Escucho su respiración, es pesada y se le dificulta un poco, el ambiente es tenso y yo tapo mis labios con mis manos mientras lo observo desde atrás. Él mientras tanto está mirando hacia el frente y sus manos están en el volante, no enciende el coche.
−Siéntate a lado mío –el tono de su voz es serio, yo no contesto –Selena –dice mi nombre, pero no gira a mirarme –Te dije que te sientes a lado mío –sube el volumen de su voz.
−No –contesto arrebatadamente y me hago pequeña en el asiento trasero, mi cuerpo se mueve a la otra orilla del carro tratando de protegerse de algo que aún no sabe.
−No te lo voy a volver a pedir con amabilidad... −le interrumpo.
−Solo llévame a casa –mi voz suena quebradiza, triste, molesta, decepcionada, perdida.
Él no me contesta y veo como enciende el coche, un suspiro sale por mis labios, recargo mi barbilla en la ventana y no quiero ver el camino, cierro mis ojos pensando en lo que pasara ahora, como lo observare cuando vaya a su casa y como voy a sacar todas estas imágenes de mi cabeza. Él ha jugado con sus palabras y las ha metido a mi cabeza, ahora no sé qué hacer con ellas.
No han pasado ni cinco minutos cuando el auto se frena de repente, abro mis ojos asustada, estamos en medio de la avenida, no hay ningún vehículo y los árboles se mueve con el viento frío.
Siento mi cuerpo temblar cuando él sale del vehículo, camina por el frente, las luces iluminan su cuerpo, viene hasta la puerta del copiloto y la abre, de forma tosca empuja el asiento hacia delante, mi espalda se recarga en el cuero del asiento y él estira mi brazo tan fuerte que duele.
− ¿Qué haces? –trato de quitar su mano, pero me toma con la otra y me saca del auto de un empujón, después acomoda el asiento nuevamente en su lugar, las lágrimas recorren mis mejillas, tiemblo y el viento me golpea.
− ¿Vas a sentarte? –gira a mirarme, no esta preguntándolo del todo, es más como una maldita orden, sus ojos verdes son oscuros, aprieta su mandíbula y su pecho sube y baja de manera acelerada.
Lo observo, luce tan diferente, tan cambiado, como si fuera otra persona y me pregunto en el interior como un ser tan hermoso puede convertirse en el monstruo que tengo delante de mí. Me duele verlo tratarme así, me duele pensar en que gaste tiempo en él, que me humillara delante de la chica y que ahora me trate como basura. Me siento tan pequeña, sin poder, sin decisión, sin derechos y perdida.
No contesto nada, paso frente a él y me siento, miro hacia el frente y cuando cierra la puerta encajo mis uñas en las palmas de mis manos. Él se sienta a un lado de mí, no giro a mirarlo, no quiero estar cerca de él ni oler su esencia.
−Tenemos que hablar –trata de calmarse solo, sin embargo, yo no respondo –Por favor –de reojo veo como mueve su cuerpo para mirarme, no me importa, estoy tan lastimada, me avergüenzo cuando las lágrimas caen en por mis mejillas, pero aun así no quiero moverme –Mírame, no me trates así –cierro mis ojos, su aliento golpea mi mejilla izquierda, rezo para que un automóvil se acerque y lo obligue a conducir nuevamente –Mierda –su móvil suena y antes de que lo tome de la guantera yo miro la pantalla, su chica.
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Used ; harry.
Fanfiction❝Rezaba para olvidar al que pudo haber sido el amor de mi vida, Harry❞ Prohibida la toma o copia de algún contenido de esta historia. Todos los derechos reservados, 2018 ©