no podía dejar a Elías solo con todo lo que teníamos encima... ya que nos encargamiento de la misma parte organizativa, si yo me iba ahora mismo como mi cuerpo m lo pedia dejaba con todo el trabajo a mi rubio amigo... cosa que no podía pasar, pues no podría hacerle aquello a Elías. Estuve agarrado, porque más que abrazados aquello era estar agarrados, a él durante bastante rato, al menso hasta que noté como el aire entraba y saía con normalidad de mis pulmones, lo que quería decir que mi ritmo cardíaco había bajado y que me encontraba mucho mejor que hacía solo diez minutos. Tomé una última bocanada fuerte de aire para después mirarlo.

Crónicas de Un Sueño PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora