➪ knj: 항의 행진

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Cinco: 항의 행진

✵ reaction.

¿Manifestaciones en la corriente extensiva de la plaza de Seúl, sitio de alcance y en dónde se aglomeraba el activismo? Curiosa situación en la que se inmiscuía cuando simplemente se encontraba en la búsqueda de uno de los libros que le habían rec...

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¿Manifestaciones en la corriente extensiva de la plaza de Seúl, sitio de alcance y en dónde se aglomeraba el activismo? Curiosa situación en la que se inmiscuía cuando simplemente se encontraba en la búsqueda de uno de los libros que le habían recomendado. Relativamente, la mayoría del tiempo no intercedía en esos acontecimientos y no hacía alusión a los disturbios debido a que la mala visibilidad que tendría lograría ponerlo en un debate que no planeaba ni por asomo; contaminado en las redes sociales y toda la televisión como una de las más mediáticas noticias.

Tampoco tenía concebida la idea de que se quedaría absorto observando desde las ventanas de la librería como en un cúmulo de entre diez mujeres, vería a una joven extranjera dirigiéndose hacia el punto de protesta, y cómo si ella se hubiese dado cuenta de la forma ensimismada en que la observó todo el trayecto que pudo, le clavó los ojos. Cierta conmoción le atravesó las facciones y se sintió inmediatamente nervioso, pero no mostró ningún gesto que le adjudicara aquella descripción. Palabras de reclamo yacían en el cartel que mantenía en sus manos, eclipsadas con sus rasgos femeninos tan dulces y de procedencia vernácula del otro lado del hemisferio.

Del mismo modo, algo se atribuía con suspicacia en sus ojos y en el movimiento pesado de su boca, algo que pareció no pasar desapercibido para ella

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Del mismo modo, algo se atribuía con suspicacia en sus ojos y en el movimiento pesado de su boca, algo que pareció no pasar desapercibido para ella. Con cierta suficiencia, le miró los labios y ladeó la mandíbula, algo que logró tensarlo por completo.

Pronto desapareció de su vista, pero picando como una ardor siseante continuaba la pesadez y un hueco en su pecho que lograba entrecortarle la respiración. No supo de qué modo reaccionar, engullía dentro de él un bola metálica que lo inhabilitaba de moverse del sitio en el que se encontraba y por si fuera poco, le exigía que volviera a reproducir la forma en la que caminaba contoneando ligeramente sus caderas. Enardecido, se mantuvo aferrado a un libro que no era el que pretendía y su pecho se infló.

Un hálito de calor le recorrió y sintió la capa de sudor que comenzaba a engullir contra su playera negra. Tardó varios minutos en recomponerse y volver a recordar la obra que con tanto esmero había estado buscando. Por fin, frunciendo el ceño se dirigió a largos pasos hacia otra estantería y distraído y absorto aún por el efecto que había causado aquella extranjera, buscó entre algunos libros desinteresadamente.

backlash; knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora