¿Que no regrese?
Magnus apretó su agarre sobre la perilla de la puerta. Abrió y cerró su boca, pero nada salió. Miró al alma gris ponerse de pie y mirarlo, como si quisiera avanzar hacia él. Su corazón se aceleró y sintió que se rompía, su respiración era difícil ahora.
Fue en este preciso momento, ante la posibilidad de tener que irse, pasar sus últimos días solo y lejos del alma gris, que se dio cuenta cuánto miedo tenía realmente, qué tan solo estaba, y que no quería dejarla, estaba perdiendo su alma, su alma azul, pero también el alma noble que se preocupaba por él y había sido buena, un alma que no merecía ser gris.
Sus labios temblaron mientras se separaban e intentaba sacar las palabras atascadas en su garganta. Se creía capaz de rogar a Alexander que lo dejara quedarse.
En un mundo utópico, ideal, si Alec tenía su alma, él debería tener la suya.
Pero el mundo no es esa ilusión perfecta. Ahora parecía mentira aquello de las almas gemelas. O tal vez, tal vez su alma pertenecía a Alec, pero no funcionaba en ambos sentidos.
Alec dejó de mirar a Magnus para darle una mirada dura a su alma. Magnus vio las lágrimas del alma y su mueca de dolor antes de que volviera a sentarse. Claro, eso pasa, pensó Magnus, ahora entiendo, ¿qué otra cosa podría romper tanto a un alma como el rechazo de su propio dueño, de su cuerpo?
Magnus se adelantó un paso, dispuesto a luchar por un alma que no era la suya, no pudo hacer nada por su alma azul, pero no iba quedarse sin hacer nada mientras se rompía un alma inocente frente a él.
-Sal, Magnus. Y no regreses a mi habitación si no te llamo. Puedes ayudar a Isabelle en lo que te pida o volver a tu habitación.
Magnus no dijo nada, no salió. Así que Alec siguió: -Mira, Magnus, puede que me creas un monstruo, pero yo no elegí tomar tu alma, no fue mi elección. Llámalo destino, simplemente sucedió, el azar trajo tu alma hasta mí. No me alegro, pero ambos sabemos lo que va a ocurrirte. Eres libre de quedarte o irte y disfrutar tus últimos días.
Magnus quiso reírse, o echarse a llorar. ¿Libre? ¿Era libre ahora? ¿Esto podía considerarse libertad? ¡Qué afortunado era! Conseguir su libertad ya sin alma, a unos días de morir.
Una mirada al alma gris, ver esa sonrisa feliz, y escuchar el "Buena suerte" en su mente, fue demasiado. Sus ojos se llenaron de lágrimas y dio media vuelta dispuesto a irse.
-Gracias -dijo, justo antes de salir-, pero me quedo.
Tal vez su muerte era inevitable, pero la del alma gris no. Cuando él investigó de su marca, descubrió muchas cosas, entre ellas que si Alec quería podía liberarla ahora que tenía l suya.
Él iba a luchar por la libertad del alma gris. Aunque fuera lo último que hiciera en su vida.
CONTINUARÁ...
Quería agradecerles por seguir leyendo esto ❤, sé que es doloroso *este capítulo me dolió a mí* y generalmente yo prefiero la cursilería, ya saben, pero esta historia es de mis favoritas de las que escribo, no sé por qué, me parece interesante. Y aunque son capítulos cortos, ya van bastantes. Gracias por seguir leyendo ❤
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Dueño de mi alma (Malec)
Fanfiction[TERMINADA] Somos cuerpo y alma. Todos. Nos entregamos de ambas maneras. Entregar el cuerpo es, hasta cierto punto, fácil. Siempre lo recuperas después de unirte momentáneamente a alguien. Pero entregar tu alma es algo completamente diferente. Uno...