Todo estará bien

17 0 0
                                    

Me tiemblan, las manos me tiemblan, siento un frío y a la vez sudo en las manos, en el estómago tengo un vacío que suena a eco en él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me tiemblan, las manos me tiemblan, siento un frío y a la vez sudo en las manos, en el estómago tengo un vacío que suena a eco en él. ¿Qué significa esto? la cabeza me va explotar, sospecho que, si sedo a dar unos pasos más voy a desplomarme, sin embargo, puedo darlos.
Los sismos están por dentro, las cuestiones rondan en mi mente, penetran en el corazón y está dividida en la mitad, luego en dos que se parten... luego en cuatro cada hasta llegar hacerlo añicos —Tranquilo— me digo, esto es completamente normal para el ser humano existen momentos de desplomo o embriagues de positivismo con felicidad, sí, hace un buen rato no siento tal alegría de lo segundo.

Miro por la ventana y el gato de Lucas la observa atento, el resplandor de ella, de niño creía que la "luna" me perseguía, mi pequeño rostro giraba hacia ella admirándola con la inocencia de quien no sabe mucho, ella es la representación de aquella que fue la única que creyó que todo iba a estar bien igual sin saber nada.

El vacío de la nada es apasionante y tortura lenta de aquellos que pueden conocerla. En cambio, mi cuerpo sigue, por fuera no lo nota el mundo está demasiado ocupado.
Dos semanas seguidas no he parado para arreglar el problema con el negocio y aún no puedo con eso, también está... ¡No debió llamar a querer saber de él! quiero llorar mas no me doy a las lágrimas. De repente la puerta se abre y me recuesto por el armario entra él, mi hijo.

—Papá, no quiero irme más a la escuela— me acomodo el saco y me desperezo como si nada pasará en mí con el semblante serio.

—No es como tú decidas— se acerca a mí con un puchero de niño de cinco años, aunque ya tiene doce y me da un golpe leve en la boca del estómago con su puño derecho y comienza a llorar— Ya hablamos —me impongo.

—Mentira, —susurra lento— nunca hablamos —da media vuelta corriendo.

No voy a buscarlo de inmediato, me tomo algunas pastillas, es cierto que no converso con él mucho, el trabajo es duro.
Aprovechó que regresé temprano del trabajo por los dolores, sin embargo, me negué a él.
Ahora lo busco en su cuarto, no lo encuentro y subo a la azotea, lo veo esculpiendo algo, es el rostro de una mujer— Eres bueno —lo elogio y no responde— ¿Qué es lo más difícil que puede haber en escuela? Eres un excelente alumno— me siento en el piso con la mano en el brazo izquierdo, es genial su capacidad con el arte.

—No son las materias, son los compañeros... —hace una pausa, observa el rostro de la escultura— ¿Cómo era mi mamá? —la pregunta cava en mi alma, ella se fue como perro cobarde y... solo yo luché, las historias se cuentan de distinta manera a veces, yo dije que ella estaba muerta.

Me armo de valor y abro la boca— Verás, tenía los ojos como los tuyos, la nariz, era inteligente como tú y... —de pronto me mira con ojos de condena y paro para seguir con otra cosa —Si te molestan tus compañeros comprende que esos encuentros son normales, actúan de una manera porque no conocen tu historia completa —recibe burlas por la estima de sus maestros a él— ni tú las suyas —reafirmo lo último —Para ser honesto eres hijo de alguien adinerado y si comentas a los profesores de las molestias ellos te respaldaran más, si quieres te cambio de colegio entonces.

—Comprendo —musita— No quiero que me teman, quiero amigos— «amigos» eso hace resonar en mi alma —¿Cuáles son las cosas que te dan tanta fuerza para... para haber llegado donde llegaste? Señor gran empresario —vuelve a otra pregunta cambiado el tema y apelo a ser bastante franco ahora:

—Hay tres fases para volver en mí cuando todo va mal, te las dejo de consejo: Primero piensa en las personas que también tuvieron historias difíciles y no se rindieron porque no les dio la gana—una leve sonrisa se dibuja en su rostro— Segundo en las personas que amas, quizás no todas ellas crean en ti, sin embargo, eso no cambia que es por ellos porque si superas el momento serás refugio para ellos. Y... —me pongo serio— tercero es la rabia que tal vez se tiente al odio—ladea hacia mí sorprendido— es más por el orgullo, la última fase que puedes apelar para llegar es la rabia de saber que vas a demostrarles que sí llegaste ¿Pensaste con una de ellas cuando te esfuerzas para relacionarte con los demás? No necesitas ser amigo de todos, pero inténtalo. No necesitas llevar un vínculo fuerte, pero sé cortes. No necesitas compartir ideas, pero respeta a las demás. Puedo decir muchas otras cosas más, pero quiero saber tu respuesta, hijo.

—La gente habla más de la lucha de las mujeres estando solas, también existen padres valientes como tú, papá —alcanza a decir casi opacando la voz— Las luchas de todos valen más si son de no rendirse. Las historias que no se cuentan son las que más debemos oír. Papá todo va a estar bien— me sonríe como si supiera de los problemas de negocios que tengo y confío en él «todo va a estar bien mientras tenga una luna que observar»

 Papá todo va a estar bien— me sonríe como si supiera de los problemas de negocios que tengo y confío en él «todo va a estar bien mientras tenga una luna que observar»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Padre e hijo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora