Capítulo 5: cuarto obstáculo: FALTA DE COMUNICACIÓN

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Capítulo 5: cuarto obstáculo: FALTA DE COMUNICACIÓN.

Un mes había pasado desde que la nueva rutina del baño estaba aplicada. Desde aquella vez, a pesar de que Elizabeth se había negado rotundamente, Gaara le ordenaba a la pelinegra que se bañara con él, y aunque Elizabeth pudo evitarlo en un comienzo, su amo se las ingenio para que terminara obedeciéndole. Pero a pesar de que la oji verde había logrado ganar bastante terreno con su amo, no había logrado escuchar de Gaara más que órdenes o quejas. Definitivamente su próximo obstáculo sería falta de comunicación. Esperaba que aquello le costara menos, pero sabía que a su amo no le gustaba para nada oír sonido alguno que no sea música, y si era la voz de alguien debía ser solo en circunstancias en las que fuera de vital importancia. Suspiró, lo mejor sería comenzar hablándole de a poco... a ver si todavía dañaba sus oídos o algo. Ya era fin de semana, y Gaara estaba en el gimnasio haciendo su clásica rutina. En esos momentos hacia abdominales y contaba en voz alta. Elizabeth creyó que sería el momento adecuado para intentar un acercamiento. -amo Gaara, si quiere yo puedo contar por usted, así desperdicia menos aire...-hablo en un tono medio, para evitar hacerlo enfadar. -no fastidies.-fue la única respuesta que consiguió. Genial, su primer intento fue un fracaso, y de seguro su amo estaba furioso por molestar uno de sus momentos sagrados... Luego de que su amo terminara su serie de ejercicios y se diera una ducha rápida, Elizabeth secó su cabello y lo alisó; también se encargó de delinearle los ojos y pintarle las uñas. Agradeció a los cielos que su amo se hubiese olvidado de su intento de conversación durante su momento sagrado. ****************************0***************************************

Luego de haber almorzado con el resto de la familia Sabaku, el pelirrojo decidió leer acostado en el jardín. Se sentía apenado por haber tratado de aquella manera a Elizabeth, pero no le pediría disculpas por su mala actitud, el no era de esa clase de persona, y a demás aun no entendía por qué demonios había intentado hablarle, cuando ella sabía mejor que nadie que detestaba el sonido de la voz de otras personas. Se sentó bajo la sombra de un árbol, y Elizabeth se sentó por detrás de el comenzando a masajearle la espalda. En aquellos 2 meses había llegado a comprender, en parte, algunos comportamientos de su escolta... y el que estuviera siendo mas atenta de lo normal, solo significaba que le estaba dedicando algún tipo de disculpa. Comenzó a leer su libro, sintiendo aquellas perfectas y suaves caricias... y sin darse cuenta... se quedó profundamente dormido. 

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No podía evitar el pensar que su amo se veía tan tierno de ese modo. Estaba dormido entre sus piernas, y ella lo había acomodado para que no se doblara el cuello o algo. Acariciaba sus cabellos, y lo miraba con cariño maternal... realmente su amo era muy lindo, tanto por fuera como por dentro, solo que aun él no lo sabía. Ella le ayudaría no solo a notar todo su potencial, sino que también le ayudaría a ser una mejor persona. A pesar de que sabia que su amo ya tenia sus 16 años, no podía evitar el verlo como un niño... un niño que había crecido sin el amor de una madre, y su padre, a pesar de mostrarle todo su afecto, trabajaba arduas horas para poder pagarle su estilo de vida. Por ende sabía que su amo era una persona buena, pero retraída. Ella también sabía que había matado a mas 5 chicas en sus arranques de ira, pero eso no podía culpárselo a él, sino a su padre, que pensó que consentirlo seria la solución. Siguió mirándolo largo rato, y luego pensó en como podría superar el nuevo obstáculo que se le presentaba. Sin dudas lo que necesitaba no lo podía provocar ella, debía pasar por alguna casualidad del destino, debía darse en el momento justo. ******************************************0************************ 

-bueno alumnos-decía el profesor de lengua y literatura Iruka- el próximo trabajo práctico será sobre Hamlet.-la pelinegra sonrió, había leído ese libro no una, sino veinte veces... lo adoraba-el trabajo será por parejas, y serán al azar.-Gaara no pudo evitar lanzar un gruñido de molestia, seguro y le tocaba con algún idiota.-llamaré de a uno, y vendrán a sacar un papelito de esta caja, así averiguaran cual es su pareja...-tomó aire e inspeccionó la lista de los alumnos.-Elizabeth Rose. La pelinegra se levantó, y se dirigió hacia donde estaba el mayor. Sacó de la caja el papel, y no pudo evitar sonreír antes de decirle a su profesor quien sería su pareja. -Sabaku no Gaara. 

CHANGE (Gaara - Naruto Shippuden)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora