Let's take it easy...Easy now,watch it go

154 22 15
                                    

¡Hey! Ya llego yo de nuevo con otro nuevo capi,lamento la espera pero entré a la escuela otra vez y eso entre otros fanfics y depresión ha hecho que hasta ahorita lo actualice pero descuiden,alrededor de cada dos semanas trataré de actualizar.

Si más por el momento,les dejo el capi y espero les guste tanto como a mí me gustó.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Otro día, otra moneda.

¿Por qué debía levantarse? Alguien que le recordara por favor. Ya no era un muchachillo que se levantaba a pesar de la resaca que le mataba y, ahora, debía enlistar cosas para saber si valía la pena despertar o mejor seguía dormido, esperando por la muerte, después de todo, ya solo le faltaba poco para por fin alcanzarla tras tanto buscarla cuando era joven.

Al final de cuentas despertó, el sultán jamás le falló a Scherezada y él no lo haría así que se estiró y finalmente se levantó de aquella cama donde ha dormido solo desde hacía tanto que ya había perdido la bendita cuenta. Realizó su sosa rutina diaria de bañarse, desayunar fruta con avena para tener una buena digestión mientras leía el periódico, pensar en si se pegaba un tiro, tomar una copa de whisky e ir a su trabajo rogando por estar en su cama de vuelta.

Su llegada al trabajo fue tan aburrida como de costumbre, se molestó con algunos becarios, dio una conferencia acerca de algunas eras geológicas, algunos hallazgos encontrados en Japón y finalmente miró su celular para ver la hora.

Siete y media.

Tenía que ir rápido ¿Qué tal si se iba a la cama a las nueve como niño bueno? No podía arriesgarse a ello.

Nuevamente se encaminó directo a su auto con café en mano, listo para ir por un nuevo pedazo de historia, según él, se lo estaba tomando lento, pero según cualquier persona que lo conociera, estaba jodidamente ansioso por encontrarse con ese joven de ojos azules y sonrisa enigmática.

"No, Kei, te estás precipitando" Escuchó decir de su mente pero, era ese uno de esos raros momentos donde callaba su cerebro e iba por lo que su corazón decía.

Después de todo, solo le quedaban unos años antes de que la tierra se lo tragara y jamás fue de hacer algo alocado ¿Por qué no ahora? Nunca era demasiado tarde. Siempre se podía iniciar y ahora él comenzaría a escuchar ese beat enigmático que lo llevaba directo a casa del muchacho de negros cabellos.

Estacionó su auto y le mandó un mensaje a Akaashi diciéndole que había llegado con su princesa, le avisaba como siempre le ponía al tanto de su rutina para no preocuparlo. Estaba molesto con él aún pero no hizo ningún error lo bastante grave como para no perdonarlo después de unos días.

Tocó la puerta de aquel apartamento un par de veces hasta que el chico le abrió con un pantalón negro roto que no dejaba nada a la imaginación por lo pegado que estaba a su piel, una playera roja igual de pegada que sus pantalones y su sudadera de Nekoma.

— ¿Qué no sabes que te puedes rozar con ropa tan pegada? —Preguntó Kei tras devorarlo con la mirada un par de segundos.

—Oh, vamos. Habla como un abuelo, Kei-chan.

—Es porque soy un abuelo, mocoso—Le dio un leve golpe en la frente antes de pasar al recibir la invitación implícita que Natsuki hizo con el movimiento de sus manos para que entrara a su vivienda.

El gato negro le volvió a mirar, solo que a diferencia de la otra vez, no tenía ese aire de orgullo y superioridad con él, su mirada era curiosa y defensiva, como si esperara que le quitara su arenero en cualquier instante.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 12, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

When you were youngDonde viven las historias. Descúbrelo ahora