Ojalá que hubiera cómo echar el tiempo atrás y así tener la oportunidad de hacerte feliz, de no ser quien fui, de pensar primero en ti que en mí. Y aunque es muy triste la verdad, hay que aceptar,en esta vida no, no te supe hacer feliz, ojalá que haya otra vida y podamos coincidir, porque en esta vida no, tu amor me lo gasté comprándome ilusiones y caricias de papel. Voy a buscarte en otra vida, porque en esta te fallé, no supe hacer las cosas bien, perdóname 🎶
👆 recomendación
* * *
<<Adiós, adiós, mi amor que nunca comenzó.>>
El corazón de Magnus se detuvo con esas palabras.
Se había despedido de su alma -el alma blanca con una mancha, el alma azul, el alma lila en transición-.
Se había despedido del alma de Alec, de su alma predestinada -el alma blanca, gris, rota, y, por fin, de nuevo pura-. Le había pedido no sacrificarse y buscar un destino mejor hasta que pudieran reencontrarse.
Y se había despedido, al final, de Alec. De Alexander Lightwood. Su predestinado, aquel a quien no tuvo tiempo de amar ni de conocer realmente, pero, al menos, logró salvarlo.
"Tal vez en otra vida tengamos el amor que merecemos".
-¡NO! No, por favor.
El alma en transición, el alma que fuera de Magnus y ahora de Alec, con quien iba a quedarse, seguía con la mano en la mejilla de Magnus. Lágrimas caían de sus ojos. Ella sabía que Magnus ya no estaba.
El alma blanca, el alma nacida en Alec para Magnus Bane, tenía su mano en su pecho, tocando ese corazón que ya no latía.
Alec había corrido, sintiendo o presintiendo el final de la vida de aquel impuro valiente que el destino puso en su camino y no supo reconocer a tiempo.
-No, no, no... ¡Por favor, Magnus, no! -Alec gritó hasta lastimar su garganta, sus ojos y sus mejillas con nuevas lágrimas. Sentía el dolor de las almas, ambas almas tal vez no rotas pero sí rasgadas. Y sentía su corazón romperse, dicen que no puede sentirse eso, pero mienten, Alec podía sentir su corazón resquebrajarse mientras el otro dejaba de latir.
Sintió que fueron momentos interminables los segundos que tardó en llegar desde donde había estado con su hermana hasta la cama en que yacía Magnus. El cuerpo de Magnus. Y sus almas.
Las almas se hicieron a un lado, soltando sus manos, abriendo espacio para Alec, pero sin perder contacto con Magnus. Todavía no. No querían dejarlo ir. No estaban listas. No ahora y tal vez nunca.
-Magnus, Magnus -Alec sonaba desesperado.
Sus gritos atrajeron a los médicos que Izzy había llamado, ella les hizo una seña. Ya no eran necesarios sus servicios. Magnus se había ido. Al menos su sufrimiento se había detenido.
-¡No, por favor, no! -Alec gritaba, susurraba. Tomó el rostro de Magnus entre sus manos y juntó sus frentes-. Por favor, Magnus, todavía hay tiempo. No te vayas, por favor. Por favor -su voz se rompió con un sollozo, lágrimas cayeron de sus ojos hasta el rostro de Magnus. Parecía que ambos lloraban-. Por favor, no me dejes, no nos dejes. Regresa y ámame, enséñame a amar, enséñame a ser valiente. Tu alma se queda conmigo, la mía te pertenece, haces falta tú. Magnus.
"No quiero que vengas conmigo -había dicho Magnus al alma blanca-. Eso sería egoísta de mi parte, llevarte a la muerte cuando para ti todavía hay luz. Para ti, mi hermosa alma blanca predestinada, yo quiero felicidad y vida, quiero que busques un mejor destino que yo. No vengas aquí, vive, cariño, vive por mí. Por favor."
El alma blanca cerró los ojos un momento. Sólo un momento. Escuchó el jadeo del alma en transición y supo que ella sabía. Ella lo sintió.
"Perdón" el alma blanca lo dijo en voz alta. Dos veces. Para Magnus y el alma que dejaba. Y una tercera por romper su promesa. "Perdóname, Magnus".
El grito de horror y agonía de Alec cuando se vio apartado del cuerpo de Magnus fue uno que hizo llorar a cada persona y alma presente que pudo escucharlo.
El alma blanca dio una última mirada a Alec antes de entrar al cuerpo de Magnus.
"Perdón. No puedo quedarme sin ti. No puedo."
* * *
Magnus no supo qué sucedió después de que su corazón se detuvo. Dejó de ver a sus almas y sentirlas, de escucharlas.
Había más luz ahora y más paz.
Comenzó su camino de nuevo, el que no había podido seguir cuando Alec y las almas se mantenían en contacto con él, cuando lo ataban a la vida. Cuando lo mantenían en este mundo.
Sonrió, ignorando esa punzada extraña que no se iba. Estaba muerto ya no debería doler...
Entonces algo cambió. Vibró en el ambiente y en su interior. Se estremeció cuando su cuerpo se vio invadido y después el alma se hizo presente, fuera, a su lado, de su mano.
Una sonrisa ladeada, triste. Una mirada de disculpa.
"Lo siento. No pude cumplirlo. Si tú mueres, yo quiero ir contigo."
Magnus quería enojarse, pero no pudo. Sintió lágrimas -no sabía que podía llorarse al morir- y el apretón de la mano del alma blanca antes de dar un paso más.
FIN
Falta el epílogo 💕
Lo subo hoy mismo, en un rato más...
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Dueño de mi alma (Malec)
Fanfiction[TERMINADA] Somos cuerpo y alma. Todos. Nos entregamos de ambas maneras. Entregar el cuerpo es, hasta cierto punto, fácil. Siempre lo recuperas después de unirte momentáneamente a alguien. Pero entregar tu alma es algo completamente diferente. Uno...