La Profesora De Español (Secuela De LPDM)

9. Ayuda

Camila

- Ten lindo día, Camz - Me besó de nuevo para luego separarse, tomar su bolso y salir de nuestro apartamento - Te veo en la noche - Me guiñó un ojo con esa característica coquetería suya y se marchó - Suspiré mientras bebía lo que quedaba de mi café, que saliera muchos temprano de casa, era un hábito más para que ella que para mi

Aveces extrañaba un poco aquella época en la que éramos profesora y alumna, es decir, todo era un tanto más sencillo, además, la única preocupación que teníamos en ese entonces, era calcular el tiempo exacto para cada beso, antes de que alguien entrara por la puerta del salón 27 y nos sorprendiera con las manos en la masa

Me gustaban esos recuerdos, pero me gustaba más el presente, las dos teníamos el empleo que amabamos, estábamos juntas, pasábamos por el mejor momento de nuestra relación y el dinero de nuestros salarios, nos permitía tener una muy buena calidad de vida ¿Que otra cosa podía pedir?

Tiempo en pareja

Empezaba a ser notorio desde los primeros días en que llegaba a casa desde el instituto y todo se encontraba en silencio, el ligero olor a su perfume en el aire no estaba, no había café o chocolate recién hecho sobre la estufa, las mantas no estaban calientitas y listas para esperarme y, por sobre todo, mi chica detrás de la puerta, con los brazos abiertos, no se encontraba allí

Los primeros días me gustaba el gran silencio por el extenso lugar, era tranquilo y predilecto para leer, tomar la siesta, ver una que otra película sin interrupciones, incluso solo para disfrutar de la calma y alejar el estrés de un día pesado o difícil siendo profesora

Empezaba a sentirme un poco sola y la extrañaba, es decir, en algunas horas llegaría a casa, no sabía en cuántas exactamente pero, no sabía si era buen momento para llamar o solo... Enviar un mensaje y preguntar cómo estaba, si había almorzado, si quería que saliéramos a cenar o prefería hacerlo en casa por que se sentía cansada... Podría estar en una reunión importante o atendiendo a padres de algún alumno, realizando informes para el ministerio de educación, mantenimiento a Ally al tanto del instituto o haciendo cualquiera de las miles y miles de obligaciones que debía atender ahora que era la cabeza máxima del Abraham Lincoln

La brisa era fuerte, las nubes en el cielo estaban oscuras y varios relámpagos se veían en el horizonte, todo anunciaba una lluvia, al parecer una muy fuerte

Suspiré, cerré las puertas corredizas del balcón y me adentré en el apartamento tratando de buscar algo de calor, caminé a la cocina y lavé la taza donde había servido chocolate caliente, sequé mis manos con uno de los paños de cocina e hice mi camino a la habitación principal

Me recosté y cubrí mi cuerpo con la manta, observé la hora en mi reloj de mano y volví a exhalar el aire de mis pulmones, sería una fría noche... Una muy sola y fría noche

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- Buenos días, chicos - Saludé en español a toda la clase de tercer año mientras dejaba mis pertenencias y todos los implementos necesarios para dirigir la clase sobre el escritorio - Tenemos mucho que hacer hoy, así que... - Tomé varias fotocopias y empecé a examinarlas - Vamos a asignar algunas exposiciones en grupo para la siguiente clase - La puerta se abrió y dejó pasar al, siempre impuntual chico de cabello oscuro - Señor Ríos - Asentí a forma de saludo - O debería decir, ¿Señor impuntualidad? - Algunas risas se escucharon - ¿Que excusa trae el día de hoy? - Suspiró y pasó por mi lado

- Hoy no, por favor, señorita Cabello - Dijo con perfecto acento español, la leve sombra bajo sus ojos, la falta de fuerza al caminar y el triste tono de su voz, me dejó sin palabras... Aún así, tenía una clase que dirigir