Cuarenta y seis

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—¿A qué viniste? —hable cortante cruzada de brazos.

—Sila yo no puedo estar así , llevo una semana sin comer, y no entiendo porque me ignoras —dijo, tras aparecerse en mi habitación con cara de perrito mojado.

—Siempre yo, siempre soy yo la que te buscó, te espió, te ayudo y te amó; siempre soy yo y ¿qué hay de tí? —grite enfurecida.

—Pero Sila, sabes que yo...

—Mira no sé a qué vienes, pero yo aún no té he perdonado, y aún sabiendo que vas a fiestas y te besuqueas con la primera zorra que se te cruza el camino —explique lanzando a su rostro las fotos que me habían enviado impresas.

—¿De dónde sacaste esas fotos? —preguntó y comenzó a recojerlas del piso. —Lo que sea que te hayan dicho es mentira, ese día fue muy loco...y ni siquiera estábamos juntos asi que...estaba en mi derecho de disfrutar —alegó.

Rechazados por ellos [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora