Capítulo 10: Cruel Apuesta

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Cheryl lo miró, boquiabierta. ¿Estaba echándola? Wow, eso si que no se lo esperaba. ¿Qué hacia? ¿Se iba y se quedaba con su dignidad intacta? O ¿se quedaba y hacia como si nada para quedarse mirando un rato mas su belleza?

-¿Me estás echando? – preguntó ella sonriendo estupefacta – ¿Me estás echando, cuando tu fuiste el que me invitó a salir?

-No... – Justin frotó su mano en su cara, intentando controlarse. Todo sea por esa maldita apuesta que esperaba ganar – No te estoy echando, solo estaba intentando... olvidalo ¿sabes? Simplemente olvida esto y comamos tranquilos. –Cheryl se acomodó en su silla, apoyando completamente la espalda en el respaldo y lo miró como si estuviese inspeccionando su expresión.

-Algo raro hay aquí, Justin. No soy tan tonta como para no darme cuenta. – dijo ella y se levantó. Sacó de su bolsillo unos billetes y los dejo en la mesa – No dejo que los hombres paguen algo por mi. –Y se retiró. Digna y con la frente en alto.

¿Esto era cierto? ¿Había dejado al mismísimo Justin Bieber plantado? Cheryl no pudo evitar soltar una sonrisa al pensar la expresión que quizá tenía. Llamó a un taxi y se fue, ganando esta vez.

{...}

Luego de unos minutos, cuando llegó a su habitación y abrió la puerta, se llevó una gran, gran, ¡Gran! Sorpresa. No era para menos si al entrar vio un gran cartel hecho de cartulina que decía "No seas tan difícil, solo quiero intentarlo... Att: Justin." ¿Habia llegado antes que ella? ¿Cómo? No pudo evitar sonreír. Lo amaba tanto, pero tampoco podía dejar que el hiciera lo que tenia en mente, porque si estaba asegura de algo, era que él algo tramaba. ¿Cómo era posible que de un día para otro él llegara, le dijese que le atraía, la besara y luego salieran como si fuesen “novios”?

-¿Qué significa esto?- las palabras de Isidora la tomaron por sorpresa y saltó del susto.

-Lo que pasa es que salí con Justin, pero discutimos. Enserio creo que nunca podremos tener algo. – Ambas entraron a la habitación y se sentaron en sus respectivas camas, para conversar cómodamente.

-¿Por qué lo dices? 

-Porque siempre terminamos discutiendo, no puedo evitar pelear con él, por mucho que me guste, se me hace imposible callar todo lo que pienso de él.

-Asi que es eso que dijiste es todo lo que piensas de mi... – comentó de repente Justin, saliendo del baño. Haciendo que ambas chicas casi se le cayera la quijada de la impresión – ¿Piensas que soy despectivo e interesado? – preguntó.

-¿Cómo entraste aquí? –fue lo único que preguntó.

-Yo pregunté primero, Cheryl.

-Si, es lo que pienso de ti. – Isidora se levantó y con una mirada, dijo que mejor los dejaría solos a lo que Cheryl solo asintió.

-Justin, ¿Cómo entraste?

-Por la puerta, con mi llave. – dijo Justin con cara de inocencia – Todas las llaves son iguales.

-Vaya, le diré eso a mi padre. No pueden ir por ahí invadiendo la privacidad de uno – Cheryl simplemente no podia evitar responder de mala manera a todo lo que él decía.

-¿Puedes dejar de estar a la defensiva de una vez por todas? 

-Claro – la pelirroja se levantó y comenzó a ordenar sin necesidad los esmaltes puestos en orden de degradación – ¿Enserio quieres que esto funcione?

-Si, lo quiero. Y no puedo hacerlo si tu estás siempre a la defensiva, refregándome en la cara mis defectos.

-Está bien. Intentaré no estar a la defensiva siempre. – al fin, ella sonrió, para alivio de Justin.

Justin se recostó en su cama y la miró mientras ella seguía ordenando sus esmaltes, hasta que de pronto todo se quedó en negro. 

Ella, sonriendo, caminaba entre los árboles, mientras de vez en cuando lo miraba hacia atrás, ya que él iba siguiéndola, pero caminaba y caminaba pero nunca la lograba alcanzar. ¿Qué ocurría? ¿Por qué no lograba alcanzarla y ella seguía caminando a la misma velocidad, riendo y mirándolo con sus ojos verdes? Ojos que de un segundo a otro se habían llenado de lagrimas y su sonrisa se había borrado para comenzar a formarse pucheros involuntarios.

¿Por qué Cheryl ahora corría? ¿Por qué no la podía alcanzar aunque estuviese ahora corriendo tras ella? Su corazón comenzaba a acelerarse, sentía un nudo en la garganta que ardía como fuego, hasta que de pronto Cheryl desapareció entre los árboles y él se encontró perdido también. Su respiración de agitó abruptamente y su corazón palpitaba a una velocidad preocupante, hasta que sintió su voz, a lo lejos, y al fin consiguió controlarse. <<Justin...>>

Abrió sus ojos y notó que Cheryl estaba casi encima de él, con sus ojos brillando de preocupación y cuando notó que sus ojos se abrían, parpadeo soltando un suspiro.

-¿Estas bien? – preguntó ella sentándose en el suelo, como si estuviese agotada – Creo que estabas teniendo una pesadilla, estabas agitado y estas completamente sudado. ¿Tienes asma o alguna enfermedad respiratoria o cardiaca?

-No, temo que no. – Justin se reincorporó y pasó sus manos por su cara. ¡Vaya sueño! Era la primera vez que soñaba con la pelirroja y para ser el primero no había sido muy bueno. ¿Qué habrá querido decir aquel sueño, en donde Cheryl sonreia, luego lloraba y finalmente desaparecía? Realmente estaba muy cansado como para analizarlo.

-¿Quieres un vaso de agua? – Justin asintió y ella se levantó de inmediato a atender su necesidad, entrando al baño para luego volver y casi aventarlo encima suyo. – Aquí tienes.

-Gracias – Justin aún conmovido por su sueño o mejor dicho pesadilla, porque la sensación no era nada buena, tomó su agua, bajo la mirada expectante de Cheryl. Ella quería una explicación.

-¿Y bien? – ella se acomodó un mechón de su rojizo y liso cabello detrás de su oreja, mordiéndose la uña de su dedo pulgar, ansiosamente.

-¿Y bien qué? 

-¿Qué fue lo que soñaste?

-Nada importante, realmente no lo recuerdo mucho.- respondió el rubio cobrizo. – Temo que tengo que irme. Gracias por el vaso de agua Cheryl y siento mucho haberme quedado dormido en su cama... por cierto, es bastante cómoda – Justin se levantó, dejó el vaso en la mesita de noche, se inclinó, la besó en los labios descaradamente y se fue dejando a Cheryl mas confundida que nunca.

¿Qué había soñado Justin, que lo había dejado en ese estado?, pensó mientras se acostaba en su cama, acomodando su cabeza en la almohada de una manera en la cual todo el aroma masculino de Justin penetrara en sus narices. ¿Qué había soñado? ¿Por qué la había nombrado a ella? No lo sabia, pero esperaba descubrirlo de alguna manera. Lo único que sabía era que jamás olvidaría el susurro suplicante que había lanzado con sus labios secos pronunciando su nombre.

Autora: @xarita_98
Twitter: @DenisseDuchi

Cruel Apuesta |Adaptada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora