—hola, hobi hyung— saludo jimin con una sonrisa mirando la pantalla de su ordenador.
—¡hola mochi!— respondió alegre su novio mostrando una amplia sonrisa también, que fácilmente podría ser esa de las que ves en un comercial de pasta dental.
—¡lo extrañe tanto tanto tanto!— exclamo jimin con un puchero adorable.
—¡y yo a ti mochi! ¡mirate cada vez mas guapo!
—¡tu eres cada vez mas... guapo también!— tosió intentando disimular su vergüenza.
—¿cómo te va allí en seul? ¿es lindo? ¿te tratan bien? ¿alguien te molesta? ¡por que si lo hacen soy capaz de viajar desde donde estoy para...—
—¡no lo hacen!— se apresuro a decir el menor— nadie me molesta hyung, todos me tratan muy bien, conocí mucha gente interesante, algunos chicos...— sonrió mirando hacia otro lado.
—mientras sean amigos y no más— bromeó.
jimin negó.
—usted es mi chico preferido, hobi hyung.
—¿y el único, no?—
—¿y como le ha ido en sus estudios?— pregunto jimin mientras dibujaba algo inexistente con el dedo sobre el escritorio.
hoseok formo una mueca al notar como su novio ignoraba su pregunta.
—jimin...— repitió.
—¿qué?— dijo el menor fingiendo no saber a que se refería—¡tengo algo que mostrarle!
dijo cuando vio que su hyung estaba a punto de hablar jimin corrió fuera de la habitación dejando a su mayor esperando atravez de la vídeo llamada.
¿qué podría mostrarle?
se sintió un poco perseguido al notar la necesidad de su pareja en saber si había alguien mas en su vida, si bien, hoseok solo era un novio virtual que había conocido en una aplicación de amigos, él se había vuelto alguien realmente importante para jimin, llevaban dos años hablando por videollamadas y un año igual pero siendo pareja.
volviendo a su dilema, no sabia que hacer para distraer a su hyung ¿o sí sabia?
corrió hasta el living y sacando una pequeña llave abrió el compartimento debajo de un aparador para sacar una pequeña bolsa donde tenia aquello, ni siquiera sabía cómo lo había olvidado.
♡♡♡
—¿mochi?— pregunto hoseok por décima vez.
temía haber asustado a su pequeño novio con sus celos y que este haya huido olvidándolo.
pero toda esa preocupación se esfumo al oír como la puerta de la habitación de jimin se abría.
sonrió esperando ver a su pequeño y dulce mochi en la— qué.
quedó muy confundido al verlo aparecer con una gorra de vaca sobre su cabeza, que ni siquiera le quedaba y una bolsa.
—hace un tiempo usted había pedido que nos abrieramos más el uno al otro, no tenía idea de cómo podría hacerlo porque ya había hablado todo sobre mí, pero hace unos días lo recordé— dejo la bolsa sobre su escritorio y saco un pequeño album— estás son fotos de cuando era pequeño, son bastante feas y nadie más que mí familia y yo las han visto, pero tu puedes hacerlo hoy.
jung se sintió abrazado por la sensación de cercanía que ese momento les daba, ni siquiera dudo en aceptar, cada una de esas cosas era lo que le confirmaba que había encontrado al chico correcto, a su chico.
