Capítulo 27: No tengo miedo en hacerlo

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Pau: 📩

¿Cómo que no sabes quién es?

Es una bellísima chica con el pelo, azul y castaño, unos ojos avellanas. Es un poco más pequeña que tú, con el sobre nombre Poché.

Te burlaste de su apodo, pero aún así lo utilizabas, en  secreto cuando ella no estaba, solías cuidarla desde lejos, pues te metiste en peleas con algunos muchachos y una chicas por algo que le hicieron, ¿Cómo es que no te acuerdas de ella? Le diste hasta tu número, y te la llevabas en tu moto.

Recibido a las 7:05 AM

Calle desvío su mirada hacia sus piernas, observando a la chica que estaba durmiendo en estas, antes de desviar la mirada hacia su móvil

Street: 📩

Es un poco complicado de explicar que ah ocurrido, y la razón por la cual no me acuerde de ella.

Te llamó más tarde, tengo unas cosas que hacer.

Enviado a las 7:10 AM
Leído a las 7:11 AM
Escribiendo...

Pau: 📩

Está bien, pero me tendrás que explicar todo con lujo y detalle.

Recibido a las 7:11 AM

Está colocó el móvil a un lado, y se inclinó, exponiendo la oreja de la peli-azul, que se escondía detrás de su cabello.

– Corazón, despiértate por favor – Está susurró, con un sentimiento de arrepentimiento, pues no quería levantar a la chica.

Está se estremeció, estirando sus manos, abriendo un solo ojo, mirando adormilada a la chica.

– Necesito salir y resolver unas cosas, prometo volver tan pronto termine – Está aclaró con un tono suave.

– No quiero estar sola – La peli-azul musitó, sus palabras con residuo de sueño.

– Es obligatorio lo que tengo que hacer, cuando regresé me quedaré todo el tiempo que necesites contigo – la castaña prometió, observando los ojos de la chica, esperando la aprobación.

Poché se quedó callada, antes de moverse hacia el lado quitándose de entremedio de las piernas de la chica, dejándole pasó, y recostandose con la espalda hacia ella. La castaña se levantó de la cama, observando a la chica, sin ganas de dejarla sola en tal delicado estado, dió la vuelta alrededor de la cama, tomando el borde de la sábana y estirando la por el pequeño cuerpo de esta, inclinándose y depositando un beso en la cabeza de la chica.

– Vendré enseguida – Está finalizó, caminando al baño, para ducharse rápido.

Una vez finalizó, optó por ponerse unos pantalones negros, ropa interior del mismo color, y un suéter color azul marino, antes de tomar su móvil y una gorra. Salió de la habitación, luego de darle un último vistazo a la chica, cerrando la puerta a sus espaldas.

Tomo sus llaves del mostrador, sacando una manzana de la nevera, y continuando su recorrido hacia la salida para el garaje, encendiendo la luz de este, y caminando a su motora. Se montó en esta y la encendió, abriendo la puerta del garaje, antes de salir, cerrando la puerta al marcharse.

Se dirigió a la casa de Hoffman, apretando su agarre en esta, pensando una y otra vez en lo sucedido, eh intentado aclarar los sucesos borrosos y oscuros en su mente.

– Malditasea Yoseline – Está gruño frustrada, llegando a la casa de la adulta.

Apagó la moto, dejándola en la calle, sin importa meterla al garaje, la apagó, y se desmontó dirigiéndose a la puerta de la grande casa. Tocó varias veces, la fuerza de sus movimientos apresurando, se hicieron más frustrados.

– ¡YOSELINE HOFFMAN! – Está grito, y la puerta se abrió, mostrando a uno de los guardias con una expresión seria.

– Ahora mismo está ocu... – Este fue interrumpido por una mano en su pecho siendo brutalmente empujado contra la pared.

– Reservate las palabras, no son las que buscó – Esta gruño con seriedad, haciendo que este asintiera con rapidez, tragando hondo. Está soplo, caminando por los pasillos de aquel sitio.

Llegó al final del pasillo, donde se ubicaba la oficina de la mayor, y sin pensarlo pateo la puerta, encontrándose a la mayor con un hombre encima de ella, ambos desnudos.

– Que pena que tenga que arruinar el momento, pero... ¡Largo! – la castaña finalizó con un gritó, frunciendo el ceño.

El hombre levantó una ceja con una leve sonrisa en su rostro, antes de proseguir besando a la rubia.

– Como no te vayas, juro dejarte sin futuro – Está gruño, caminando hacia ellos y agarrando al hombre por el pelo, bruscamente apartando lo de la mujer, y arrojándolo al suelo, tomando la cuchilla que yacía en el escritorio de la mayor.

Este tomo sus cosas con prisa, observando a la castaña con una nueva expresión de miedo en su rostro dibujado.

– ¿A que se debe está visita tan inesperada? – La rubia comentó fastidiada, luego de la escena, sentándose en el sofá y cruzando los pies mientras encendía un cigarrillo.

Calle busco con la mirada por la oficina, encontrando una bata de baño, la tomo y se la arrojó en la cara a la rubia.

– La última vez que me borraste la memoria, fue de un chico – Está comenzó, tomando una silla y dandole vuelta, pasando sus piernas por al lado del espaldar y recostando sus brazos en esta – No me importó mucho, por qué el tipo no era tan importante – Está observó las acciones de la rubia antes de seguir con su diálogo – Pero ahora, necesito que me digas por qué me borraste las memorias de una peli-azul – Está finalizó con una mirada amenazante.

La rubio dejo salir un sopló incrédulo – ¿Crees que te volvería ah hacer recordar a alguien que puede destruir tu vida? Estás equivocada – Está comentó, levantando una ceja.

– No, eso no es lo que te importa, estás preocupada que arruine lo que tú creaste, un maldito juguetes sexual y una asesina serial – Está se levantó del asiento – La borraste de mi mente porque empecé a sentir cosas que a ti no te agradaron, cosas que me hacían mejor persona – Está se acercó a la rubia – O me dices a quien puñetas borraste de mi mente, o te haré tragar esta puta cuchilla – finalizó con un tono amenazante mientras, se sentaba en las piernas de la mujer, tomándola por el cuello, y levantando la mano que contenía el arma blanca acercándola a la cara de la mayor, su mirada fija en los ojos de esta.

Te Entregare Mi Corazón - [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora