Capitulo 5

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La noticia de que Alexander estaba en el pueblo se esparció rápidamente, y cuando Meredith la escucho y sobre todo como estaba su rostro ahora no tuvo ninguna duda de que el día anterior había conocido al verdadero Alexander Kuznetsov.

 Después de almorzar se fue directamente al bosque a pasear y durante una hora estuvo dando vueltas.

— Sabía que la encontraría por aquí. — Dijo Alexander al verla.

Cuando ella se dio vuelta él la vio hermosa, con un vestido verde claro y con su salvaje cabello rojizo contenido en una trenza al costado.

— Sabía que lo encontraría por aquí. He oído de su visita al pueblo,veo que ya no se esconde.

— No tengo porque hacerlo, después de todo no soy un monstruo.

— Claro que no lo es. ¿Ahora sí me dirá que le paso?

— ¿Porque lo quiere saber?

— Simple curiosidad.

— ¿Caminamos? — Le preguntó él mientras le hacía una seña para que pase adelante.

— Sería un placer. — Ella se levantó la falda ligeramente. — Casualmente nos casamos el mismo día, bueno… — Ella hizo una pausa. — En realidad yo me case y usted desapareció.

— ¿Está casada? 

— Ahora viuda hace casi dos años.

— Lo lamento mucho. — Ella sólo asintió.

Después de un rato de silencio,llegaron al tronco caído y él esperó a que ella se apoye en el.

— ¿Estaba enamorada de su esposo?

—Dígame una joven que lo esté de su marido.

— Un matrimonio arreglado entonces.

— Como todos.  ¿El suyo con la señorita Cassandra no?

— Si,claro. — Confirmó él.

— El mío también. No éramos el uno para el otro. ¿Usted?

— A mi me gustaba Cassandra. Es una muchacha muy bonita y muy divertida. Al menos lo que recuerdo. No estaba disgustado por mi compromiso.

— Debió de sufrir mucho cuando se enteró que ella se volvió a casar. — Dedujo ella.

— En realidad me sorprendió que haya sido tan rápido su unión con su marido un año después de mi desaparición.

— ¿Quería que le guarde luto?

— Por lo menos el mínimo, después de todo desaparecí, no la abandone. Pero no importa, ya paso. ¿Sufrió la pérdida de su marido?

— Hice el luto correspondiente.

— ¡Oh ya veo!

— ¿Qué? — preguntó ella al notar el tono de su voz.

— Usted es de esas que les gusta preguntar pero no contestar.

Ambos sonrieron y Meredith sintió el ansia de tocarlo. Su rostro era tan bello y a la vez esas cicatrices lo hacían único.

— Quien le hizo esas cicatrices lo debía de odiar por lo que usted representa.

La sonrisa de Alex se esfumó.

— ¿Que quiere decir?

— ¿Se ha visto en un espejo? — Preguntó ella desdeñosa. — No lo conocí antes de sus cicatrices pero le puedo asegurar que incluso con esas marcas, su rostro es hermoso. Representa el sueño de todas las jóvenes casaderas.

El pasado de Alexander (Saga Kuznetsov 1) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora