36. Bondad

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Quiero poner fin a la soledad en la que habitas.
(Nut) ❤

* * *

El alma gris estaba sobre él, con una mirada preocupada, una mirada que en Alec sería azul.

Su mano derecha descansaba en la mejilla de Magnus, la otra desaparecía en la pared que separaba ambas habitaciones. La piel de Magnus cálida, ahí donde estaba unido al alma, parcialmente completo.

Respiro profundamente, su cuerpo tembló cuando el alma retiró su mano de su rostro, pero la dejó extendida hacia él. Magnus negó, se sentó entre las mantas, dejando un espacio para ella, aunque no lo necesitara realmente.

El alma gris sonrió y se sentó a su lado.

Alec no debía enterarse de este encuentro, por eso había esperado hasta saberlo profundamente dormido. El alma azul dormía dentro de él, no había dejado de usarla en ningún momento.

El alma gris sabía que ella podía desaparecer y que Magnus iba a morir, pero dentro de ella, a pesar de la tortura, todavía había bondad. Quería hacerle menos dolorosos sus últimos meses.

El alma gris no podía darse, no completamente, mientras fuera de Alec, pero podía estar cerca de él.

Se inclinó hacia Magnus, su voz -la voz del dueño de su alma- flotó en su mente: "Voy a venir cada noche".

Los ojos oscuros de Magnus se llenaron de lágrimas, quiso abrazarla. -Gracias, ¿podemos hablar? Extraño eso.

El alma gris sonrió, juntó sus manos. -Háblame de ti.

Magnus se sorprendió de escucharla hablar en voz alta. Sabía que podían, pero las almas preferían los enlaces mentales, o simplemente las sensaciones e imágenes.

Y, sin embargo, el alma gris le estaba hablando.


CONTINUARÁ...

Dueño de mi alma (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora