—hola jinniesaludo un alegre jimin mientras se sentaba en una de las sillas de la cafetería.
—¡jiminie! ¿qué haces aquí?
—vine a verlo hyung, nunca puedo estar con usted y eso me pone triste.
debido que a seokjin era un profesor su tiempo era bastante reducido y más considerando el hecho de que no era la única actividad que hacía.
—oh, sabes que el trabajo me tiene mal, además, no tienes porque deprimirte siempre estaré cuando me necesites.
jimin sonrió ante eso, su hyung siempre sabía que decir.
—te amo.— susurro inconscientemente mientras se aferraba a la mano ajena.
seokJin río al ver a su pequeño jimin siendo así.
—me pregunto ¿como sabia jiminie bonito dónde estaba?— pregunto el pelinegro.
—bueno...yo— las mejillas del menor adoptaron un color carmesí y desvío la mirada.
—¿otra vez?— inquirió jin.
jimin sabia a lo que se referia, uno de sus amigos trabajaba en aquel lugar y cuando el mayor iba el primero en saberlo era su pareja, no era la primera vez que casualmente se topaban.
—solo fue una coincidencia— musitó pestañeando repetidas veces en un logrado intento de verse tierno.
—aja claro, coincidencia— susurro el mayor— siempre es una coincidencia.
park bajo la mirada, sintiendo que quizá su hyung no estaba contento con su presencia, pero la mano de jin comenzó a acariciar la suya.
—me encantan las coincidencias.
jimin lo miro y después le regaló una hermosa sonrisa.
—¿entonces puedo seguir viniendo cuando lo hagas?— pregunto entusiasmado.
él mayor negó.
—no es una buena forma de actuar, no deberías rastrearme — respondio con diversión— pero como te dije, me gusta estar contigo, así que te invitaré más seguido cada que pueda ¿qué tal?
él menor asintió al instante y se levantó de su asiento para ir a abrazarlo, recibiendo miradas de disgusto por algunas personas allí, pero no le importaba porque estaba con su hyung y eso alegraba su día, además de las futuras citas de café.