4. Decisiones

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Lauren

Toda la mañana había estado con esa sensación rara en el estómago, mi mente pensaba en otras cosas sin siquiera hacerlo y la resignación de ir a casa de mis suegros era inminente

Es que no era nada sencillo sentarse y hablar con los señores Cabello, ya me había costado muchísimo reunir el valor suficiente para ir hasta sus oficinas y enfrentarlos acerca de la situación de su hija hace unos meses. Aún así, esto era diferente, decirles de la mejor forma que no iríamos a vivir con ellos cuando estaban casi seguros, podría desatar una discusión, una pelea o algo peor que eso

No estoy exagerando al decir que llamaron cerca de unas 20 veces esta semana. Preguntaban por mi chica, por el papeleo para adelantar la entrega oficial de su diploma, por la asistencia a algunas cenas "en familia", por como estaba yo y como iba el trabajo y, lo que no podía faltar en aquella conversación, la respuesta a su propuesta de mudarnos a su gigantesca casa

Había sido una decisión bastante difícil de tomar, es decir, un posible cambio, tan, tan grande en nuestras vidas, requería largas horas de conversaciones y análisis en todos sus posibles escenarios. Tan simple cómo que hoy estás acostumbrada a tu pequeño apartamento y la dulce compañía de tu novia y mañana tienes una habitación el doble de grande, personas a tu disposición, una casa enorme y a tus suegros vigilando tus movimientos

Por que, aunque sonara paranoico, no terminaba de convencerme esa actitud tan amigable por parte de Sinú y Alejandro hacia mi... Era sospechoso y en ocasiones, daba miedo

Tal vez estaba exagerando, pero ¿Quiénes estuvieron ausentes, por los últimos 4 años? Bien y... ¿Quién estuvo día y noche siendo el completo apoyo de su hija? Exacto...

Si bien el perdón hacía parte de mi filosofía de vida, existían cosas que, simplemente, no se borraban de la mente

Todas aquellas noches donde, Camila se obligaba a si misma a dormir lo estrictamente necesario, solo para que aquel sueño aterrador, en el que sus propios padres la echaban de casa, fueron innumerables

Todos esos finales de mes donde había que pagar las facturas, el alquiler, ir a mercar, pagar la cuota de la universidad y demás gastos, Camz, mi Camz, sacrificaba su escaso tiempo libre y hacía horas extras en la cafetería, mientras yo hacía lo mismo con tutorías en la secundaria, no podían pasar desapercibidos

No estoy diciendo que fuera su obligación pero, la hija única de una de las familias más ricas de Miami, merecía mucho más apoyo económico y, por sobre todo, apoyo emocional, sin mencionar todos aquellos aspectos que normalmente comprenden los padres

No era cuestión de comparar, pero yo no tenía ni una sola queja de mis propios padres, desde la deuda asumida por ellos para pagar el primer semestre en la Universidad, hasta sus visitas constantes cuando decidí ir a vivir sola. Una invitación con comida casera, un par de regalos pequeños pero significativos, sus llamadas cada día y cada noche expresando su cariño y sus consejos con cada cosa que les consultaba... Eso, déjenme decirles, son unos verdaderos padres

- Lern - Me llamó desde el umbral de la puerta - ¿Ya estás lista? - Suspiré y salí de mis pensamientos

- Si, Camz... - Murmuré - Ya estoy lista, solo dame unos minutos, no encuentro las llaves del auto - Empecé a buscar entre mis cosas, el tema de las llaves era un poco complicado, siempre las perdía, o bueno, Camila siempre lo hacía - ¿Sabes dónde están? - Me silencié a mi misma, esa sonrisa burlona aparecía cada vez que ella encontraba algo antes de que yo lo hiciera - Oh, si, claro, las pierdes y luego vienes con esa cara a enseñarmelas - Se acercó con la misma expresión, tomó mi mano y con la otra, me entregó las llaves - ¿No dirás nada? - Levanté una ceja, esa manía suya de hacerme perder la cabeza con las cosas que ella perdía, me molestaba y me encantaba al mismo tiempo

La Profesora De Español (Secuela De LPDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora