4. B I T E L I P S

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—Nosotros sólo queremos café.—habló Angela al ver a la camarera dispuesta a anotar sus pedidos.

La joven anotó actuando como profecional sin mostrar algún signo de torpeza, * Estás de broma ¿verdad? *, Pensó Jack.

—¿Y el niño?—volvió a preguntar la joven pero esta vez, con frialdad.

Jack gruñó e intentó levantarse de la mesa—no soy un-

—Tranquilo Jackie.

Resonó en su cabeza, al principio Jack pensó que la voz de Finn le había habado en pensamientos pero luego, al darse cuenta de que la mano de Finn cubría la suya en un intento de calmarlo, se dio cuenta de que en realidad, Finn si había hablado. Y no en su mente.

—Pediremos una soda para ti—sonrió con desdén.— y yo quiero un té de manzanilla.

—Ahora vuelvo— se fue no sin antes darle una sonrisa coqueta a Finn e irse batiendo sus caderas. *Pudrete perra*.

—Entonces—habló por primera vez Gavin— dices que eras amigo de Jake, ¿Es cierto?.

—Si, señor.

—¿Qué tan cercanos eran?— Jack pudo jurar que Finn estaba tratando de reprimir una sonrisa, ya que, mantenía sus labios apretados en una línea.

—Mucho señor, eramos mejores amigos—Finn se mordió el labio luego de hablar. *Demasiado sexy*.

—Dices que él te habla de nosotros.

—si, señor, todo el tiempo.

—y trabajabas con él—Gavin no parecía combencido, pero su voz estaba quebrada y Jack y Angela sabían que en algún momento podría romper en llanto si seguían hablando de Jake.

—Si, señor. Ambos estudiamos medicina y decidimos trabajar en el mismo hospital.—algo de esto a Jack Se le hacía falso, y algo le decía que era todo.

Finn se removió en su asiento y carraspeó la garganta. Unos segundos después, llegó la camarera llegó con sus ordenes.

—Aquí tienen—dejó las tazas y la soda frente a cada uno.

—Gracias—susurró bajo Angela.

—a la orden—giñó el ojo hacia el pelinegro y se retiró.

Finn arrancó la etiqueta del sobre de té, y Jack pudo notar que, en la etiqueta, yacía mal trazado una cantidad de números. *Pero que zorra*, Jack gruñó.

Finn se percató de ello y esbozó una pequeña y casi imperceptible sonrisa, Angela miró por la ventana mientras bebía del café cautelosamente para no quemarse.

Gavin no dejaba de mirar "discretamente" a Finn, y Finn hacia lo mismo, pero con Jack. Y Jack bueno, él se limitaba a mirar sus manos como si fuera lo más interesante en el mundo. El silencio que ellos producían no era exactamente incómodo pero tampoco era muy agradable, de repente, a Angela se le ocurrió una idea que en el futuro. Tendría horribles consecuencias.

—¿Por qué no vienes a cenar con nosotros, Finnick?

Gavin se atraganto con el café y Jack vaciló parpadeando repetidas veces, cuestionando a su madre.

—¿A cenar?¿está noche?—preguntó ignorando las reacciones de Gavin y Jack.

—Si, o...¿tienes planes?.

—de hecho si, en realidad tengo que hacer unos recados.

—Ohh— la mirada de Angela era más de decepción que de otra cosa.

—Pero.

Todos levantaron la vista ante la respuesta del pelinegro.

—Si quiere, puede darme se número y yo le aviso cuando pueda—Sonrió. Angela se quedó unos segundos sin hacer ningún tipo de movimiento, hasta que reaccionó y sacó de su bolso un bolígrafo para luego cojer una servilleta y allí comenzar a escribir una cantidad de números. *¿Estás loca?*.

Finn le sonrió a Angela cuando esta le entregó la servilleta que contenía el número telefónico.

—Bien, se me hace tarde debo irme. —Finn alzó la mano y llamó a la camarera que los había atendido. Para luego sacar un billete y dejarlo sobre la mesa— no se preocupen, yo pago.

Antes de que Angela pudiera decir algo, Finn ya se había ido.

Scars ; FackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora